Capítulo 1516:

Alrededor de la anciana había innumerables serpientes carmesí, preparadas y vigilantes, como si protegieran a su ama. Nicole se dio cuenta de que cualquier movimiento repentino solo atraería su ira, sellando su propio destino en el proceso.

En medio de su desesperación, una voz rompió el silencio. «Jefa, por favor, ya ha bebido suficiente. No debe seguir bebiendo». Era la bruja vestida de rojo, a la que Nicole reconoció como su captora.

Ante los ojos de Nicole, la anciana, a la que se dirigía como la jefa, despidió a la bruja vestida de rojo con un gesto casual de la mano, haciendo que ésta cayera por la habitación con un ruido repugnante.

«¡Uf!» La bruja vestida de rojo expulsó una bocanada de sangre, sólo para que las ansiosas serpientes descendieran sobre ella hambrientas, engulléndola como si estuvieran hambrientas.

La repulsiva visión de las serpientes retorciéndose y dándose un festín hizo que Nicole sintiera escalofríos y que el estómago se le revolviera de asco.

Apretándose el pecho de dolor, la bruja vestida de rojo se arrodilló una vez más, con voz temblorosa. Suplicó: «Perdóneme, jefe. Últimamente es cada vez más difícil conseguir ofrendas adecuadas. Debemos ser prudentes para garantizar un suministro constante».

En respuesta, la anciana, conocida como la jefa, se deshizo insensiblemente de su víctima actual y espetó con impaciencia: «¡No vales nada! Tu incompetencia ha provocado una escasez de ofrendas adecuadas. Son tan frágiles que necesitan días para recuperarse tras una sola comida. ¿Cuándo estarán preparadas para la ceremonia?».

La mención de la ceremonia captó al instante la atención de Nicole, que comprendió que debía de tratarse del mismo acontecimiento que había oído antes, sin duda relacionado con su destino. Con la respiración contenida, se esforzó por captar cada palabra, presintiendo que su destino pendía de un hilo.

La bruja vestida de rojo respondió con seguridad: «Jefa, tras administrarle mañana otra dosis de la medicina parasitaria, el cuerpo de esa mujer estará completamente restablecido. Podremos proceder con la ceremonia dentro de tres días como muy pronto».

«Tres días…» musitó la anciana, considerando el plazo. «Muy bien, conservad estas ofrendas. Una vez que transfiera los cuerpos, las necesitaré para mantener mi apariencia juvenil.»

«¡Entendido!» La bruja vestida de rojo inclinó la cabeza obedientemente.

«Bien. Ahora, escolta esta ofrenda y adminístrale la medicina parasitaria habitual para ayudar a su recuperación. Necesito que aporte más sangre», ordenó la anciana.

«De acuerdo. Me ocuparé de ello inmediatamente», respondió la bruja vestida de rojo, conduciendo a la debilitada víctima fuera de la habitación.

Cuando la bruja vestida de rojo se acercó a la puerta, el corazón de Nicole se aceleró de miedo al darse cuenta de que estaba a punto de ser descubierta. Apresuradamente, se apretó contra la pared, pero su pie crujió accidentalmente sobre un montón de hojas secas, delatando su presencia.

«¿Quién está ahí?»

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