Ámame maldito CEO -
Capítulo 169
Capítulo 169:
Sean se veía feliz.
¡Había resucitado!
Anne estaba a su lado, y Joe se acercó
“Sean, ¿Podemos hablar?”
Sean le miró con ojos severos.
“Ven conmigo, Anne”, dijo Orson y los dejó solos.
“¿Qué quieres, Joe? ¿Vienes a suplicar que no te deje sin nada?”
Joe negó.
“Lamento esto, no lo sabía, créeme, jamás te hubiese quitado tu dinero”.
Sean esbozó una sonrisa.
“¿Quieres decir que esperas, que crea, que no lo sabías? Tú creíste en tu mamita, ¿Creíste de verdad que yo iba a heredarte todo? Si solo fuera eso, tal vez, te hubiese perdonado, pero, me dejaste solo, no te importe ni un poco, eres falso, eres un traidor, Joe Carson, además, yo soy Sean, yo no perdono, esto, solo es el inicio”.
“¿A qué te refieres?”
“Te lo digo de frente, esto solo es la punta del iceberg, yo me vengaré, tú, tu madre y Joel, todos pagarán por loque me hicieron, no descansaré hasta que haberme conocido. Sea una pesadilla para todos ustedes”.
“¿Qué ganarás con esa venganza, Sean?”, exclamó Joe dolido.
Sean sonrió.
“Lo mismo que ganaron ustedes destruyéndome la vida”.
Cuando volvieron al juicio, el juez se puso de pie, todos lo imitaron.
“A continuación, se leerá el veredicto por parte del jurado, y emitiré la sentencia”.
Sean y Orson sonrieron.
Fue tan rápido, estaban complacidos.
Regina torcía sus dedos con un miedo y una rabia.
“En el caso de despojo de herencia, como declaran a Joe Carson y Regina Carson. Los encontramos culpables”.
Sean sonrió y Orson le dio la mano, felicitándolo.
“Bien, emitiré la sentencia: mi sentencia es que la Familia Carson debe entregar toda la herencia Carson al heredero universal original, además, deberán entregar la mitad de sus ingresos totales de dos años atrás, la Señora Regina Carson, deberá pagar veinte millones de dólares a Anne Phillips para compensarla por daños y perjuicios debido a sus amenazas, tienen seis días hábiles para realizarlo”.
El juez cerró el juicio.
Regina tocó su pecho, sentía que podía morir de rabia.
Orson y Sean se abrazaron.
Luego salieron de ahí.
Anne también abrazó a Sean.
“¡Felicidades, mi amor!”, exclamó.
Él se liberó de ella, y asintió.
Los Carson salieron y lo miraron de lejos.
Joe fue quien se acercó a él.
“Te felicito, hermano, me alegro de que se haya hecho justicia”, dijo Joe.
Sean le miró con ojos severos.
Él no creía en nada de lo que Joe decía.
Nunca volvería a confiar en él, estaba seguro de eso.
“Gracias, pronto los visitaré, hay algunas cosas que quiero que dejemos claras, pero, no ahora”.
Joe asintió.
Sean dio la vuelta, y se alejó.
Anne estaba por salir, cuando sintió una mano que la tomó con fuerza, Regina Carson la hizo a un lado.
“Embustera, ¿Así que me traicionaste, maldita p%rra? No cabe duda de que eres como una pr%ituta barata, sirviendo al mejor postor”.
“¡Suéltame, Regina! Tú fallaste, ahora tienes lo que mereces”.
Regina tomó su barbilla, sujetándola con fuerza.
“No creas que has ganado, Anne, te aseguro que lo pagarás muy caro, te arrepentirás, me pagarás lo que me hiciste, a mí. Nadie me traiciona, te lo juro”.
“¡Suéltame, no te tengo miedo! Ahora seré la gran Señora Carson y tú, estarás en la miseria”.
Regina le dio tan fuerte bofetada que la hizo caer al suelo.
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