Ámame maldito CEO
Capítulo 155

Capítulo 155: 

Merybeth fue informada de que el cliente había llegado.

Ella estaba nerviosa, pero pidió que lo dejaran pasar, al verlo, sonrió, lo saludó con amabilidad, notó que aquel hombre no quitaba su mirada de ella.

Era un hombre imponente, alto, guapo, con ojos oscuros, de edad media, él se sentó frente a ella con confianza.

“Bienvenido, señor Macron, Jane no se encuentra, pero, me pidió que lo atendiera, soy Merybeth Hansen”.

“Nunca me había dado tanto gusto de no encontrar a la persona con quien me cito, regularmente me molesta, pero hoy parece ser lo más agradable que me ha pasado, la vista es espectacular”.

Merybeth abrió ojos incrédulos, pero luego rio del hombre.

“¿Siempre es tan coqueto? ¿O es solo con jovencitas como yo?”

El hombre alzó las cejas, sorprendido.

“En realidad, solo con jovencitas como tú”.

Ambos rieron de sus palabras.

“Bueno, no se preocupe, fingiré que no escuché eso, ah y fingiré sentirme muy halagada, como si fuera la única en su mente”, dijo guiñando su ojo.

“¿Siempre es tan agradable?”

“No, para nada, mi esposo dice que soy un delirio, y desearía volver a nacer para no casarse conmigo, pero, ¿Ya sabe? Hombre casado…”

“¡Hombre condenado!”, dijo Clint riendo.

“No puedo creer que una joven tan hermosa esté casada, eso debe ser triste”.

“Ah, bueno, lloró una vez al mes, pero, no hay nada que hacer”, dijo sonriendo.

“Dígame, entonces, ¿Cuál es el negocio?”

El hombre acomodó su postura, sonriente, se veía relajado.

Merybeth sabía que, si no ponía un límite discreto con ese CEO, entonces encontraría un sinfín de coqueteos, y no parecía ser un hombre dispuesto a recibir un no por respuesta.

Usar su matrimonio fue como una tabla de salvación

“Vi que en Nueva York se volvieron Trending topic con el video que realizaron sobre el artista Mackulay, pero yo quiero que trabajen con mi nueva línea de maquillaje inspirada en mujeres poderosas, quiero que ustedes la hagan viral, necesito aumentar las ventas, y que, al mismo tiempo, mi marca tenga un estilo juvenil, quiero que la puedan usar todas las jóvenes, y que sea accesible a ellas, además, que promueva los nuevos estándares de libertad femenina, empoderamiento y frescura”.

“Maravilloso, nosotros podemos hacer real cualquier campaña de marketing, déjeme preparar una propuesta, y se la haremos saber, junto a los costos”.

“¿Podría verla para cenar? Tal vez ahí podríamos tratar los temas de la campaña”.

Merybeth le miró con ojos pequeños.

“Seguro de que cenaremos juntos, en la inauguración de su línea de maquillaje”.

El hombre sonrió y besó su mano al despedirse.

“Ahora veo porque su esposo se casó con usted; hermosa, joven y astuta, ¿Qué más puede pedir? Yo también me hubiese casado”.

“Le aseguro que, si estuviese casado conmigo, también quisiera escapar a China, como mi marido”.

“No lo creo”.

“Bueno, usted sabe que, los hombres solo aman el amor, si es una tortura”.

Ambos se despidieron.

Acordaron que mañana vendría por una propuesta para cerrar la negociación.

Cuando Jane volvió a la agencia, contó todo a Merybeth.

“¿Y qué harás, Jane?”

“No lo sé, Orson es tan… conmovedor, es como si hablara con un coaching motivacional, es un manipulador”.

“Jane, ¿De verdad no quieres tener a ese bebé?”

Jane miró a sus ojos.

Había una duda enorme en su interior.

¿Podía cargar con una responsabilidad como esa?

Sin lugar a dudas, ese bebé cambiaría su vida.

No era un decisión fácil.

“No lo sé, ¿Qué vida puedo ofrecerle? Solo pienso en el éxito, en vivir la vida, ¿Eso-hace una buena madre? Mira cómo es la tuya, el daño que es capaz de hacerte. Y mira la mía, ¿Dónde está ahora? Ella vive su vida, tiene sus otros hijos, pero, ¿Alguna vez se acuerda de mí?”, dijo mientras chasqueaba su lengua.

“Ninguna noche, ningún día como estos”.

“No somos nuestros padres, ellos nos criaron, pero nosotros también hicimos nuestra parte, somos mejores que ellos, Jane, y nuestro corazón es más fuerte, no te amargues, no temas, no cierres la posibilidad de ser feliz por tu pasado, no dejes que te defina, yo no puedo decirte si debes, o no, tener a tu hijo, pero, sé que al final, hay una voz en tu interior que te dirá el camino correcto que debes seguir”.

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