Ámame maldito CEO
Capítulo 138

Capítulo 138: 

Sean observó a Anne llegar.

Ella intentó besarlo, pero él atinó a evadir el beso.

“Vamos, nos están esperando”, dijo con firmeza.

Pronto entraron y fueron hasta la oficina de Orson Hyland.

Él los recibió amable, saludando, tomaron asiento.

“Entonces… quieren demandar a la Familia Carson, ¿Es verdad?”

“Así es, ellos me robaron la herencia de mi abuelo, Metín Carson, él dejó todo para mí”, explicó con calma él.

“¿Hay alguna forma en que podremos probar que realmente él le dejó toda la herencia a usted, Señor Carson?”, exclamó.

“Además del testamento, claro”.

“Sí, pero, según lo que dicen, usted mismo cedió toda la herencia en favor de Joe Carson, su hermano menor”.

Sean miró a Orson con algo de rabia.

No le gustaba como manejaba el asunto.

“Sean jamás cedió nada, al menos no por su voluntad, yo hice que lo cediera”.

“Explíquese”, dijo Orson intrigado.

“Es que, lo hice firmar una hoja en blanco, y la entregué a Regina Carson, quien la usó para crear un documento donde afirmó, que Sean cedió todos sus derechos a la herencia en favor de Joe Carson, luego la llevó ante un notario, así fue como ocurrió”, dijo Anne.

“Fui obligada a hacerlo, esa mujer me obligó, o si no iba a matar a mi padre”.

“La acusación es grave, Señorita Philips, debe tener pruebas que lo solventen”, aseveró Orson Hyland.

Anne asintió y tomó de su cartera una memoria USB.

“¿Podría reproducir el video en esta USB?”, preguntó ella.

“No tenía pruebas, pero cuando murió mi padre, y fui al asilo de ancianos, me entregaron esta USB, al parecer, alguien grabo el momento en que esto ocurrió pro medio de la grabación de seguridad, y decidieron dármelo, porque creían que mi padre era lastimado por esa mujer”.

Orson y Sean le miraron impactados.

Orson tomó la USB y la colocó en la pantalla, encendiéndola, lo que vieron a continuación les dejó helados.

Regina estaba en una habitación en el asilo de ancianos, junto a ella estaba el padre de Anne, que estaba ahí por haber padecido Esclerosis Lateral Amiotrófica, que era tan grave, que el hombre siempre dependía de ayuda.

“Escúchalo bien, Anne, no volverás a ver a tu padre, nunca, si no consigues que Sean Carson sea obligado a entregarnos la herencia, consigue que nos ceda la fortuna, o consigue su firma en una hoja en blanco, de lo contrario, tu padre pagará por ello”

Sean abrió ojos enormes.

Sabía que esa mujer era una arpía, pero nunca la vio tan peligrosa como en ese video.

“¡Maldita mujer!”, exclamó Sean con odio.

“Nunca quise lastimarte, cariño, tuve miedo”.

Sean miró a Anne.

Incluso si ella decía eso, él no lo creía.

Él pudo haberle perdonado que le dejará sin dinero, si era chantajeada, pero no le perdonaría saber que lo engañó con su propio padre.

Eso era la peor de las traiciones.

Algo… aberrante para él.

“Entiendo, por favor, querida, espera afuera, déjame hablar con el abogado”.

Ella asintió y salió de ahí.

“Sean, tenemos las pruebas necesarias para que se demuestre la verdad, podrás obtener tu herencia”, dijo Orson convencido.

“Quiero ver sus rostros de terror, cuando sepan que están destinados a la miseria, comienza el juicio, quiero que sientan miedo de mí, estaré en el juicio, pagarán por lo que hicieron”, dijo riéndose.

“Está bien, comenzaré, ¿Y esa mujer? ¿Qué harás con ella? ¿Te casarás? ¿Te divorciarás de Merybeth y toda por esa mujer?”, exclamó Orson impactado.

Sean rio un poco.

“¡Nunca!”, respondió después de tomar aire.

“Solo tengo una mujer, Orson”

Hizo una pausa para que él lo escuchara bien.

Quería dejarlo claro.

“Y es Merybeth Hansen, ahora, encárgate de hacer el juicio con rapidez, que esta mujer declare de inmediato, porque quiero deshacerme de su horrible presencia lo más pronto posible, para volver al lado de mi esposa”, sentenció Sean.

‘Ella será la única mujer que irá conmigo a la Mansión Carson, quiero ver los rostros de mis enemigos cuando sepan que he vuelto de la muerte, y que he recuperado mi herencia, Merybeth serás ahora también la Señora Carson, y cuando lo sepa, también podrá burlarse de su familia, hacerlos pagar por todo el daño que le hicieron, será una doble venganza, después de eso, me amará más’, pensó Sean creando en su mente sus fantasías más salvajes.

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