Ámame maldito CEO -
Capítulo 17
Capítulo 17:
Sean Hyland consideraba que su madre adoptiva era una mujer muy inteligente, pero él no creía en el amor.
No después de que otra mujer hubiese roto su corazón y lo hubiese traicionado de una manera ruin.
Era imposible para él volver a creer.
Para Sean el amor era un color gris aburrido, que jamás quería volver a ver.
“Entonces, ¿Por qué no se casó por la iglesia, Señor Hyland?”
“Mi esposa y yo no somos creyentes de la religión, nos hemos casado por la ley, y eso es lo importante, ¿No lo cree?”
Dijo severo, y el abogado asintió.
“Ya veo que ni siquiera tiene una argolla de matrimonio”.
“Claro que sí, pero mi esposa eligió unas argollas muy exclusivas, ella no está casada con cualquier hombre, no, ella sabe que es una Hyland… así que compró unas costosas argollas de la marca Giacomi, es por eso que aún no las han tenido listas”.
“¡Vaya! Esperamos que en el día familiar puedan lucirlas”.
Sean asintió.
“¿Y a qué se dedica su esposa, Señor Hyland?”
“Ella es… modelo, bueno, ella monetiza sus videos, ¿Sabe cómo es eso?”
El hombre asintió.
“¿Le gusta que ella haga eso?”
“Bueno, sí, claro, si eso le gusta a ella, no tengo problema, además le queda tiempo para atender la casa, y no tiene que estar expuesta ante el peligro de la calle, así que sí, ella es feliz así, yo también”.
“Bien, ¿Y cuándo será el día familiar?”
“Será el próximo fin de semana”
Dijo Sean con algo de duda.
“Muy bien, avisaré a la familia, todos querrán conocer a su esposa, al día siguiente podré entregarle al fin, la fortuna que su madre Brooke dejó para usted, su abuelo estará feliz de verlo”.
Sean se despidió del hombre.
Cuando miró su reloj, aún notó que era suficiente temprano para ir a la oficina, y decidió volver a casa.
Merybeth salía de casa, un taxi ya la esperaba y lo abordó de prisa para encontrarse con su hermana donde le había indicado.
El lugar era en un parque a unos minutos de ahí.
Sean que la vio Salir, cuando recién llegó, decidió seguirla, pidiendo a su chofer que fuera detrás de ella.
Cuando Merybeth llegó, pagó el viaje, y esperó a que su hermana llegara. No sabía que Sean Hyland estaba cerca, estacionado a unos cuantos metros.
Estaba observándola bien.
‘¿Qué hace aquí? Creo que no le advertí que no debe salir sin mi permiso, ¿Acaso con quién se va a encontrar?’
Pensó, mientras miraba con atención, observó a un auto parquear justo frente al parque, y observó a una joven mujer bajar de ahí.
“Hola, Mery”.
“¿Qué quieres?”
Espetó Merybeth cruzándose de brazos y con rostro severo.
“Habla rápido, que tengo prisa y no puedo demorarme”.
Sophie la miró con ojos pequeños.
Merybeth no pudo intuir nada.
“Joe quiere hablar contigo”.
Ese nombre provocó una terrible frustración en Merybeth.
“Yo no quiero saber nada de él, es todo tuyo, quédate con el traidor, a mí no me importa”.
Explicó ella.
“Merybeth, no te hagas la importante, él quiere hablarte, y dejar unas cosas en claro”.
Merybeth sintió curiosidad.
Era de sus peores defectos y aceptó acompañarla.
Subieron al auto, y Sophie se alejó de aquel lugar.
Sean Hyland pidió que las siguieran muy de cerca, pero sin que pudieran darse cuenta de nada.
‘Si llega a verse con otro hombre, va a lamentarlo’
Pensó, Sean.
Sentía unas dudas terribles, y no era capaz de reconocer que su angustia podía ser por algo más, pero estaba tan molesto.
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