Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1585
Capítulo 1585:
Con su padre ya lidiando con las necesidades de la familia, Callie no podía soportar añadir más responsabilidades a las suyas. Sin embargo, las dudas se colaron en la mente de Callie mientras reflexionaba sobre las palabras de Nicole. ¿Podría su padre ser realmente capaz de tales acciones?
Durante toda su infancia, Brett había inculcado a Callie los valores de la honestidad y la bondad. Pero, ¿por qué iba a hacer algo que era totalmente incompatible con su imagen?
Ya de niña, Callie recordaba que su padre elogiaba con frecuencia a Wesson, quien a menudo obsequiaba a su padre con numerosos regalos para compartir con la familia. En caso de hospitalización, Wesson le proporcionaba una importante ayuda económica.
Además, Brett solía expresar su profunda gratitud a Wesson por la amabilidad de éste, un sentimiento que creía que perduraría de por vida. ¿Cómo podía ser él, entre todas las personas, el asesino de Wesson? Callie no podía comprenderlo. Realmente no se lo creía.
Callie aferró el teléfono, esperando la llamada de su padre. Por fin, en plena noche, su padre llamó desde un número desconocido. Al contestar con un tímido «hola», Callie se encontró con la preocupada pregunta de Brett. «Callie, ¿estás bien? ¿Te asustaste anoche?».
En el tono de Brett resonaba un sentimiento de culpa al enterarse de que su hija había estado a punto de correr peligro, aunque los detalles seguían siendo imprecisos. Al recibir un mensaje de texto de Callie indicando que Nicole lo buscaba, Brett partió rápidamente del punto de encuentro designado sin vacilar.
Brett acudió al lugar del suceso a primera hora de la mañana para informarse y descubrió que la noche anterior habían detenido a un violador. El violador, que se hacía pasar por taxista, estaba especializado en engañar a mujeres jóvenes.
Tras cometer el delito en un lugar aislado, captaba imágenes privadas de las chicas y duplicaba toda su lista de contactos. Luego amenazaba a las chicas con que, si denunciaban el delito, difundiría las grabaciones e imágenes privadas a todos sus familiares, amigos y compañeros de clase, así como a numerosos sitios de redes sociales.
La estrategia resultó eficaz. El violador cometió varios delitos en el plazo de un mes, pero nadie alertó a las autoridades. Se abstenía de realizar robos monetarios mientras coaccionaba a las víctimas para que realizaran actos sexuales y aprovechaba los vídeos capturados para manipularlos posteriormente. Muchas chicas se abstuvieron de denunciar los incidentes, temiendo la difusión generalizada de sus imágenes privadas.
Esta vez, las fuerzas del orden encontraron fotos y vídeos incriminatorios en el teléfono del violador. A pesar de los esfuerzos por llegar a las víctimas individualmente, muchas se mostraron reacias a colaborar con las autoridades.
Sólo tras repetidas garantías de confidencialidad por parte de la policía, algunas víctimas cedieron y aceptaron dar un paso al frente. El violador tenía antecedentes penales y era un pervertido.
Brett albergaba un profundo sentimiento de culpa, pues reconocía el error que había cometido al involucrar a su hija en la arriesgada tarea de entregar el resguardo del depósito. Con la vigilancia policial, su capacidad para ganar dinero se vio comprometida, por lo que no le quedó más remedio que utilizar los fondos del resguardo y aventurarse en zonas remotas para obtener beneficios económicos.
La idea de que su hija estuviera en peligro pesó mucho sobre Brett, y su voz se quebró varias veces. «Callie, asumo toda la responsabilidad por lo ocurrido…».
Callie era consciente de que su padre le había malinterpretado y enseguida le tranquilizó diciendo: «Papá, estoy bien. Ese individuo no tuvo éxito anoche. Cuando me estaba amenazando, Nicole me salvó».
«¿Qué has dicho? ¿Fue ella quien te salvó?» exclamó Brett, visiblemente sorprendido.
«Sí, Nicole fue quien me salvó. Demostró un valor y una inteligencia extraordinarios. Utilizó agua con pimienta caliente para incapacitar rápidamente al agresor». Callie admiraba mucho a Nicole cuando hablaba de este tema.
Brett se quedó en silencio, procesando la revelación. Callie continuó: «Y Nicole incluso me proporcionó agua de pimienta caliente y otras herramientas de autoprotección. Papá, ya no tienes que preocuparte. No tendré miedo de caminar por la noche».
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