Ámame maldito CEO
Capítulo 249

Capítulo 249: 

Ella siseó en sus labios.

Luego ató sus manos.

Siempre consigues lo que quieres de mí.

“No es cierto, mi amor, te amo”.

Sean sonrió.

“Yo también te amo”.

Merybeth se quitó el vestido y lo dejó a un lado.

No tenía ropa interior, y escuchó el suspiro de Sean al verla desnuda para él.

Merybeth quería amarlo.

Quería hacerlo gozar como si fuera el último día del mundo.

Quería hacerlo feliz.

Ella besó sus labios, y descendió a su cuello.

Cada beso y ligeras mordidas, hacía que él se pusiera más duro, su respiración se aceleraba, su corazón latía desenfrenado.

“¿Te gusta?”

ÉI asintió, jadeante.

Merybeth siguió besando cada centímetro de su piel.

Su mano tocó su p$ne, sujetándolo con firmeza, y moviéndolo de arriba abajo, en movimientos hábiles, y seguros.

ÉI g$mía, su rostro lo decía todo, estaba disfrutando tanto, como nunca.

Ella era su musa, su pequeña diabla, y su reina de placer.

Merybeth lo era todo y más.

Ella siguió bajando, sus besos llegaron hasta su v!entre y descendieron, su boca succionó su p$ne, y comenzó a chuparlo su lengua lo acariciaba suavemente.

ÉI no podía más.

Estaba en éxtasis.

Era tan hermosa.

Era un momento perfecto, sentía su humedad, ella estaba haciéndolo gozar, se detuvo un momento, y él sonrió.

Ella se puso encima de él.

Sean quería soltarse, quería acariciar sus pechos, sentir la suavidad de su tersa piel, tocas sus oscuros cabellos, pero ella lo tenía retenido.

Era tan caliente y amorosa a la vez, que creyó que enloquecería.

Merybeth colocó su v!rilidad en su entrada v%ginal y poco a poco lo introdujo.

Estaba tan húmeda como él, hasta que se volvieron uno solo.

Ella se apoyó de su brazo, y comenzó a moverse en ligeros círculos.

Aquello era una delicia.

Ella jadeaba y g$mía.

Sean no podía más.

La amaba tanto.

Sus mismas fuerzas provocaron que liberara sus manos.

Sean estaba tan encendido que quería tocarla la atrajo a él y tomó su nuca.

Primero besó sus labios, mientras su cuerpo comenzó a mover su pelvis embistiéndola fuertemente haciendo que jadeara con más fuerzas y deseos.

Luego se detuvo.

Sonriendo malicioso, Merybeth estaba tan excitada, comenzó a moverse de arriba abajo.

ÉI tocó sus pechos con sus manos, acariciando sus pezones, se enderezó para llevarlos a su boca, y ella comenzó a moverse más rápido.

Sean la detuvo, y salió de ella, recostándola en la cama.

Necesitaba controlarla.

Ella era tan salvaje y dulce, que quería domarla.

Quería sentir su piel.

ÉI la p$netró de una sola estocada, embistiéndola con rapidez e intensidad, estaban al borde del éxtasis.

Ella enrolló su cintura con sus piernas, y él la abrazó a su cuerpo.

Merybeth sintió que perdió el control.

Solo era él haciéndola volar por el espacio.

Sean estaba dándole todo su goce, y ella sintió como un espasmo de placer explotó en su v%gina, haciéndola g$mir, temblar hasta jadear.

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