Capítulo 593:

«Nicole, no te preocupes. La policía está aquí…»

Ante las palabras de Roscoe, la expresión de Jarrod se ensombreció. Roscoe y Nicole parecían bastante íntimos.

Nicole, testigo de la agresión de Alec contra Roscoe, fulminó a Jarrod con la mirada.

«¡Haz que pare!»

Jarrod se sintió profundamente irritado por su exigencia. Sus celos se encendieron, convirtiéndose en rabia mientras la abrazaba con más fuerza.

«¡Suéltame!» Nicole siguió resistiéndose.

Entonces, la ira de Jarrod se transformó en una sonrisa siniestra, de una intensidad abrumadora. Le dijo a Roscoe: «Fíjate bien. Mira a quién pertenece».

Entonces, con un fuerte apretón, Jarrod agarró a Nicole por el cuello, inmovilizándola contra la pared, y la besó ferozmente, casi levantándola del suelo.

El beso, agresivo y dominante, cogió desprevenida a Nicole, que lo sintió más como un castigo que como un acto de afecto. Su lucha fue inútil contra la fuerza superior de él.

Mientras tanto, Roscoe forcejeaba con Alec en la puerta y le gritaba: «Suéltala, lunático». Jarrod por fin soltó a Nicole tras su contundente demostración.

Cogiéndole las mejillas, con los ojos teñidos de rojo, esbozó una sonrisa escalofriante.

«Nicole, no puedes vencerme y no volveré a soltarte».

Su tono era frío, como una maldición, provocando escalofríos en Nicole.

En ese momento llegaron los agentes de la ley, preguntando: «¿Está aquí el señor Jarrod Schultz?».

Jarrod soltó a Nicole, sereno. «Soy yo».

Los agentes mostraron sus placas y luego declararon: «Señor Schultz, hemos recibido informes que le implican en fraude financiero y negocios ilícitos entre bastidores. Por favor, venga con nosotros para interrogarle».

«De acuerdo», respondió Jarrod con calma, sin oponer resistencia.

Pasando junto a Alec, Jarrod le ordenó: «Cuida de ella».

¿Cuidarla? Alec estaba furioso, no deseaba otra cosa que librarse de Nicole. Pero no quiso desobedecer a Jarrod, asintiendo. «Entendido.

Jarrod miró a Nicole, con una sonrisa inesperadamente amable.

Nicole no entendía qué le divertía. Sintiendo un frío escalofrío, observó su tranquila partida, profundizando su inquietud.

En ese momento, Nicole volvió a ver al Jarrod inflexible y despiadado, que no se detenía ante nada, que no mostraba ninguna vulnerabilidad. Esta constatación pesó mucho sobre ella, haciéndola sentir débil.

Roscoe la apoyó de inmediato, con el rostro lleno de preocupación. «Nicole, ¿qué te pasa?»

Sintiéndose agotada, Nicole se apoyó pesadamente en el brazo de Roscoe. Todo le parecía surrealista.

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