Ámame maldito CEO
Capítulo 244

Capítulo 244: 

“Esta mosca siempre volará cerca, pero, sobre todo, encima de ti”.

ÉI besó sus labios, pero una llamada los distrajo.

“Es la Tía Patricia”.

Sean fue a hablar con ella, mientras Merybeth miraba sus anillos.

Estaba contenta.

Ella sonreía y se sentía feliz.

Mientras tanto en otro lugar…

Octave miraba a Mary BelI.

Nunca la había visto así.

Antes, todo el tiempo parecía alguien desorientada, pero ahora solo lloraba.

Parecía ausente, descontrolada.

ÉI observó a la muñeca Beth abandonada a un lado.

“Debes comer, por favor, Mary BelI”.

“Quiero ver la tumba de mi hija, quiero saberlo todo, ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Por qué mi mente es así? Borrosa, no puedo más, siento que no soy yo, que nada es real”.

Octave se acercó a ella.

Luego la tomó de los hombros.

“Lo sé, lo entiendo, mira mis ojos, confía en mí, voy a ayudarte, lo juro, come y toma la pastilla, solo así, podrás estar mejor”.

Mary BelI podía reflejarse en sus ojos marrones.

Ella asintió despacio.

De alguna forma, Octave le transmitía la paz que había perdido.

Ella tomó la medicina y la tragó.

Luego comenzó a comer, despacio y poco, pero Octave tuvo esperanza de que fuera el inicio del camino a la salvación.

Luego él hizo una llamada.

“¡Qué bueno que pudiste contestarme!”, gritó el otro al teléfono.

“Dime, por favor, ¿Podrás atender a la paciente de la que te habIé?”

“Lo haré, pero me preocupas, Octave, tu hermano me llamó, dice que estás desaparecido”, respondió.

“¡Por favor, Clarisse, no le digas nada!”

“No lo haré, nunca te traicionaría, pero, dime, ¿Estás bien?”

“ Estoy bien, pero necesito tu ayuda, por favor, por los buenos tiempos”.

“Bien, te veré mañana, a ti y a tu paciente”.

Octave sintió ilusión.

Pese a todo, Clarisse era la mejor terapeuta que él conocía.

Ella era su exesposa, pero la dejó hace cinco años, cuando se enteró de su infidelidad, y él fue a vivir a Erie con su hermano para ayudar al hospital que dirigía su padre.

Clarisse era su pasado, pero si ella era el camino a la curación para Mary BelI, estaba dispuesto a volver a ver su cara.

Todo por amor.

Mientras tanto en otro lugar…

Arabella y Sophie estaban ya instaladas en la Mansión Carson.

Ambos estaban en la amplia biblioteca de Regina.

“No crean que ya son dueñas y señoras de esta casa, he luchado mucho por mi lugar aquí, así que, si esa es su intención, desistan, porque no tienen idea de a quien se enfrentan”.

Sophie y Arabella se miraron fijamente.

Sus miradas eran cómplices.

Tenían un plan.

Un plan que iban a pensar.

“Claro que no, querida, agradecemos su hospitalidad”

“Bien, escuchen,; debemos adelantar la boda, Merybeth está muy cerca de Joe, y con tu supuesto embarazo, Sophie; no puedo esperar más”.

“¿Supuesto?”

“No creo que esperes ningún bebé, niña; te conozco, quieres que Joe se case contigo a la fuerza, bien, lo tienes, yo ya no quiero a Merybeth cerca de Joe, y ella no dudará en acecharlo, solo para molestar”.

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