Capítulo 672:

Sorprendido, Alexis se quedó sin palabras.

Beuford, intrigado por la mención de una carta manuscrita por Kyler, insistió más: «¿Existe una carta manuscrita del señor Kyler Dixon?». Señor Alexis Dixon, ¿por qué no nos deja verla?».

Alexis titubeó. «Bueno, es… No tiene mayor importancia. Simplemente habla del deseo de mi padre de integrar a Henley en nuestro linaje…»

«¡Imposible!» La interjección de Beuford cortó la sala antes de que Alexis pudiera explayarse.

La decisiva refutación de Beuford dejó atónita a la sala, y la compostura de Henley se rompió, oscureciéndose su semblante de furia.

Las manos de Henley se cerraron en puños tan apretados que blanquearon y su mirada se clavó en Beuford con una rabia apenas contenida.

Alexis, nervioso y humillado, insistió en voz más alta: «Beuford, estás hablando fuera de lugar. Esta carta resume los deseos explícitos de mi padre».

La apelación de Alexis a la autoridad de Kyler fue un intento desesperado de recuperar el control sobre la narración.

Sin embargo, la respuesta de Beuford fue inflexible. «El señor Kyler Dixon nunca autorizaría semejante directiva. Mantenía una postura estricta contra el reconocimiento de cualquier descendencia ilegítima dentro del linaje Dixon, una postura codificada dentro de los estatutos de nuestra familia para disuadir las reclamaciones oportunistas.»

El legado de Kyler era un legado de fortaleza moral, que se resistía firmemente a cualquier forma de escándalo o deshonor. La idea de que un heredero ilegítimo obtuviera reconocimiento habría sido impensable bajo su mandato.

Beuford optó por no expresar estos pensamientos, ofreciendo a Alexis una pizca de respeto al retener una condena completa.

Sin embargo, el mensaje era claro y Alexis tuvo que reflexionar sobre sus implicaciones.

La paciencia de Alexis se quebró. Golpeó la mesa con la mano, mirando a Beuford con intensa animosidad. «Beuford, aunque reconozco tus largos servicios a mi padre, ¿es necesario que te recuerde tu posición? Sigues siendo un sirviente de esta familia, nada más».

Las palabras de Alexis carecían por completo de respeto, un claro indicio de su desprecio por la decencia. Con un movimiento repentino, ordenó a su seguridad: «¡Saquen a este mentiroso de aquí!».

Sin embargo, antes de que pudieran cumplir la orden de Alexis, la reacción de Mitchel fue rápida y audaz. Lanzó una taza de té directamente contra Alexis.

La salpicadura de té dejó a Alexis empapado y humillado, un marcado contraste visual con su arrogancia anterior. «¡Maldito insolente! Tú…», empezó.

Pero Mitchel interrumpió a Alexis. «Papá, elige tus próximas palabras con cuidado».

La amenaza en el tono de Mitchel era palpable, silenciando a Alexis al instante.

En ese momento, Alexis se sintió empequeñecido por la autoridad de Mitchel, reconociendo que el equilibrio de poder había cambiado profundamente a favor de Mitchel, que se presentaba ante él no como el joven muchacho al que antes menospreciaba, sino como un adversario formidable.

Mitchel declaró entonces: «En caso de que algunos de ustedes no comprendan del todo el significado de la posición de Beuford, permítanme aclararlo. Para mi abuelo, Beuford era mucho más que un mayordomo».

Alexis, ya hirviendo de ira por la inesperada confrontación, se quedó sin palabras, empequeñecido por la imponente presencia de Mitchel.

Mitchel se explayó sobre la profundidad de la lealtad y la valentía de Beuford. «En tiempos de peligro, fue Beuford quien se interpuso entre mi abuelo y el peligro, soportando las heridas en su lugar. Mi abuelo mismo consideraba a Beuford no sólo como un ayudante leal, sino como un hermano, tanto en la vida como en el peligro».

Esta narración, familiar para los accionistas más antiguos de la empresa, subrayaba el profundo vínculo que Kyler y Beuford compartían, destacando el trato irrespetuoso de Alexis hacia alguien a quien su padre estimaba como de la familia.

Esta revelación causó revuelo entre los accionistas, dando lugar a susurros y miradas que dejaron a Alexis expuesto y humillado, su anterior desprecio se volvía ahora en su contra.

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