Ámame maldito CEO -
Capítulo 272
Capítulo 272:
Sean sintió un miedo horrible.
Pensó en Merybeth, no podía soportar que nadie lastimara a su tesoro.
“¡¿Qué te hizo ese desgraciado?!”
“ÉI casi me ahoga, dijo cosas horribles”.
Sean caminó tan rápido y Merybeth por fin pudo ver esa arma en sus manos, sintió tanto terror, fue tras él, gritando que se detuviera.
“Sean, ¡No!”
“¡Joe!”, exclamó al verlo en el pasillo.
Joe detuvo su avance y le miró con desafío.
“¿Qué?”
ÉI vio esa arma apuntando a su cabeza.
Joe juró que no lo hubiese creído, si no lo miraba con sus propios ojos.
Su hermano estaba apuntándolo con un arma.
Todo por ella.
Todo por Merybeth.
Todo por la mujer que los dos amaban.
“Dispárame, Sean, ¿Eso querías, Merybeth? Dispárame, de todos modos, ya estoy muerto, Sean”, dijo con mofa.
Sean temblaba de rabia.
Quería halar el gatillo, pero escuchaba el ruego de Merybeth.
“Por favor, ¡Baja el arma! No lo hagas, cariño, no lo arruines todo, él no vale la pena, Sean…”, dijo con súplica.
“¡¿Qué es esto?! ¡Salvaje, asesino! No te atrevas a lastimar a mi niño”.
“Si te vuelves a meter con mi mujer…”
Sean disparó.
La bala, por suerte, impacto contra un florero, e hizo caer un cuadro que colgaba de la pared.
Regina gritó asustada.
La bala casi le pegaba.
“Juro que la próxima bala, va directo a la cabeza de tu sucia madre”.
Joe le miró impactado.
No esperó que Sean Carson llegara a tanto.
“¡Estás loco!”
“No, aquí el único loco que entra a la habitación de dos esposos, sin llamar, eres tú, voyerista, ¿Qué querías ver? ¿Querías verme haciendo el amor a mi esposa? La próxima vez te grabó un video”.
Sean tomó la mano de Merybeth y cerró la puerta con llave.
“¡Sean! ¡Tengo miedo! No es bueno estar aquí… ellos… vendrán por nosotros”.
Sean abrazó su cuerpo al suyo.
“Confía en mí, no temas, yo te cuidaré, estoy aquí, cambiaré las cerraduras, lo verás, habrá gente que te cuidará todo el tiempo, solo serán unas semanas, esto terminará pronto”.
Ella asintió, y él besó su frente.
Regina llevó a Joe a la biblioteca.
“¿Qué es lo que haces, hijo?”
“¡Odio a Merybeth y a Sean! Son un par de traidores”.
“Hijo, ¿Por qué? ¿Aún amas a Merybeth?”
Joe se quedó callado, pero Arabella vio la rabia brillar en su mirada.
“Joe, él no se saldrá con la suya, acabaré con él”.
“¿Qué harás, madre? Una cosa es que este molesto, eso no significa que lo lastimaré”, explicó él con seriedad.
“¿¡Dejarás que te robe todo lo que es tuyo!?”
Luego de decir eso se acercó a él.
“Incluso te robó a Merybeth”
Joe sintió que enloquecía de furia.
“Sean es mi hermano, siempre lo será”.
Joe salió y dejó a Regina ahí.
‘Sean, te aseguro que pagarás por lo que has hecho, te aseguro que venir a esta casa, fue firmar tu sentencia de muerte’
Merybeth y Sean bajaron la escalera, se encontraron con Arabella y Sophie.
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