Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 667
Capítulo 667:
«Eso sería maravilloso, querida. Estaba pensando que necesitaba más».
Luciana agradeció aparentemente el gesto.
«Te lo traeré mañana». Katie concluyó la llamada, apenas disimulando su sonrisa triunfal. Con Luciana de su lado, se sentía segura de su boda con Mitchel. Le parecía que Mitchel estaba acorralado, sin escapatoria posible.
En el Grupo Dixon, la investigación interna dio un giro radical al desvelar sus pruebas clave, documentando meticulosamente todas las transacciones que Mitchel había autorizado, lo que sugería un conflicto de intereses con el Grupo Glyn.
Mitchel se enfrentó a las acusaciones con un sereno silencio, incluso cuando la investigación sugería que su retirada del proyecto Eastern Garden se debía más a venganzas personales y enredos amorosos que a su perspicacia empresarial.
Mitchel respondió con una calma estoica, sin justificar sus acciones ni rebatir las acusaciones.
El drama se intensificó cuando Alexis dio un paso al frente, fingiendo arrepentimiento por el desarrollo de los acontecimientos y, al mismo tiempo, arrojando luz sobre las contribuciones de Henley al Grupo Dixon.
El motivo subyacente tras las acciones de Alexis era transparente, pero los logros de Henley, a pesar de ser encomiables, no podían eclipsar el legado de éxito que Mitchel había establecido en el Grupo Dixon.
Aunque las acusaciones parecían graves, hicieron poco por sacudir la estabilidad financiera del Grupo Dixon, dejando a los accionistas en un estado de incertidumbre a la hora de exigir la dimisión de Mitchel.
Sintiendo la necesidad de influir decisivamente en la opinión, Alexis introdujo un giro dramático. «Caballeros, hay una revelación adicional que exige nuestra atención, una carta manuscrita de nuestro fundador, Kyler Dixon».
El ambiente se tensó de inmediato, reconociendo el importante peso que tendrían las palabras de Kyler, incluso a título póstumo.
Alexis presentó una carta, declarando solemnemente que contenía la voluntad de Kyler de que Henley fuera reconocido formalmente como miembro del linaje Dixon tras un periodo de luto de tres años, rebautizado como Henley Dixon.
Este anuncio causó conmoción en la sala. El apoyo personal de Kyler a Henley tuvo el poder de influir en los tradicionalistas de la empresa.
Algunos accionistas veteranos, que habían sido muy críticos y siempre habían visto a Mitchel como el heredero legítimo, miraban a Henley con escepticismo.
Sin embargo, la revelación de esta carta alteró visiblemente la dinámica, incluso el comportamiento de Henley cambió, reflejando la importancia de este momento para él. Henley llevaba mucho tiempo esperando un reconocimiento así y, con él, planeaba hacerse poco a poco con el control del Grupo Dixon y apartar por completo a Mitchel de su legado.
Alexis no pudo contener su regocijo interior ante la reacción de los accionistas.
Estaba convencido de que, con un poco de tiempo, la empresa y sus accionistas se adaptarían a esta noticia, lo que supondría la inevitable caída de Mitchel.
Posicionándose estratégicamente como la voz de la razón, Alexis propuso: «Creo que ya he expuesto mi punto de vista. No me corresponde a mí influir más en tu juicio. Volvamos a reunirnos dentro de tres días y decidamos basándonos en una reflexión colectiva».
La sugerencia de Alexis era una maniobra calculada, diseñada para acorralar a Mitchel en una posición de vulnerabilidad, especialmente con Katie y Luciana sumándose a su presión.
Mitchel permaneció estoico, con el rostro convertido en una máscara de impasibilidad, mientras el ambiente de la sala se enfriaba por la tensión.
Las fisuras antaño ocultas en el seno de la familia Dixon quedaban ahora al descubierto, obligando a los accionistas a declarar sus lealtades. El movimiento de Alexis iba claramente dirigido a los indecisos convincentes.
Ser testigo del cambio en el sentimiento de la sala reforzó la confianza de Alexis. Con un «Nosotros mandamos, se levanta la sesión por ahora».
Cuando todos empezaban a levantarse, la voz de Mitchel detuvo a todos en seco. «Esperad un momento».
La autoridad en el tono de Mitchel era innegable, lo que hizo que todos volvieran rápidamente a sus asientos, una respuesta refleja a su liderazgo.
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