Ámame maldito CEO
Capítulo 164

Capítulo 164: 

POV Merybeth:

Su mirada lujuriosa está clavada en mi cuerpo, siento que no solo mi cuerpo está desnudo, también mi alma.

Él tiene un efecto extraño en mí.

Es como un imán que me atrae a miles de millas de distancia, y también es como una dr%ga, quiero dejarla, pero sigo siendo adicta a él.

Es tan guapo, pero no del tipo que mueres por él, sino del tipo que solo quieres para ti, y sabes que eres suya, por milenios.

Sus labios besan mi cuello, y mi piel se eriza, es como si lo controlara todo, quiero ser suya, no podría soportar quedarme con las ganas, quiero ser mujer, pero solo ser su mujer.

Su lengua deja un camino húmedo por mi cuello, refrescante, y ardiente a la vez, sus manos acarician mis pechos, y sonríe, hay una especie de malicia en su rostro, que me sabe a dulzura, luego su traviesa lengua acaricia mis pezones, que se irguen como capullos de rosa abriéndose, solo para él, siento que tiemblo, jadeo, gimo, él tiene ese efecto, solo un roce y estoy tan mojada, estoy excitada, puedo sentir su peso, y es como no volver a sentirme sola.

“¿Te gusta, Mery…?”

Joder, su voz es tan ronca, y a veces suelo odiarlo, en realidad, siempre lo odio, todo el tiempo, pero, ¿Solo se odia lo amado?

Sí, lo amo, no solo en la cama, lo amo cuando me hace enojar, cuando hace el idiota, y cuando me sorprende y dice algo hermoso, odio la forma en que lo amo, va más allá de lo que amé antes de él tal vez por eso estoy tan asustada.

Su boca sigue bajando llenándome de besos, y siento que enloqueceré.

Mi cuerpo se arquea, su lengua se mueve tan hábil sobre mi cl!toris, ante él.

¿Qué era todo esto?

Solo cuentos en revistas, sobre mujeres satisfechas, él me enseñó como ama una mujer, como siente, como disfruta, soy otra con él, y me gusta serlo.

No puedo pensar, el placer me hace temblar, me enloquece, mi voz se rompe en gemidos, en jadeos, súplicas, pido más, quiero más, y él me lo da, grito su nombre, y me pregunto si sabe lo que logra en este cuerpo, claro que lo sabe, pudo ver su sonrisa, puedo ver su lujuria, ¿Acaso él también me desea como yo a él?

Se detiene y lo maldigo.

Quiero más.

Su mirada nunca fue tan severa, tan sensual, su frente se une con la mía, y me besa, siento su  v!rilidad golpeando mi entrada, y contengo todo el aliento.

Tengo miedo.

Estoy perdida en sus brazos.

Estoy tan mojada.

Siento esa presión en mi vag%na.

No puedo dejar de temer.

Siento su mirada en mí.

Besa mis labios con ardor, y pierdo la razón, lanzo un ligero quejido, porque siento incomodidad, sisea en mis labios.

“Tranquila, solo un poco, te amo…”

¿Qué fue lo que dijo?

No puedo pensar, porque de pronto me siento tan llena de él.

Ahora solo siento que estoy tan completa.

Vuelve a besar mi cuello, me llena de caricias y comienza a moverse.

Un placer me invade.

Una sensación tan rica, estamos tan cerca, puedo abrazarlo, puedo sentirlo tan mío, como nunca antes.

Él se mueve tan suave, pero comienza a hacerlo más rápido e intenso, y no puedo más, se siente tan delicioso, no quiero que pare nunca, puedo escuchar mi voz, g!miendo, gritando, la forma en que se mueve dentro de mí.

Entra y sale, nuestras pelvis chocan, los sonidos de nuestra humedad, todo es tan intenso, tan ardiente, no puedo más.

Mi cuerpo se tensa, mi interior se contrae, siento que voy a explotar, un gemido tan fuerte sale por mis labios, todo mi cuerpo se estremece, espasmos de placer recorren mi vag%na, mis piernas tiemblan débiles, él aún se mueve en mí, pero se queda muy quieto.

Sus movimientos son tan lentos.

Entonces libera un jadeo sobre mi boca, su rostro parece tan complacido, tan dulce, siento un líquido caliente que recorre en mi vag%na.

Él recupera el aliento.

Mira mis ojos, hay una sonrisa tonta en mis labios, pero él sabe que estoy loca, acunó su rostro y beso sus labios, que ni crea que se volverá a la Antártida, mañana puede hacerlo, hoy es mi señor volcán, hoy es todo mío.

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