Ámame maldito CEO -
Capítulo 166
Capítulo 166:
“Que te vaya bien, gana ese juicio”
Sean se detuvo ante el umbral de la puerta y la miro fijamente, esbozó una sonrisa divertida.
“Te juro que ganaré, lo haré por los dos”, dijo con seguridad.
Merybeth le miró extrañada, sin entender por qué ese juicio era tan importante.
“¿Sabes, Merybeth? Ayer hablaste sobre ese bar, hay algo que nunca dije sobre esa noche, cuando te vi, solo pensé en una cosa”.
Ella le miró con intriga.
“¿En qué?”, preguntó ella.
“En traerte conmigo, y hacerte el amor, eso pensé cuando te vi, porque me gustabas demasiado.do pensé como si fuera una profecía, supongo que ahora es una profecía autocumplida”, dijo con ojos brillantes, mirándola con dulzura.
Ella le miró sonriente.
Luego él salió de ahí para irse, aunque Sean sentía el deseo de no irse, quería quedarse a su lado, pero era su deber acabar con los que le hicieron tanto daño.
Había oscuridad en su corazón cegando sus ganas de amar.
…
Cuando Merybeth llegó a casa de Jane, ella la miró sorprendida, observándola bien, supo que su amiga estaba demasiado feliz.
“¿Estabas con Sean? ¿Verdad?”, exclamó.
Merybeth hundió la mirada al suelo, pero asintió despacio.
“Sí, lo siento., me convenció por un rato de unos minutos de placer, bueno, una noche”.
Jane rio un poco.
“Te convenció, entonces, dime, ¿Qué pasó?”
Merybeth esbozó una gran sonrisa, y fue suficiente señal para que Jane supiera que algo muy bueno había pasado entre ese par.
“Creo que he tenido la mejor noche de toda mi vida”, dijo Merybeth recostada sobre el sofá.
Jane sonrió.
“Me alegro, tú mereces ser feliz, ahora me voy, te veo más tarde en la oficina”.
Merybeth se despidió y corrió a bañarse.
Jane caminaba a su auto, cuando vio esa silueta recargada sobre el auto, era una mujer que ella no conocía.
“Buen día, ¿Puedo ayudarla en algo?
Lucy la miró de arriba abajo.
“¿Así que tú eres la famosa Jane?”, espetó sarcástica.
“¿Famosa Jane? Bueno, soy Jane, no sé si soy famosa o no, ¿Quién eres tú?”
“Lucy, soy la amante de Orson Hyland…”
“La asistonta”, espetó Jane con una mueca burlona que escondía algo de furia.
“¿Asistonta? ¿Así que eres amiga de Merybeth Hansen? ¿Por qué no me extraña que el par de amigas oportunistas se ganen a los hombres ricos? ¡Típico de ustedes!”
Jane se echó a reír.
No se podía creer su hipocresía.
“¿Hablarás de oportunismo? Intentaste conquistar a tu jefe, y cuando te falló sedujiste al primo, solo por llevar el apellido Hyland, pero lo comprendo, querida, sé que debes estar furiosa, dos veces perdiste a los hombres que te sacarían de pobre”.
“No creas que ese b%stardo en tu v!entre, te salvará, Jane, Orson siempre me ha querido a mí, de hecho, hemos estado juntos tantas veces, quizás yo también le dé un bebé, y entonces, ¿Crees que querrá a tu hijo?”, dijo tocándose el v!entre.
Jane sintió un temor de sus palabras y guardó silencio.
Lucy se echó a reír y salió a toda prisa, alejándose de ella.
‘¡Maldita mujer! Es un ser aberrante, pero tiene razón, ¿Tiene sentido tener un hijo cuando no hay amor? Terminaré trayendo a un hijo que viva lo mismo que yo viví; dos padres ausentes, una vida vacía, un pobre niño sin un hogar en este mundo’ pensó con tristeza.
…
El juicio estaba por iniciar, Sean y Orson estaban ahí.
“¿Les dijiste a todos?”
“Sí, no te apures por nada, todos saben que no pueden mencionar a Sean Hyland, hoy solo serás Sean Carson”.
Sean sonrió y asintió.
La puerta del salón se abrió, y entonces los vio entrar, como era de esperarse, Regina fue la primera en entrar.
Joe y Joel, iban tras ella, como si pudieran cubrirse entre su falda.
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