Ámame maldito CEO
Capítulo 259

Capítulo 259: 

Merybeth irguió su postura.

Quería gritar y no pudo.

Su esposo estaba a su lado.

Y el… estaba dormido.

Ella no dijo nada, no quería molestarlo, así que se levantó con sumo cuidado, se puso sus zapatos, y una bata larga.

Ella sintió que no podía respirar.

Luego abrió el balcón y salió.

Siguió el camino privado al mar.

Necesitaba aire fresco.

Escuchó unos pasos y pronto divisó a una figura ante ella.

Cuando lo reconoció, se quedaron detenidos.

Era como si el tiempo se hubiera congelado con su encuentro.

Joe abrió sus ojos enormes.

Merybeth se preguntó si era un sueño, pero un leve pellizco en su mano, le hizo saber que todo era real.

¡Era real!

Pero… ¿Qué hacía él alIí?

¿Estaba loco?

¿Cómo entro?

“¿Merybeth?”

“Joe, ¿Qué haces aquí?”

“Pensé que ya no vivías aquí… yo… venía a hablar con mi hermano, con Sean Carson, pensé que estaba viviendo aquí, supongo que luego del juico ya no está aquí”.

Merybeth hundió la mirada.

Calló su boca, pues no quería decir nada.

“Debes irte”.

“¿Estabas con él?”

Merybeth abrió ojos enormes.

“¿No es lógico? Una esposa duerme con su esposo”.

Joe sintió como si ella encajara una daga en su corazón.

De pronto… asintió.

La entendía.

Era lógico después de todo.

“Lo sé, pero, si estás aquí, debe ser que no dormías bien”.

“Mañana es tu boda, debes dormir, y esperar”.

La mirada de Joe pasó de ser altiva, a ser desolada.

Ella dio la vuelta, dispuesta a irse.

“¡Merybeth!”

Ella se detuvo y se giró a mirarlo.

“¿Qué pasa?”

“¿Aún recuerdas cuando íbamos al Puente de Balí a ver la lluvia de estrellas?”

Ella asintió.

“Siempre atesoraré esos recuerdos, son los mejores de mi vida”.

Merybeth sintió melancolía.

“Adiós, Joe”.

“Merybeth, espero que algún día, no pienses en mí con odio, espero que me perdones”, dijo él con cierto tono triste.

Ella lo miró con duda.

“¿Acaso olvidarías una traición tan cruel? ¿Por qué, Joe? Nunca tuve respuesta, pero, me gustaría saberlo, no solo que eres un idiota, eso es obvio, pero, ¿Por qué me engañaste, y con mi propia hermana?”

Joe bajó la mirada, que se le desdibujó en Iágrimas.

“Por tonto, fue lo único que se me ocurrió, para alejarte”.

Merybeth frunció el ceño, confusa.

“¿Qué?”

¿Era tonto?

¿Qué clase de método era ese?

Es mas, ¿Quién se lo recomendó?

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar