Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1024
Capítulo 1024:
La airada acusación de Casey no cambió la expresión de Davey. Preguntó con calma: «¿Quieres salir?».
Casey sabía que no podía resistirse todo el tiempo. Si de vez en cuando se mostraba fuerte, Davey tendría una nueva sensación. Pero él seguía prefiriendo una mujer complaciente. Se sentó en la cama y murmuró: «Quien se quede aquí todos los días se volverá loco».
Las cejas fruncidas de Davey se relajaron por su queja. Se acercó y dijo: «Dame unos días».
«¿Qué?» preguntó Casey mirándole.
«Necesito ocuparme de algunas cosas. Pero estarán hechas en unos días. Entonces, te llevaré a divertirte», contestó Davey.
Casey se quedó sin palabras. Lo miró y parpadeó varias veces. ¿Lo había oído bien? Preguntó con voz teñida de esperanza: «¿Hablas en serio?».
Sin embargo, Davey no se comprometió.
Casey se inquietó. «Davey, ¿de verdad…?
De repente dejó de hablar porque Davey se inclinó con la cara muy cerca de la suya.
Davey agarró firmemente la cintura de Casey con su gran mano y la besó profundamente.
«Mmm…» Los ojos de Casey brillaban con un encanto seductor, irradiando una belleza madura.
Tras un apasionado y profundo beso, Davey soltó a Casey, que jadeaba.
«Casey…» Pronunció suavemente su nombre, mirándola con afecto. «Recuerda, en este mundo, soy el único que nunca te engañará».
Casey acababa de recuperar el aliento y estaba a punto de hablar cuando él volvió a besarla, reanudando su apasionado abrazo…
Después de la ceremonia.
Tal como Erick le había recomendado, Raegan permaneció a salvo en la villa de Stefan, sin ir a ningún otro sitio. La dinámica en Aurora era compleja, y la mansión de la familia Clifford era el lugar más seguro para ella.
Por suerte, Stefan gozaba de privacidad, y su villa estaba situada en el extremo norte. Esto significaba que Raegan no necesitaba relacionarse con otros miembros de la familia Clifford.
El padre de Stefan había ordenado explícitamente que no se molestara a Raegan, permitiéndole descansar y prepararse para el parto en paz.
Erick, mientras tanto, permanecía en Aurora, buscando encubiertamente a Casey.
Aunque había pasado una semana desde el envío de los regalos, no había habido respuesta.
Los regalos eran sencillos, consistían en artículos de oro y diversos objetos lujosos de celebración.
El verdadero secreto estaba en el sencillo fajín de seda que los envolvía.
El bordado y la caligrafía informaban sutilmente a Casey de que Raegan estaba ahora en Aurora.
Este regalo era en realidad una prueba, con señales ocultas en el bordado que sólo Casey y Raegan podían interpretar.
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