Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 92
Capítulo 92:
“No importa, no es importante, ya hablaremos en otro momento”
“Bien, pero yo sí quiero hablar de algo”
“Te escucho”
“Anoche…”
“No, Franco, no quiero que me lo digas, no quiero saberlo…”
Se puso de pie dispuesta a alejarse de él.
Pero le tomó la muñeca y la obligó a sentarse en sus piernas.
La abrazó con una mano por la cintura y la otra la utilizó para jugar con su cabello.
“Quiero que sepas que entre Carla y yo no sucedió nada”
Explicó él con seridad.
“No pareció”
Nuevamente trató de pararse.
Pero él se lo impidió
“¿Puedes, solo por una vez, quedarte quieta y escucharme sin interrumpir?”
Victoria bajó la cabeza.
“Está bien, me quedaré quieta y callada”
Respondió ella.
“Carla es una mujer que conozco desde que era una niña, al igual que lo era yo. Luego de lo que te conté que pasó con mi prima debajo del árbol en la casa de campo, digamos que mi apetito se%ual se despertó y fue voraz”
Victoria se sonrojó hasta las orejas y Franco la sintió temblar.
“Escucha, yo sé que el tema de se%o te pone muy nerviosa, pero debes empezar a hablar de él con naturalidad o nunca superarás tus miedos”
Ella se recostó al hombro de Franco.
Eso era señal de confianza.
El acarició su rostro.
“Como te decía, cuando volví a vivir aquí me encontré con ella, que es un ser muy se%ual, así que empezamos a tener nuestro encuentros, primero fue un juego, y luego ya se hizo una costumbre que duró años, hasta anoche que se terminó”
Explicó él.
“¿Se terminó?”
Preguntó ella.
“Si”
Franco tragó saliva.
“Cuando intentó besarme la primera vez que la rechacé, no sé porque lo hice. Luego, supongo que por costumbre le correspondí, que fue lo que viste cuando entraste, pero no tenía el mismo sabor, no me gustó”
La sintió tensarse y suspirar.
“Al irte creí poder estar con ella, pero cuando la tuve en la cama…”
“¡Ya, para!, te lo ruego”
Victoria hundió su rostro en el pecho de Franco y él la abrazó con fuerza.
“Pero cuando la tuve en la cama, no pude, simplemente no pude”
La besó en la cabeza y suspirando culminó.
“No eras tú, Vic, no eras tú…”
Luego de semejante confesión, Franco colocó a Victoria sobre la cama y le besó la frente.
“Ahora descansa, Vic, que mañana tendrás un día realmente agotador con la abuela”
Dio un paso para alejarse pero ella le tomó de la mano.
“¿Te quedas esta noche conmigo?, por favor”
Él la miró lleno de ternura.
“Si es lo que quieres…”
“Sí, es exactamente lo que quiero”
“Ok, deja que me vaya por mi pijama y me dé una ducha, volveré enseguida”
“Te espero”
Franco se fue a su dormitorio y se dio una ducha.
Sabía que el pedido de Victoria tenía escondida una invitación, que tal vez ni ella se había dado cuenta.
Así que volvió con ella a toda prisa.
Se metió en la cama, ya estaba dormida, pero el sentir el calor del cuerpo de Franco junto al suyo reaccionó.
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