Ámame maldito CEO
Capítulo 161

Capítulo 161: 

Ella sonrió, como su fuera una niña pequeña por recibir un premio, y corrió a él con bastante energía.

Sean la llevó hasta su propia recámara.

Ella miró ese lugar.

Le gustaba su habitación, solo una vez pudo dormir ahí, y de alguna manera, pensaba que algún día, dormiría ahí por siempre.

“Merybeth, estoy confiando en ti, así que, espero que no me decepciones, ni me hagas nada malo”, explicó preocupado.

Ella sonrió con el rostro burlón.

Sean pensó que era su pequeña diablilla.

“Lo prometo, no haré nada malo, solo te daré mucho placer, confía en mí, como yo confié en ti”, ella titubeó.

“Mejor confía en mí de verdad”, dijo guiñando un ojo.

Sean lanzó un suspiro.

Había algo de temor en su interior, pero si estaba mal, ¿Por qué se sentía tan bien?

Esto… era muy extraño para él.

Mientras tanto en otro lugar…

Joe Carson llegó a la Casa de los Hansen.

Sophie se abalanzó a sus brazos justo cuando lo vio entrar, pero fue fácil notar que él estaba tan angustiado.

“¿Amor? ¿Qué es lo que ha pasado?”

Joe se sentó en el sofá y la miró fijamente.

No podía creer todavía todo lo que había pasado.

Su hermano… ¿De verdad era él?

Parecía otra persona.

“¿Recuerdas a mi hermano Sean?”

Sophie hizo memoria.

“El asesino que está en prisión, ¿Es a ese hombre a quién te refieres?”

“Sí, pero, ya no está en la cárcel, demostró su inocencia, ahora está dispuesto a pelearnos la fortuna de los Carson”.

Sophie abrió los ojos con terror, no podía creerlo.

“¡¿Qué dices?! ¡No es posible! ¿Cómo puede hacerlo? Pero, ¡No tiene probabilidades de ganar! ¿Verdad?”, exclamó asustada.

“Él cedió la fortuna del abuelo a mi nombre, nadie lo obligó a hacerlo, ahora dice que sí, no sé qué pasa con él, nos odia, Sophie, el juicio iniciará mañana mismo, pero, ¿Sabes quien es el abogado que maneja su caso?”

“¿Quién?”, exclamó Sophie intrigada.

“Sean Hyland, el esposo de Merybeth”.

“¡Te lo dije, Joe!”, exclamó Sophie, sentándose frente a él, acunando su rostro.

“Seguro de que Merybeth le pidió a su esposo que buscara una forma de fastidiarnos, ¿Recuerdas que dijo que su esposo la tenía bien consentida? ¿Acaso no metió a mi propia madre a la cárcel usando mentiras? ¡Mira lo que ha hecho! Ahora planea destruirte a ti, quiere venganza, está despechada por tu amor”.

Joe bajó la mirada.

Se veía triste.

Estaba… desolado.

“No es la misma Merybeth que yo conocí, no es la misma de la que me enamoré, es como si ahora, fuéramos solo dos extraños que no se reconocieran en ningún lugar”, dijo Joe con la voz muy dolorosa.

Sophie, aprovechando esta oportunidad, lo abrazó.

No podía desaprovechar un momento como este.

Para su suerte, ¡Las cosas habían tomado este rumbo dándole más veracidad a la mentira que había creado ella en primer lugar!

Era perfecto.

O bueno, casi perfecto porque su fortuna estaba en peligro.

“No dejes que te quiten tu fortuna, Joe, no dejes que te quiten lo que es tuyo”, aseveró Sophie, ya que no quería perder ante su hermana.

Mientras tanto en otro lugar…

Sean comenzó a quitarse la ropa, primero desnudó su torso, luego quitó sus pantalones.

Merybeth lo miraba fijamente.

Era como si estuviera hipnotizada por su belleza.

Él era tan perfecto.

¡Era totalmente su tipo!

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