Ámame maldito CEO
Capítulo 18

Capítulo 18: 

Pronto, Sophie parqueó en unos edificios.

Era un lugar extraño, donde Merybeth nunca había estado.

“Sígueme”

Dijo Sophie y Merybeth la obedeció.

Llegaron justo a un callejón sin salida.

“¿Dónde está?”

“Ya no debe tardar”

Cuando observó un mensaje que resonó en su móvil supo que su amante estaba llegando.

“Te crees mejor que yo, pero no lo eres, Merybeth, ya ves, te quité a tu novio, él será mi esposo y seré muy rica, en cambió tú serás una nadie, porque, además, ya no puedes trabajar en tus videos estúpidos”.

Merybeth la miró con rabia.

“Si supieras quien soy ahora, te dolería mucho”

Exclamó con seguridad.

“¿Quién eres?”

Merybeth la miró con furia y de pronto le dio una fuerte-bofetada.

“Pronto lo sabrás y te juro que tendrás que humillarte ante mí”.

“¡Maldita p%rra! Siempre serás nadie para mí, tú no eres mejor, ni más bonita que yo, menos después de hoy”.

Sophie la empujó y de pronto un hombre apareció.

Sophie se fue corriendo y subió al auto arrancando.

Ese acto enloqueció los nervios de Sean que corrió hacia aquel lugar.

Merybeth intentaba alejarse de ese tipo, que tenía un frasco en las manos.

“Despídete de tu lindo rostro, bonita, a partir de ahora, tu rostro será un asco”.

Merybeth temió que aquello fuera un ácido y se asustó tanto, que caminó hacia atrás, cayéndose al suelo.

De pronto escuchó un buen golpe.

El frasco había caído al suelo y cuando alzó la vista miró aquellos zapatos lujosos.

Levantó la vista para encontrar a Sean Hyland.

Ella apuntó atrás.

Él hombre iba a golpearlo, pero Sean le dio tal golpe que lo hizo caer y gritar por quemarse la mano con el ácido.

Merybeth se intentó levantar pero vio sangre correr por su costado, se había encajado un vidrio que estaba sobre el suelo, Sean se asustó mucho al ver la sangre sobre su piel, y entonces, aquel criminal huyó despavorido aprovechando el descuido.

Sean decidió que era lo de menos, se acercó a la mujer, y la tomó en sus brazos, llevándola consigo, el chofer los observó asustado.

Sean subió al auto con Merybeth entre sus brazos.

“¿Señor?”

“¡Al hospital, ahora mismo!”

Sentenció con firmeza.

Sophie esperaba a que Clint volviera, pero cuando abrió la puerta y vio su piel herida ella se asustó mucho.

“¿Qué fue lo que pasó?”

“iEsa p%rra! Tiene a un salvador, no dijiste nada de otro hombre”.

“¿Otro hombre?”

Exclamó Sophie.

“Sí, un hombre poderoso y fuerte, llegó a salvarla apenas te fuiste, me golpeó y mira lo que me hizo”.

“¿Y ella? ¿Qué pasó con ella?”

“¡Nada! No le hice nada, bruja, la blanca nieves sigue tan bella como siempre”

Dijo rabioso.

Sophie le miró con gran coraje mientras hacía una pataleta en medio del suelo.

Mientras tanto en otro lugar…

Apenas bajaron del auto, Sean cargaba en sus brazos a Merybeth y exclamó pidiendo que fuera atendida.

Dos enfermeros la pusieron sobre la camilla.

Luego llegó una enfermera que al ver que las heridas no eran de gravedad.

Hizo casi caso omiso.

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