Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 87
Capítulo 87:
“No permiso, pero sí invitación”
“Antes no la necesitaba”
“Antes, bien lo has dicho. Ahora voy a comprometerme”
Explico él.
“En serio, Franco, vas a dejarme por esa delgaducha que dicen es tu novia”
Dijo Carla.
“Yo no te voy a dejar porque nosotros nunca tuvimos nada”.
“Pero yo te quiero”
“Y te lo agradezco, pero sabes que yo no”
“Entonces…”
“Entonces estoy enamorado de Victoria”
‘Estoy enamorado de Victoria’
Esas palabras retumbaron de pronto en su cabeza e hicieron que esbozara una sonrisa Victoria había quedado en su habitación.
Se metió en la cama, pero no pudo dormir.
El hecho que saber que Franco estaba en la habitación contigua y con otra mujer, la perturbaba sobre manera.
Para su sorpresa no estaba triste sino que estaba furiosa, ciega de celos.
Se levantó y empezó a dar vueltas por el dormitorio como si fuera un felino enjaulado.
“No puedes estar hablando en serio”
“Nunca hablé más enserio en mí vida, Carla”
“Anda, déjame recordarte lo mucho que te gusto”
Y se colgó nuevamente del cuello del joven y esta vez logró besarlo.
Franco no se resistió, por algún motivo desconocido le correspondió el beso. Seguramente tratando de callar la voz en su cabeza ‘Estoy enamorado de Victoria’
Cuando iba a comenzar a quitarle la ropa a Carla, la puerta se abrió de par en par.
Al mirar en esa dirección se encontró con Victoria parada en el umbral con ambas manos cubriendo su boca.
“Victoria…”
Pero ella salió corriendo.
El primer impulso de Franco fue salir tras ella, pero en lugar de eso se quedó en la habitación.
Carla sonrió satisfecha y comenzó a besarle nuevamente.
Franco la tomó por la cintura y la llevó a la cama.
Una vez allí la arrojo sobre ella.
Se quitó la ropa quedando en boxes.
“Sabía que era a mí a quien querías”
La miró con sorpresa.
“Tú sabes que no, que no te quiero. Así que te voy a pedir que te vayas” .
“Franco…”
“Por favor, Carla. No hagas que te saque yo mismo, ya no te humilles más”
“¡Te vas a arrepentir!”
Carla recogió sus cosas y se marchó a toda prisa.
Franco se puso el pantalón de pijama y fue hasta el dormitorio de Victoria, trató de entrar pero estaba puesto el cerrojo.
Así que golpeó repetidas veces.
“Vamos, Vic, déjame entrar. Deja que te lo explique”
Insistió varias veces por largo rato esperando respuesta.
Pero en su lugar solo obtuvo silencio.
…
Luego de rogar varias veces a Victoria que le abriera la puerta, se volvió a su dormitorio a tratar de dormir, cosa que le fue imposible hasta ya entrada la madrugada vencido por el cansancio.
Unos golpes en la puerta lo despertaron.
“Franco, ¿Puedo entrar?”
“Sí, Luciano, ¿Qué es lo que sucede?”
“Nada, solo quería saber si estaba todo bien”
“¿Porque iba a estar algo mal?”
Dijo sentándose en la cama y restregándose los ojos con las manos.
“Porque cuando llegué a noche me topé con Carla que iba hecha una furia”
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