Capítulo 1613:

Recobrando la compostura, Conor se encaró a los altos ejecutivos, que le miraban expectantes. Les explicó: «Pido disculpas por la interrupción. El señor Schultz tenía asuntos urgentes que atender. Gracias por su comprensión».

Su expresión seria alivió temporalmente la tensión en la sala, mostrando la naturaleza exigente y versátil del papel de un asistente.

La reunión prosiguió sin más interrupciones.

Mientras tanto, de vuelta con Nicole, ella, Rhett y Hallie se encontraban en la sala de mediación, conducidos hasta allí por la administración de la propiedad.

A pesar del deseo de Nicole de ignorar a Hallie, Hallie fue persistente, acusando a Nicole de abofetearla y exigiendo represalias.

Mientras las tensiones aumentaban entre ellos, Jarrod entró en la sala.

Hallie, al ver a Jarrod, pensó erróneamente que había dejado de preocuparse por Nicole y se sintió envalentonada. Rompió a llorar y acusó falsamente a Nicole. «Jarrod, debes defenderme. Esta mujer no sólo me ha insultado, sino que además me ha pegado».

Nicole, manteniendo la compostura, parecía casi divertida por las acusaciones, curiosa por escuchar la respuesta de Jarrod en medio del drama que se estaba desarrollando.

Jarrod, mostrando un claro desinterés, fijó su mirada en el guardaespaldas cercano. Su orden fue tajante: «¿A qué esperas? Llévatela ya».

Al sentir la intensidad de la mirada de Jarrod, el guardaespaldas respondió rápidamente: «Entendido, señor Schultz. Me encargaré inmediatamente».

Hallie, interpretando erróneamente la directiva de Jarrod como un apoyo para ella, le agarró la muñeca con entusiasmo. «Jarrod, eres el mejor. Recuerda que somos familia. Esa mujer no es nada. Doreen ha estado sufriendo terriblemente, perdiendo peso, llorando por tu indiferencia…»

Antes de que Hallie pudiera articular completamente sus pensamientos, se encontró con que el guardaespaldas la alejaba. Desconcertada e irritada, exclamó: «¡Eh, eh! Lo has entendido mal. Jarrod te ordenó que te llevaras a esa mujer y a su abogado».

Sin embargo, el guardaespaldas no había entendido mal como Hallie había supuesto. Comprendió perfectamente que Jarrod había considerado que Hallie era la alborotadora, no Nicole.

Durante todo este período crítico, Hallie había estado alardeando de sus conexiones con el Grupo Schultz y amenazando a cualquiera que la desafiara.

Sin inmutarse por las protestas de Hallie, el guardaespaldas la escoltó con firmeza.

Hallie, incapaz de aceptar lo que estaba ocurriendo, se aferró a Jarrod, suplicando: «¡Jarrod, haz algo! ¿No vas a llevártela? ¡Es tu prima! ¿Cómo puedes elegirla a ella antes que a tu propia familia?».

Con lágrimas cayéndole por la cara, Hallie siguió implorando: «¡Por favor, di algo!».

Jarrod, firme y decidido, respondió finalmente: «Hallie, ya te lo he dicho antes. Es mi mujer, no una desconocida».

Viendo que sus explicaciones anteriores habían sido desoídas, Jarrod declaró fríamente: «Ésta es la última vez que te muestro respeto. Tú y Doreen os vais al extranjero. Nuestros lazos terminan aquí».

Jarrod reconoció la amabilidad pasada de Hallie en tiempos difíciles. Por lo tanto, había dispuesto cuidadosamente que Doreen se fuera al extranjero para evitar más escándalos.

Las acciones de Doreen no sólo habían perjudicado a Nicole, sino que también la habían enredado con los Hampton, una familia conocida por no olvidar ni perdonar fácilmente.

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