Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1658
Capítulo 1658:
Callie apenas reaccionó. Permaneció sentada, con la mirada baja, aparentemente ajena a todo lo que la rodeaba.
La voz de Nicole se quebró un poco al hablar: «Callie, sé lo que estás soportando. Necesitamos información, o no encontraremos a la persona que nos arrebató a tu padre…».
Nicole comprendía demasiado bien la agonía de Callie. La muerte violenta de su propio padre había dejado una imagen vívida y dolorosa grabada a fuego en su memoria.
El arrepentimiento y el remordimiento habían atormentado implacablemente a Nicole desde aquel trágico día, recordándole sin cesar lo que había perdido: la oportunidad de despedirse por última vez de su padre.
Nicole anhelaba revivir los momentos pasados con él, acariciar las comidas juntos y mantener conversaciones profundas y significativas.
El vacío que dejaba su partida era profundo, un dolor interminable, un recuerdo conmovedor de todos los momentos que se le habían escapado de las manos.
Tras pronunciar las reconfortantes palabras, Nicole se sentó en silencio junto a Callie, abrazando su frágil figura en una silenciosa vigilia.
El cuerpo de Callie empezó a temblar de forma casi imperceptible. Lo que empezó como una ligera sacudida se convirtió rápidamente en un violento temblor. Sus gritos, primero débiles, se convirtieron en un crescendo desgarrador.
«Nicole…» La voz de Callie, llena de dolor e interrumpida por sollozos, cortó el silencio. «No puedo cerrar los ojos. Cada vez que lo hago, veo a mi padre. El dolor que soportó… Sesenta puñaladas, pero no emitió ningún sonido».
Al conocer los detalles del reciente informe de la autopsia, Nicole sintió que su mundo se derrumbaba. Brett había sufrido más de sesenta puñaladas en vida.
La causa oficial de la muerte fue un fallo orgánico, pero Brett permaneció en silencio desde el momento en que fue apuñalado hasta su último aliento.
El silencio de Brett no era fruto de la debilidad, sino del profundo amor que sentía por su hija Callie.
Sabía que gritar atraería a Callie a su lado, poniendo en peligro su frágil estado. En sus últimos momentos, Brett sacrificó su cuerpo para proteger a su hija por última vez.
Las lágrimas corrían por las mejillas de Nicole mientras asimilaba la noticia. Estaba claro que Brett había sido un padre excepcional para Callie.
Mientras Callie lloraba, sus palabras entrecortadas llenaban la habitación, reflejando su profunda angustia. «Todo es culpa mía… Todo es culpa mía».
«Si no fuera por mi avaricia, por mi padre…» Callie dijo entre sollozos, incitando a Nicole a escuchar atentamente sus palabras.
La voz de Callie era ronca mientras murmuraba: «Si no hubiera expresado mi deseo de seguir tocando el violín, mi padre no habría vuelto a por ese dinero y no habría tenido su trágico final.»
Cuando Brett relató el incidente a Nicole, no mencionó si Jamie le había dado efectivamente el dinero.
Brett se limitó a decir que Jamie le había ofrecido dinero y tratamiento. Aunque la parte del tratamiento era cierta, y Callie estaba mejorando, parecía que no había dinero de por medio.
Pero la verdad era que Brett sí recibió dinero en ese momento. No era tan ingenuo como para arriesgarlo todo sin ninguna ganancia.
Aunque Jamie le hubiera prometido ayudar a su hija con un tratamiento en el extranjero, Brett no habría depositado ciegamente su confianza en ella.
Fue el dinero que habia recibido lo que le convencio de acercarse al padre de Nicole, como Jamie le habia pedido.
Sin embargo, Brett decidió no revelar esta información a Nicole. Si lo hubiera hecho, Nicole se habría opuesto vehementemente a que buscara el dinero, lo que probablemente habría provocado que la policía se lo confiscara.
En última instancia, la codicia jugó un papel en la caída de Brett.
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