Capítulo 563:

Las lágrimas de Raegan fluyeron libremente al darse cuenta del alcance de sus heridas. Eran mucho peores de lo que ella había temido.

Ahora tenía sentido por qué Mitchel se había sentado tan derecho en el helicóptero.

Tumbarse le parecía imposible.

Raegan no podía ni empezar a comprender el dolor que debía de sentir, tratando de mantenerle el ánimo con sus bromas.

Tras recibir una inyección para el dolor, Mitchel se desmayó.

El médico, tras examinar una radiografía, anunció: «Tiene doce costillas rotas. Nuestro hospital no está equipado para tratar esto. Hay que trasladarlo a un centro más grande inmediatamente».

Mitchel tenía doce costillas rotas. Pero un hombre sólo tenía veinticuatro costillas en total.

Raegan no podía imaginar la agonía que Mitchel debía de estar sufriendo, y casi se le partía el corazón de pensarlo.

Acompañó a Mitchel a la ambulancia, con los ojos llenos de lágrimas.

Si Mitchel no hubiera actuado para salvarla, no se habría hecho tanto daño. La roca la habría golpeado si él no la hubiera protegido.

Sobrevivir a una caída en el profundo estanque de abajo habría sido dudoso después de semejante golpe. No era de extrañar que Mitchel hubiera tardado tanto en resurgir del fondo del lago.

Raegan se estremeció al pensar en la fuerza de voluntad que debió de necesitar para nadar hasta allí y, a pesar del dolor, llevarla a un lugar seguro.

Al reflexionar, Raegan se dio cuenta de que su posición era ligeramente incómoda, lo que indicaba el alcance de su dolor.

Al cabo de cuarenta minutos, Mitchel fue trasladado a un hospital más avanzado.

Matteo se apresuró a venir desde Ardlens al conocer las heridas de Mitchel.

En la habitación del hospital, Mitchel yacía inconsciente y pálido, con la mano conectada a un goteo intravenoso.

Al observar el estado de Mitchel, Matteo se sintió inquieto. Mitchel aún no se había recuperado de las heridas anteriores, y ahora tenía otras nuevas. Sólo Iron Man podía soportar semejante tormento.

Raegan estaba confusa por los comentarios del médico sobre el estado de Mitchel. Mitchel estaba gravemente herido y, sin embargo, al médico le preocupaba especialmente su mala coagulación sanguínea. Mitchel era conocido por su robusta salud, rara vez caía enfermo. ¿Qué podía haber causado un deterioro tan drástico de su salud?

Raegan se acercó a Matteo, que estaba a punto de salir. «Matteo, el médico ha dicho que la sangre de Mitchel no coagula bien. ¿Tienes idea de por qué?»

La cara de Matteo se desencajó. A Mitchel le habían programado análisis de sangre con un especialista en el extranjero, pero esos planes habían quedado descartados.

Matteo nunca se había enfrentado a un problema médico semejante. Se preguntó si la jeringuilla que había clavado en Mitchel estaba empezando a causarle complicaciones. Sin embargo, no podía revelárselo a Raegan, ya que Mitchel lo había desaprobado.

No obstante, Matteo no quería que los esfuerzos de Mitchel pasaran desapercibidos. Hizo una pausa y luego le dijo a Raegan: «Señorita Foster, el señor Dixon me ha encargado que investigue a los que la tienen en el punto de mira. Creemos que la familia Maxwell puede estar implicada. Para ello, el señor Dixon había viajado a Aurora, buscando contactos incansablemente, pero sin resultado.

El Sr. Dixon se había esforzado mucho, durmiendo menos de veinte horas durante varios días. Esta falta extrema de descanso iba a pasar factura a su salud».

A Raegan le dio un vuelco el corazón, al darse cuenta de que había estado demasiado enfrascada en su labor caritativa como para darse cuenta del estado de Mitchel.

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