Capítulo 5:

“Que criatura tan exquisita, podría perderme en esos ojos. ¡Soy un imbécil!, no me presenté, ni siquiera le pregunté su nombre”

La reunión había acabado y los hermanos se dirigían a su casa.

En el coche fue el joven quien rompió el silencio.

“Es preciosa, ¿Verdad?”

“¿Quién?”

Trató de disimular el hecho que de que no había dejado de pensar en ella.

“Vamos, Franco, no me jodas”

Rió.

“La chica que seguiste a la vereda, nunca te vi seguir a una mujer con tanta velocidad”

“Luciano, eres un idiota, la ofendiste y traté de reparar el daño”

“Yo no la ofendí, solo hice una observación. Es que no te quitaba los ojos de encima, y cuando se dio cuenta de que la vi, se sonrojó hasta las orejas. Y creo que a ti también te gusta”

“Ya no digas tonterías, reconozco que es linda, pero nada más. Tengo cosas más importantes de que ocuparme”

“Cierto, tienes que elegir con cuál de las pitucas casarte”

“Ya deja de tonterías”

“No son tonterías, Franco, hay rumores de que eres g%y, y eso no es bueno para los negocios. Por eso la abuela está tan interesada en casarte con alguien cuanto antes”

“Eso no pasará. Ahora calla que ya llegamos”

Victoria:

¡Oh, por los cielos!, ¿Qué fue eso?

¡Qué hombre tan perfecto!

Esos ojos me consumieron.

Él nunca se fijaría en mí, pero yo con gusto dejaría que me hiciera suya en cualquier callejón oscuro.

Pero ahora debo volver a la realidad, tengo que conseguir un trabajo y un lugar donde vivir, aunque podría acostumbrarme a ésta ‘pocilga de ricos’.

Hoy fue un fracaso, mañana lo intentaré nuevamente.

Franco:

¿Por qué, si he estado con infinidad de mujeres, no puedo sacarme esa joven de la cabeza?

“Franco, tesoro, haz vuelto temprano hoy. ¿No sales con Carla?”

“No, abuela. Estoy cansado y quiero acostarme ya”

“¿Sin comer?”

“Sin comer, no te preocupes, estaré bien”

Me acerque a ella y le di un beso en la frente.

“Que descanses, abuela, nos vemos mañana”

“Hasta mañana, hijo, que descanses”.

Entré en mi habitación, me di un largo baño, traté de alejarla de mis pensamientos pero no pude lograrlo.

Cada vez que cerraba mis ojos la veía, allí, sentada en la silla, mirándome con descaro.

Me metí en la cama y traté de trabajar un poco desde mi laptop, me fue imposible.

Cerré la computadora y traté de dormir, pero otra vez su imagen me perturbo, a tal punto que hizo reaccionar a mi entrepierna.

Nunca me pasó hasta ahora, que solo con pensar en una mujer me excitara a tal punto de tener una er%cción completa.

No pude evitar tomarlo y agitarlo mientras me imaginaba besándole es largo y sensual cuello.

Sus redondos senos erguidos mientras me metía en su boca estallaron en mi imaginación haciendo que me corriera como si fuera un adolescente mast%rbándose por primera vez.

Victoria había salido de la ONG casi corriendo, luego de liberarse de Franco.

Llegó a la plaza, se sentó en la banca de Marta.

“¡Qué bueno que te encuentro!”

Dijo Pablo con un poco de ansiedad mientras se sentaba a su lado.

“Tenía la esperanza de que estuvieras aquí”.

“Hola, ¿Qué tal?”

“Hoy fuiste en busca de ayuda y en lugar de eso saliste corriendo por el niño idiota”

“No le des importancia, pensaba volver mañana”

“Bueno… soy Pablo”

Le estiró la mano.

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