Capítulo 723:

El tono desdeñoso de Raegan añadió peso a sus palabras. «Cabría preguntarse si odias a Mitchel».

La afirmación de Raegan encendió la especulación desenfrenada. De hecho, la conducta de Alexis se parecía muy poco a la de un padre afligido que acababa de perder a su hijo.

Bajo el penetrante escrutinio de la multitud, el rostro de Alexis enrojeció de vergüenza, pero las palabras de Raegan calaron aún más hondo.

Señalando acusadoramente a Raegan, Alexis gritó: «¡Mi hijo pereció intentando salvarte y ahora pretendes heredar con tu hijo ilegítimo!».

Alexis distorsionó deliberadamente la verdad, invocando en voz alta a Katie: «Mi nieto está en el vientre de Katie. No te anticipes a introducir aquí a un hijo ilegítimo para crear problemas».

Manteniendo la compostura, Raegan presentó una prueba de paternidad legalmente notariada, declarando: «Esto sirve como prueba irrefutable.»

Al presenciarlo, la rabia de Alexis se manifestó en un profundo tono púrpura en su rostro.

«Además, dado que no se ha confirmado el fallecimiento de Mitchel, no hay herencia que impugnar». La mirada de Raegan recorrió a Alexis, Henley y Katie antes de posarse en ellos con una fría sonrisa burlona. «Estoy aquí para proteger sus bienes, asegurándome de que permanezcan intactos para aquellos con agendas ocultas. En cuanto al niño en el vientre de la señorita Glyn, quizá sólo ella tenga la respuesta».

Al oír esto, los periodistas empezaron a especular que podría haber capas adicionales en la historia que rodea al hijo de Katie. Los entresijos de una familia tan prominente eran innegablemente profundos.

Katie dirigió una mirada venenosa a Raegan. Si no hubiera sido por la incompetencia de Lauren por acabar con la vida de Raegan, a ésta nunca le habrían dejado hablar. Katie no esperaba que Mitchel salvara a Raegan a costa de su propia vida.

Alexis sudaba copiosamente. La situación se volvía más problemática por momentos. Si se descubría que el hijo de Katie no era de Mitchel, su credibilidad quedaría totalmente hecha añicos.

Intercambiando una mirada significativa con Henley, Alexis dio por concluido el acto.

Todos los medios de comunicación presentes recibieron instrucciones de no informar sobre los acontecimientos del día hasta nuevo aviso.

Raegan había previsto tal contingencia. Se anticipó a los intentos de Alexis de suprimir a los medios de comunicación, pero Alexis pasó por alto la naturaleza duradera de los cotilleos en la sociedad humana. Incluso sin cobertura oficial, el relato se difundiría inevitablemente a través de canales informales.

Para evitar nuevos escándalos, Alexis debe actuar con cautela, ya que su capacidad para ascender a Henley se ve obstaculizada. Esta situación juega directamente a favor de la estrategia de Raegan.

Con la influencia de los medios menguando y las formalidades dejadas de lado, Katie abandonó su fachada, agarrando con fuerza el brazo de Raegan. «¡Desgraciada! ¡No te atrevas a calumniarme! Sigue difundiendo falsedades y te haré callar por la fuerza».

Raegan se quitó de encima a Katie, lanzando una mirada desdeñosa al abdomen de Katie. Su sonrisa se volvió gélida. «Katie, ¿creías que borrando los verdaderos resultados de la prueba de paternidad y al padre biológico podrías culpar a Mitchel de tu hijo?».

Katie respondió con serenidad: «He realizado una prueba de paternidad que confirma sin lugar a dudas que este niño es de Mitchel».

Katie no se inmutó. En su libro, Mitchel había muerto. Alexis la apoyaba incondicionalmente, dando crédito a cada palabra que pronunciaba. ¿Una prueba de paternidad? Podría hacer diez si fuera necesario.

Raegan se burló. «Señorita Glyn, ¿se atrevería a hacerlo de nuevo?».

Katie respondió entre lágrimas: «Mitchel se ha ido, y sin embargo aquí está usted, evidentemente buscando crear problemas…».

De repente, una voz grave intervino. «Mitchel se habrá ido, pero yo me quedo».

Sentada en una silla de ruedas, Luciana ocupó el centro del escenario, dirigiéndose a una sorprendida Katie: «¿Te sorprende?».

Luciana soportó el cautiverio en una villa durante días bajo las instrucciones de Katie hasta que Matteo y su equipo orquestaron su rescate.

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