Capítulo 670:

Mitchel no habló hasta que su equipo lo localizó y le proporcionó protección y apoyo en su búsqueda de justicia.

A medida que hablaba, más víctimas comenzaron a compartir sus historias en línea.

Algunas no perdieron a familiares, pero se encontraron con una mala suerte constante cuando salían durante esos días. Prefiriendo alejarse de los problemas, aceptaron rápidamente los acuerdos.

El Grupo Dixon no participó en las primeras fases del proyecto. Sólo se unieron más tarde, después de que Katie hubiera hecho el daño.

Y cuando el Grupo Dixon se echó atrás un tiempo antes, aclararon y explicaron abiertamente las circunstancias.

Los accionistas respiraron aliviados, con la sensación de haber esquivado una bala.

Demolición violenta. Causar la muerte. Cualquiera de estas acusaciones podría arruinar la larga reputación de integridad del Grupo Dixon. Y restaurar esa reputación sería una tarea cuesta arriba.

En este punto, los accionistas admiraban la decisión de Mitchel. Nadie quería oír ni una palabra más de Alexis. Estaba claro que Alexis quería promocionar a su hijo ilegítimo, Henley, y entregar los intereses de la empresa a personas ajenas a ella, todo por sus motivos egoístas, empujando a la empresa hacia la ruina. Desde luego, Henley no saldría bien parado de la educación de Alexis.

Mitchel, sin embargo, era otra historia. El propio Kyler había tutelado personalmente a Mitchel. Con un mentor formidable como Kyler, la competencia de Mitchel era algo seguro.

El rostro de Alexis estaba tan sombrío como el carbón carbonizado, lo que indicaba que comprendía que su derrota era inminente.

La estrategia de Mitchel fue innegablemente inteligente, conteniéndose hasta que Alexis hizo sus movimientos.

Mitchel superó a Alexis demostrando metódicamente que las acusaciones de Alexis eran infundadas, dándole la vuelta al guión por completo.

Sintiendo la necesidad de salvar la situación, Alexis abrazó a Henley y lloró. «Hijo mío, estaba perdida. Me equivoqué al no hacer caso de tus consejos. No has sido más que amable, instándome a creer en Mitchel, y tontamente hice oídos sordos…»

Con una bofetada autoinfligida, Alexis exclamó: «No debería haberte arrastrado a este lío. No habías hecho nada malo».

Las palabras de Alexis eran claramente un intento de desvincular a Henley de la situación. Simplemente quería que Henley siguiera jugando contra Mitchel, ya que uno tenía que asumir la culpa y ése era él.

Henley permaneció callado, con un rostro de tristeza. En el fondo, no se inmutaba.

Para Henley, proteger su reputación era lo único que importaba, independientemente del destino de Alexis.

La reunión se convirtió en una farsa.

Mitchel ordenó una auditoría interna sobre las fechorías de Alexis y decidió que sus acciones compensarían el daño financiero. En otras palabras, Alexis se vio obligado a renunciar a todas sus acciones e incluso a endeudarse. Esta medida desterró a Alexis del Grupo Dixon para siempre.

Mitchel demostró que era mucho más formidable de lo que Alexis jamás podría ser.

Fue una limpieza a fondo.

Alexis, echando humo de rabia y sintiendo el peso de su culpa, se sintió impotente. Las miradas de los accionistas eran casi lo bastante poderosas como para tragárselo entero.

Alexis lanzó una mirada a Henley, dispuesto a escabullirse, pero Mitchel lo detuvo en seco. Mitchel fue directo al grano, preguntando: «Papá, ¿no hay algo que te estés dejando?».

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