Yo soy tuya y tú eres mío
Capítulo 1685

Capítulo 1685: Final Alternativo 4/10

Con el paso de las semanas, Nicole y Jarrod se esforzaban por cumplir su promesa de intentarlo. Las noches de silencio entre ellos habían disminuido, y aunque no todo era perfecto, parecía que habían encontrado una manera de empezar a reconstruir lo que se había roto. Los pequeños gestos—como la cena en familia o las caminatas por el parque con Austin—les recordaban que aún quedaba algo de lo que una vez los unió. Sin embargo, ambos sabían que no podían vivir solo de esos momentos.

El verdadero reto llegó cuando Jarrod sugirió una terapia de pareja. Era un gesto que Nicole no había anticipado. Jarrod siempre había sido el tipo de hombre que creía que los problemas se solucionaban en privado, sin la necesidad de involucrar a otros. El hecho de que sugiriera terapia mostraba un nivel de compromiso que sorprendió a Nicole, y la hizo dudar.

«¿Estás seguro de que quieres hacer esto?» preguntó Nicole, mientras ambos estaban sentados a la mesa del desayuno. Jarrod, con una taza de café en la mano, asintió con convicción.

«Sí, estoy seguro. Quiero hacer todo lo posible para que esto funcione, y si eso significa hablar con un profesional, lo haré.»

Nicole no estaba completamente convencida, pero sabía que debía reconocer el esfuerzo de Jarrod. «Está bien», respondió. «Vamos a intentarlo.»

Las semanas siguientes estuvieron marcadas por las sesiones de terapia, donde ambos se enfrentaron a conversaciones difíciles, emociones reprimidas y los fantasmas de su pasado. A pesar de la incomodidad inicial, Nicole comenzó a darse cuenta de que este proceso no solo estaba ayudando a Jarrod a ser más abierto, sino que también le permitía a ella liberar el dolor y la frustración que había acumulado durante tanto tiempo.

«Siempre he sentido que tienes una pared entre nosotros», confesó Nicole durante una de las sesiones. «Como si nunca pudiera alcanzar el verdadero tú. Y eso me hizo sentir sola, incluso cuando estábamos juntos.»

Jarrod, sentado frente a ella en la pequeña sala de la terapeuta, se quedó en silencio por un momento antes de responder. «Nunca quise que te sintieras así, Nicole. Siempre he pensado que tenía que ser fuerte, que no podía mostrar mis debilidades. Pero me doy cuenta ahora de que eso solo nos ha alejado.»

Nicole asintió, procesando sus palabras. Había esperado tanto tiempo por una disculpa, por una explicación, y ahora que la tenía, no sabía qué hacer con ella. Parte de ella quería aferrarse a la ira, al resentimiento, pero otra parte estaba dispuesta a dejarlo ir.

Con cada sesión, la distancia entre ellos se iba acortando poco a poco, y aunque aún quedaba un largo camino por recorrer, ambos sentían que estaban avanzando.

Sin embargo, el mayor cambio llegó una tarde cuando Jarrod, después de una sesión particularmente emocional, se detuvo frente a la puerta de su casa y se volvió hacia Nicole.

«Te amo», dijo, su voz ronca pero sincera. «Sé que he cometido muchos errores, pero te amo, y quiero que lo sepas.»

Nicole se quedó helada por un momento, sorprendida por la vulnerabilidad de Jarrod. No era la primera vez que le decía esas palabras, pero había algo en su tono, en la mirada en sus ojos, que le hizo creer que esta vez realmente lo sentía. Por primera vez en mucho tiempo, las palabras no sonaban vacías.

«Yo también te amo», respondió Nicole, sintiendo cómo una oleada de emociones la invadía. «Y quiero que esto funcione. Pero no va a ser fácil, Jarrod.»

«Lo sé», respondió él, tomando su mano. «Y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.»

…

Los días siguientes fueron un poco más ligeros. Aunque las heridas seguían ahí, abiertas, ambos se sentían más capaces de enfrentarlas juntos. Las conversaciones que antes evitaban ahora fluían con más naturalidad, y aunque no siempre estaban de acuerdo, habían aprendido a escuchar sin saltar a la defensiva.

Una tarde, mientras jugaban con Austin en el parque, Nicole observó a Jarrod desde la distancia. Lo vio reír, lo vio interactuar con su hijo de una manera que antes parecía imposible. Esa imagen le trajo un sentimiento de paz que no había experimentado en mucho tiempo.

Pero aunque las cosas parecían mejorar, Nicole sabía que aún no habían llegado al final del camino. Había momentos en los que las inseguridades volvían a surgir, momentos en los que las viejas heridas se reabrían y amenazaban con destruir lo que estaban intentando reconstruir.

Una noche, después de acostar a Austin, Nicole y Jarrod se sentaron en el sofá. Estaban agotados, tanto física como emocionalmente, pero también sentían una especie de satisfacción silenciosa al saber que habían sobrevivido a otro día más juntos.

«Estaba pensando», comenzó Nicole, su voz suave pero seria. «Tal vez deberíamos tomarnos unas vacaciones. Solo nosotros tres. Un tiempo lejos de todo esto, para desconectar y concentrarnos en lo que realmente importa.»

Jarrod la miró sorprendido. «¿Estás segura?»

Nicole asintió. «Sí, lo estoy. Creo que nos vendría bien alejarnos por un tiempo. Solo nosotros, sin distracciones.»

Jarrod se quedó pensativo por un momento antes de sonreír. «Me parece una gran idea. De hecho, creo que es exactamente lo que necesitamos.»

Mientras planificaban su pequeño escape, Nicole sintió una extraña mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que las vacaciones no serían una solución mágica para todos sus problemas, pero también sabía que era un paso más hacia la reconstrucción de su relación.

Y tal vez, solo tal vez, era un paso hacia algo mejor.

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