Ámame maldito CEO
Capítulo 245

Capítulo 245: 

“Es cierto”

“En quince días será la boda”, sentenció Regina Carson.

Jane y Merybeth platicaban largo y tendido.

“Me alegro que tú y Sean arreglaran sus diferencias, Merybeth, te dije que él te amaba”, explicó ella con una falsa sonrisa.

“Sí, ¡Me hace sentir amada, Jane! Soy tan feliz”.

…

Mientras tanto en otro lugar…

“Irán a Firuze, ¿Entonces?”

“Sí, él quiere que me distraiga un poco de todo lo que pasó, y sobre todo de lo de mi madre, los investigadores buscan por todas partes, pero tengo miedo, Jane, tengo miedo de nunca conocer a mi madre”.

Jane se levantó y la abrazó.

Quería ayudar a su amiga.

“No te atrevas a perder la esperanza, Merybeth, tú eres quien me daba esperanzas a mí, cuando no podía más”.

“Lo sé, no la pierdo, no lo haré, buscaré a mi madre por toda está tierra, no descansaré hasta volverla a ver, te lo juro”

Jane tomó su mano.

Amaba esa actitud de su amiga.

“¿Y tú cómo estás?”

“Orson quiere que vaya con él a su casa…”, suspiró.

“Su madre quiere conocerme, pero, no sé cómo tomarán que seré la madre del hijo de Orson, pero no seré su pareja”, explicó ella.

Estaba decidida.

Aún así, se podía ver algo de duda en su mirada.

“¿Estás segura, Jane, de que Orson no te gusta ni un poquito?”

Jane titubeó.

Si bien era una posibilidad…

¡Eso tenía que ser imposible para ella!

No podía salir con un tipo como él…

¿Razones?

Eso no importaba, ¡Solo no podía!

“¡Qué no! Yo no quiero nada de amores, estoy harta de eso, estoy bien sola”, explicó ella como excusa para salir del paso.

“Jane, siempre te fijaste en los peores perdedores, bueno, yo también, ya ves como me pagó Joe, pero, lo que intento decir, es que, no todos los hombres son iguales, no porque alguien te lastimó todos lo harán, no puedes dejar de vivir pensando en que sufrirás”.

Jane lanzó un suspiro.

“No sé, lo pensaré, por ahora, tengo miedo de su familia”.

“Son gente linda, créeme, excepto del esposo de su hermana, ese si es un tipejo, pero los demás son adorados, y el abuelo más. Confía en tu instinto”.

“Lo intentaré, y dime, ¿Festejarás el cumpleaños de Sean en la playa?”

“Sí, Pero, no me preguntes por el regalo, no tengo nada pensado”.

“Bueno te tienes a ti misma”.

Merybeth rio de ella.

“Tal vez me anime a envolverme en celofán; y será suficiente”.

Ambas se echaron a reír.

…

Sean y Merybeth tomaron un avión privado.

Ambos viajaron hasta Pueblo del Sur en México.

“¡Me encanta viajar en un avión privado, me siento como una super estrella!”, exclamó estando muy divertida.

Sean la miraba con ojos brillantes.

La hacía tan feliz.

Aquel lugar vacío… ya no estaba vacío.

Apenas llegaron, se registraron en un lujoso hotel.

AI llegar, ella abandonó todas sus cosas.

Tenía una misión.

¡Una misión que iba a cumplir a cómo diera lugar!

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