Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 31
Capítulo 31:
Franco:
“Estabas aquí”
“Sí, pero ya me voy, debo hacer algo, luego vemos de almorzar, ¿Si te parece?”
“Me encantaría”
Tome las llaves del coche y salí.
“Me encantaría”,
¿Por qué era tan complaciente?
Tendría que odiarme.
Yo me odiaba y no puede entender porque ella no lo hacía.
Tuve que irme, no soportaba que me miraba, yo no podía mirarla a los ojos.
Conduje por un rato sin rumbo, de pronto me encontré frente al estudio de Georgian.
Estacioné y me bajé.
“Franco, ¡Que sorpresa!, pasa”
“Gracias, Geo. Perdona, debes estar muy ocupado”
“Para un amigo nunca estoy ocupado. ¿Quieres beber algo?”
“¿Tienes whisky?”
“¿No es un poco temprano para alcohol?”
“Créeme, lo necesito”
“Bien, no se diga más. Yo tomaré un café”
A regañadientes mi amigo me sirvió el whisky.
“¿Me dirás que te está torturando?”
“Victoria…”
“¿Ha roto el contrato?”
“No, no se trata de eso, no todo en la vida son contratos, Geo, por favor…”
“Creí que con ella lo era, por lo menos te encargaste de dejármelo bien claro”.
“Pues fíjate que con ella resultó que no…”
“Bien, ¿Que tal si me lo cuentas? No como abogado, sino como amigo”
“Eso es lo que necesito ahora, un amigo”
Le conté a mi amigo lo sucedido en la noche, desde que entré en su habitación mientras dormía, hasta que intento besarme.
También dije lo de la mañana.
“Pero… ¿Acaso te volviste loco?”
Gritó mientras daba vueltas por el estudio.
“Está específicamente redactado que no puedes tener ningún contacto físico de connotación se%ual con ella sin su consentimiento por escrito y muchos menos eso, se tomaría como una agresión. Podría demandarte por millones”
“¡A quién le importa el dinero ahora!, Geo, sabes que me sobra, y si me quedara sin un centavo, en poco tiempo me forraría de nuevo”.
“Pero fuiste tú el que me dictó los parámetros del contrato. ¿Por qué no te importa ahora?”
“Es que en realidad no me importó nunca, pero si no lo hacía así, ella no aceptaría. Realmente necesitaba que lo hiciera”
“Mira, Franco, soy tu amigo y quiero que hablemos sin tapujos, ¿Vale?”
“Vale”
“Esto me pareció una locura desde el principio, ¿Una novia alquilada?, ¡por los cielos!, solo a ti sete ocurre. ¿Por qué carajo lo hiciste?”
Se tiró en el sillón y fui yo quien comenzó a dar vueltas por la habitación.
“No tengo que contarte lo tradicional demi familia, mi abuela está empecinada de que debo casarme antes de los 28 y si es posible antes de los 30 ya darle un heredero. Sabes bien que no tengo intenciones de hacerlo, pero ella se empeña en que lo haga y no deja de presentarme ‘damas de la sociedad’ para ver si me emparejo con alguna”
Me serví otro poco de whisky, que me bebí de un sorbo y me senté nuevamente.
“La última es Carla, y no es que tenga nada contra la chica, pero es igual a todas. Parece que hubieran hecho un molde y de ahí las sacaron a todas”
Estaba molesto.
Muy molesto.
Solté un largo suspiro.
“No tuve alternativa, ya que no encontré una mujer diferente, la alquilé”
“¿Estas consiente de que es un ser humano con sentimientos?”
“¿Me estás tomando por un desalmado?, ¡Claro que sé que tiene sentimientos!”
Concluí.
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