Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 21
Capítulo 21:
Narrador:
Franco observaba en silencio, no sabía qué hacer, Victoria parecía manejarlo a la perfección, así que no quería estropearlo.
“Bueno, pero veo que he venidos a incomodarlos. Quería verte. Esta noche vengan a cenar a casa, así nos conocemos”
“Abuela, esta noche no se… “
“Pero, ¿Qué dices Franco?, nos encantará Doña Berta”
“Puedes decirme abuela, si quieres, en realidad me gustaría”
“Un placer, abuela, nos vemos en la noche. Solo nosotros, ¿Verdad?”
“Sí, claro, así planificamos la presentación formal”
“Bien, abuela, te acompaño al coche”.
Franco acompañó a su abuela hasta el coche y regresó a la cocina donde se encontraba Victoria, parada en medio.
El entró y corrió hacia ella para abrazarla.
“Eres lo máximo, te metiste a mi abuela en el bolsillo, la conozco y te adoró. Gracias”
No la soltaba, Victoria lo empujó con sus brazos.
“Estoy temblando aún. No sé ni lo que hice”
“Estuvo perfecto, se vio tan real”
La miró de arriba abajo.
“Y te ves especialmente hermosa desnuda metida dentro de mi camisa”
Como era de esperarse, ella se sonrojó.
“Ahora todavía más hermosa, toda coloradita”.
“Eres un idiota”
Corrió al dormitorio a cambiarse de ropa.
Una vez cambiada, se reunió con Franco quien la esperaba en el coche.
“Quiero ir a hablar con Lucero primero que nada”.
“Muy bien, ¿Estás segura de lo que le dirás?”
“Acabo de convencer a tu abuela que estoy loca por ti, después de eso, podré con todo”
Franco no emitió palabra, solo la miró y sonrió satisfecho.
…
Cuando llegaron a la cafetería, Victoria se internó en ella y buscó a Lucero para hablar con ella y explicarle porque renunciaba.
“¿De novia con el señor perfecto como tú le dices?”
“Parece que es todo muy rápido, pero hay cosas que no te he contado, que lo haré, lo prometo. Solo espero que no me odies por dejarte sin previo aviso”
“No, mi vida, no te odio, quien cambiaría a ese bombonaso lleno de pasta por trabajar aquí. Solo me preocupa que se esté aprovechando de ti”
“No te preocupes, no lo hace, hoy conocía a su abuela y cenaremos con ella esta noche. Esto va en serio, lo juro”
“Bueno, amiga mía, solo me queda desearte lo mejor y rogarte que no me olvides”
“Claro que no”
Se abrazaron ambas jóvenes.
“Ahora, vete que tu señor perfecto te está esperando afuera”
Victoria salió de la cafetería y se subió nuevamente al auto con Franco, pero no dejaba de llorar.
El condujo durante unos minutos y se detuvo en un descampado.
Bajó del coche y abrió la puerta del lado de Victoria, le extendió la mano, ella la tomó y también salió.
Cerró la puerta y la recostó al auto, puso sus dos manos en el techo sobre los hombros de Victoria.
“¿Qué te sucede, chiquilla?”
“No sé qué estoy haciendo, Franco”
Trató de zafar de la proximidad de él, pero se lo impidió
“No, no vas a escaparte. Nos pusimos de acuerdo en algo, ahora tenemos que cumplirlo. Puede ser difícil, no lo niego, pero conmigo estarás a salvo, quedó bien claro y por escrito, que yo no puedo tocarte sin tu consentimiento también por escrito, jamás te forzaré a hacer nada que no quieras”.
“Yo no te tengo miedo…”
“¿Entonces?”
“Nada, se me hace difícil todo, hace unas semanas corría a esconderme de mi padrastro y ahora soy tu Novia Alquilada. Convengamos que es todo un cambio para mí y no sé bien cómo reaccionar”
Lo miró directamente a los ojos.
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