Capítulo 1342:

En cuanto el hombre vio lo sumisa que parecía Nicole, se relajó.

Aseguró una de las manos de ella a la ventana y le preguntó con lujuria: «Dime, ¿cómo sueles jugar a esto?».

«Señor, primero debería quitarse los pantalones», sugirió Nicole con una sonrisa tímida.

El hombre, pensando que ella tenía ganas de divertirse, empezó a desabrocharse los pantalones, visiblemente emocionado, ajeno a la feroz determinación que destellaba en los ojos de Nicole.

Lentamente, Nicole colocó el palo en su mano, lista para asestar un golpe fatal.

Justo cuando el hombre empezaba a quitarse los calzoncillos, Nicole se tensó, preparándose para actuar.

En ese preciso momento, la puerta se abrió de golpe.

Antes de que el hombre pudiera reaccionar, una potente patada le hizo caer al suelo.

Nicole se quedó momentáneamente aturdida. Al oír los gritos del hombre, se dio cuenta de que la recién llegada era Evelyn.

Evelyn, capaz de derribar a un hombre con una sola patada, tenía sin duda unas habilidades extraordinarias.

En un instante, Nicole decidió su siguiente movimiento. Dejó caer rápidamente el palo y lo pisó discretamente con el tacón, escondiéndolo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas, fingiendo ser una víctima.

Evelyn, todavía furiosa, volvió a patear al hombre y le reprendió: «¡Idiota! ¿No puedes controlarte? Si le pasa algo a esta chica, ¿cómo vas a cobrar el dinero? Hay muchas mujeres en el barrio rojo a las que podrías acudir con dinero. ¿Por qué tienes que meterte con mujeres como ella?»

«Ouch, yo… sólo estaba jugando. En realidad no pretendía acostarme con ella!», protestó débilmente el hombre.

«¡Bah!» le espetó Evelyn en la cara despectivamente. «Deja de soñar. ¿Has olvidado lo que le ocurrió a Alan después de acostarse con aquella mujer secuestrada? ¿Quieres acabar muerto también por una mujer?».

Nicole se dio cuenta de que algo grave había ocurrido anteriormente cuando su cómplice se involucró con una mujer secuestrada.

Evelyn era claramente más astuta y fuerte que aquel hombre, lo que incitó a Nicole a mantenerse cauta.

Nicole recordó cómo Evelyn había parecido ayudarla a llamar a la policía, pero en realidad, Evelyn la había engañado. Evelyn había marcado el número de teléfono del cómplice en lugar del de la policía para engañarla.

La minuciosidad y astucia de Evelyn eran realmente aterradoras.

El hombre se agarró la pierna dolorida y gimió: «Lo sé. Lo sé. No meteré la pata como Alan. Ese idiota ni siquiera podía manejar a una mujer y se dejó matar por ella. Por suerte, la atrapamos antes de que pudiera escapar».

Luego miró a Nicole, su mirada sirvió como advertencia de que cualquier acción imprudente por su parte no acabaría bien.

Nicole retrocedió al oírlo, con la cara llena de miedo.

El hombre sonrió, complacido.

Evelyn se burló. «No te dejes engañar por esta chica. Te venció una vez y sigues tonteando con ella. ¿No tienes miedo de que te mate?».

Evelyn era aguda y observadora, parecía capaz de leer los pensamientos de Nicole.

Nicole negó con la cabeza, insistiendo: «No, no lo haré. Mientras no me mate, obedeceré y no causaré problemas».

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