Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 556
Capítulo 556:
Abrumada por el alivio, Raegan empezó a gritar: «Mi…».
Pero antes de que pudiera decir más, el sonido de su voz desprendió otra piedra.
Raegan se quedó paralizada por el miedo, temerosa de moverse o hacer ruido.
Los sonidos del grupo que la buscaba desaparecieron lentamente.
El pánico se apoderó de Raegan. Sintiéndose completamente perdida, notó que las enredaderas a su lado se movían suavemente. Se le ocurrió una idea. Volvió a extender la mano y esta vez agarró con éxito dos lianas.
Con cuidado, las ató y empezó a balancearlas. La longitud de las lianas significaba que incluso los movimientos más pequeños podían causar alteraciones notables en el suelo.
El objetivo de Raegan era llamar la atención de los rescatadores con estos movimientos.
Ahora que vislumbraba una posibilidad de rescate, Raegan se abstuvo naturalmente de intentar trepar por las lianas de forma temeraria. Dada la exposición de las lianas a los elementos, no había certeza de que aguantaran su peso.
En el suelo.
Mitchel y sus cuatro ágiles guardias buscaban por la zona.
Seguía siendo una zona peligrosa, de difícil acceso para el público.
Los equipos de búsqueda y rescate estaban en la misión.
Mitchel había venido a buscar aquí guiado por Misael. Misael había seguido diligentemente la dirección en la que Raegan había sido arrastrada, negándose a olvidarlo ni por un momento.
La zona de búsqueda era vasta.
Otros ya habían ido a buscar a otra parte, y Mitchel estaba considerando cambiar su lugar de búsqueda.
Justo cuando estaba a punto de marcharse, notó ligeros movimientos en las lianas del suelo. Al principio pensó que era el viento y casi lo ignoró.
Mientras tanto, Raegan, que ya no oía ninguna voz de rescate, se sentía sumida en la desesperación.
La lluvia había aflojado el suelo bajo ella, haciendo que su postura fuera cada vez más precaria. Se dio cuenta de que no podía quedarse quieta. El suelo estaba a punto de derrumbarse.
Sintiendo la fuerza de las lianas en su agarre, Raegan decidió actuar. En ese momento, tomó una decisión y envolvió las lianas alrededor de su muñeca con seguridad.
Confiando en que las lianas la sostendrían, se preparó para ascender.
Pero cuando empezó, un fuerte ruido anunció la caída de rocas.
La tierra se partió bajo ella, abriendo una gran brecha.
Raegan se deslizó hacia abajo, gritando al caer.
El suelo que había pisado momentos antes desapareció.
Sin otra opción, Raegan se mordió el labio, balanceó el cuerpo para encontrar apoyo e intentó estabilizarse contra la pared.
Aunque había visto a Erick escalar, ella nunca lo había hecho.
Instintivamente, copió las técnicas de escalada, empujándose contra la pared de piedra, y comenzó a ascender.
Por suerte, su poco peso hacía que las lianas pudieran sostenerla.
Raegan trepó con cautela, absorbiendo la incomodidad.
La esperanza estaba casi a su alcance. Estaba a sólo unos pasos de la seguridad.
Pero entonces, se oyó un fuerte chasquido.
¡Una liana se rompió!
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