Ámame maldito CEO -
Capítulo 125
Capítulo 125:
“El hombre fue a buscarte a ti, lo recibió uno de los investigadores, él exigió hablar con el Señor Hyland, porque quiere saber sobre su hermano Sean Carson, quiere saber dónde está su tumba, porque él ya sabe que Sean Carson está muerto”
Sean bajó la mirada.
“¿Y que le dijeron?”
“Le dijeron que no podían atenderlo. Ese hombre no quedó tranquilo, no lo estará Sean, si tiene duda seguirá con eso”.
“Todo se vendrá abajo, no llegué hasta aquí para nada, Orson, regrésate a Genesee, te diré lo que debes decirle a Joe, por nada del mundo puede descubrirme ahora, nadie puede saber quién fui antes, ni quien soy ahora, los Carson deben creer en mi muerte, deben estar seguros de que mataron a Sean Carson”, aseveró.
…
Joe llegó a la mansión Carson, no era usual que estuviera ahí.
Él tenía un departamento en la Zona Este de Genesee.
Odiaba la casa familiar, le traía los peores recuerdos, aunque últimamente estaba ahí a menudo, antes de entrar, sintió que le dolía la cabeza.
Tomó de la guantera un tarro con medicinas y una botella de agua y la tomó.
Entró a la casa, y vio a su madre en el salón principal, entró y cerró con fuerza.
Regina Carson le miró extrañada.
“Hijo, ¿Qué es lo que pasa? ¿Estás bien? Te ves pálido”.
Regina acunando su rostro, estaba angustiada por su único hijo.
“¿Cómo pudiste, madre? ¡Acusamos a un hombre inocente hace tres años! Mi hermano era inocente, ¡Sean Carson no era un asesino!”
Estaba triste.
Regina le miró impactada de lo que él decía.
Estaba asustada.
“¿Quién te dijo eso? ¿Cómo es que estás tan seguro?”
“Fui a la prisión”.
“¿Por qué? Ese no es lugar para ti, Joe”.
“Eso no importa, madre, lo único que importa es que mi hermano no era culpable, él no era un asesino, y me obligaste a condenarlo, porque según tú, era mi deber cristiano, ¡Mira lo que me hiciste hacer! Ahora no puedo volver el tiempo, envié a mi hermano a un cruel destino, ahora está muerto, no podrá perdonarme, jamás”
Regina intentó tocar su rostro.
Quería calmarlo.
“Hijo, no te culpes…”
“Mi hermano es inocente, él iba a salir de la cárcel, probó su libertad, ¡Lo mataron, madre! Mi hermano Sean está muerto”.
Regina estaba perpleja al escuchar sus palabras.
Joe se abrazó a ella, pero Regina esbozó una tétrica sonrisa.
‘Sean Carson, ahora estás muerto, me alegro tanto, ahora ya no eres más una piedra en mi camino’, pensó feliz.
Ella lo recordó todo.
Flashback:
Arabella estaba con su empleado de confianza Matthew, quién tenía tomada del cuello a Anne Phillips, con un cuchillo que amenazaba con cortarle la piel.
“¡No me mientas, maldita! Sé que has estado revolcándote con mi marido desde hace mucho, ¡Eres una desgraciada! Te traje para que me ayudaras, te iba a dar mucho dinero, ¿Y qué hiciste? ¡Me traicionaste!”
“iTía, por favor, perdóname…!”
“¿Perdonarte? ¡Yo no perdonó!”, gritó.
“Pero, si quieres que no te mate, deberás hacer lo que yo te diga, o de lo contrario, no solo te mataré a ti, si no también al enfermo de tu padre, que tengo en el asilo, lo mataré para no pagar más por él”.
Anne cayó de rodillas y Matthew la soltó.
“¡Por favor, no le hagas nada a mi padre!”, suplicó llorando.
“Quiero que hagas que Sean firme una hoja en blanco, no me importa como lo hagas, mujer, que firme, y después, le darás una bebida que Matthew te dará, ¿Entendiste?”
Anne sollozó
“¿Qué harás? ¿Qué le harán al pobre de Sean?”
“¡Ay, que tierna! ¿No te conformaste con el padre? ¿También quieres al hijo?”
Regina le dio una fuerte bofetada.
“¡Haz lo que te pido! O juro que te arrepentirás de haber nacido”
Regina volvió a la realidad.
Joe se veía devastado, y ella lo consoló.
‘Solo eres un recuerdo que sigue dándome problemas, Sean Carson, pero fuiste tan ingenuo, tan fácil fue quitarte todo y deshacerme de ti, ojalá que ahora estés pudriéndote en el peor de los infiernos, con tu maldita madre’, pensó con rencor y crueldad.
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