Ámame maldito CEO
Capítulo 24

Capítulo 24: 

“¿No será uno de tus ex novios?”

Ella le miró con incredulidad.

“¿Uno de mis ex novios? ¿Acaso tengo una gran lista de ex novios? Ni siquiera me conoces para decir eso”

Sentenció severa y miró su rostro.

Era imposible saber lo que ese hombre pensaba.

Menos cuando tenía ese rostro de póker.

“Tenemos un contrato, así que cuida lo que haces, no quiero que alguien diga por ahí que la esposa de Sean Hyland está siendo exhibida con otro hombre”

“¿Acaso estás celoso?”

De pronto Sean la miró frunciendo el ceño.

Era una mirada confusa.

No dijo nada, pero se alejó y cerró el ungimiento.

“Descansa”

Dijo y abandonó la habitación.

Ella se quedó perpleja.

Cuando Sean llegó a su alcoba pensó en lo que ella le dijo.

¿Acaso él estaba celoso?

Esa idea no le había pasado por la cabeza hasta que ella se la insinuó, sin embargo, sonaba como algo probable y esa sola idea le pareció insoportable.

Se recostó en la cama, pero no pudo dormir, hasta la llegada de la madrugada.

A la mañana siguiente, una vez que Sean se levantó y se bañó, estaba listo para ir a la oficina, fue hasta la habitación de Merybeth.

Cuando no la encontró ahí, se quedó perplejo, bajó de prisa, hasta que escuchó ese ruido en la cocina.

El olor a café recién hecho, Sean se asomó y la miró ahí.

Estaba de pie, cocinando y tarareando una dulce canción.

“¿Qué crees que haces? Vuelve a la cama, estás enferma”

Sentenció.

Pero ella no le hizo una pisca de caso y llevó un plato de comida al comedor.

“Su desayuno está listo, Señor Hyland, así que siéntese”.

Él la miró como escudriñándola.

“Merybeth, necesito que estés bien para el fin de semana, tendremos un evento familia”.

“¿Familiar…?”

Exclamó ella con estupor.

“¡Vaya! ¿Habla de que conoceré a sus padres y familiares?”

“Yo no tengo padres”

Sentenció con frialdad y Merybeth se quedó perpleja.

Guardó silencio, sintiéndose triste por él.

“Yo… lo siento”.

“¿Por qué? No me importan, mi madre murió cuando yo era pequeño, ni me acuerdo de su cara, y mi padre, me abandonó, él no me importa en lo más mínimo, en realidad, nada de eso me importa, los Hyland son mi familia adoptiva, y lo único que tenemos que hacer es ir a fingir que somos felices, eso es todo”.

Ella escuchó la frialdad de sus palabras.

“¿Y después de eso que pasará? Quiero decir, seguiremos fingiendo”.

“De eso depende que me den mi herencia, eso es todo”.

“Entonces, luego de que te den la herencia, ¿Será el divorcio?”

Sean la miró severo.

“No lo sé, eso depende, aún tengo algo más que hacer, después de recibir mi herencia, es un plan que he desarrollado por mucho tiempo, si todo sale como yo quiero, podría fácilmente dejarte ir y encargarme yo mismo, pero no sé, todo puede cambiar”.

Merybeth se quedó callada.

Pensaba en sus palabras.

‘Después de que Sean Hyland me eche de su lado, tendré dinero suficiente y una gran casa, pero… estaré sola y él… él estará con ella, y yo de nuevo seré una descorazonada’

El rostro de Merybeth se había cubierto de un desasosiego.

Era como si se fuera a echar a llorar.

Sean no apartaba sus ojos de ella.

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