Vendida como novia de un magnate -
Capítulo 60
Capítulo 60:
POV Gael.
“Nada malo… el bebé ha progresado mucho… sí, nació antes, pero se encuentra bien… creo que, dentro de una semana, pueden pasarlo a sala cunas y salir de cuidados intensivos”.
“¿Una semana?”, me parecía mucho, pero si era necesario, no había de otra.
“Él debe estar el tiempo que le falto en la barriga aquí, al menos quince días”.
Tomé una aspiración fuerte y luego asentí.
“Bien… lo haremos así”.
“Una cosa más… la mamá debe alimentarse muy bien, ella saldrá de alta antes y…”.
“Espere… ella no se irá sin el bebé”.
“Lo entiendo, pero”.
“No se irá… además, pagaré el doble en esta habitación privada, ella no se moverá de aquí, ni saldrá sin lan”.
El médico parpadeó varias veces sin entenderme un poco.
“Señor, solo que”.
“Cuando den de alta al bebé, ella saldrá… es todo, doctor”.
“Podemos hacer eso”.
Le di la mano y luego me fui a la gerencia principal.
Todos aquí debían saber que las visitas estaban restringidas para Sofí y el bebé, además de que la UCI neonatal estaba resguardada por cinco agentes más que preparados y pagados por mí.
Entré a la habitación, y noté que una enfermera estaba ayudando a caminar a Sofí, mientras su rostro denotaba dolor. Pero cuando ella alzó la mirada ante mi entrada, trató de ocultarlo.
“Hola… ¿Dónde estabas?”.
Me acerqué diciéndole a la enfermera que yo la ayudaba.
“Estaba atendiendo unas cosas aquí afuera”.
“Tardaste mucho”.
“Lo siento, mi amor… ¿Cómo te sientes?”
Sofí asintió y miró a la enfermera que se despidió enseguida.
“Vi a lan… hace una hora”.
Sonreí mientras sus ojos se pusieron vidriosos.
“¿Te parece guapo?”, ella negó.
“No es solo guapo, es lo más bello que mis ojos han visto”.
“Oye… eso me pone celoso”, ella trató de reír, pero su mano fue a su v!entre como si le molestara.
“Creo que esto es más doloroso que las punzadas que me dieron ese día. Siento la piel encogida, y está herida es…”.
Acaricié su rostro.
“No te gustará ver esta herida en mi cuerpo”, ella siguió.
“¿Qué dices? Estás mal si piensas esto”.
“Ya la he visto cuando me hicieron la cura… es… allí… y”.
Tomé su rostro y besé su boca después de mucho tiempo.
Quería ser algo suave con ella, pero sentir su sabor, me revolucionó a mil por segundo. Profundicé el beso, y me volví loco cuando sentí su lengua.
Era volver a la vida, a lo que siempre quise en una mujer.
Y sabía que Sofí desde el primer día me volvería loco, Sentí cómo ella gimió en mi boca, y me aparté enseguida temiendo que se rompiera, pero una sonrisa apareció en su rostro.
“Eso fue increíble… aunque no puedo responder por ahora”, sonreí.
“Pronto podrás… ahora solo concéntrate en recuperarte, nuestro bebé te necesita fuerte”.
Ella me rodeó con sus brazos, haciendo un gesto lastimero.
“Si te quedas con nosotros”.
“Aquí estoy… no te preocupes”, sus ojos me miraron fijamente y se puso seria.
“Han… ¿Han venido?”.
Negué tomando su rostro.
“Nadie se acercará a ti… nadie… pero quiero que sepas que tú y lan se quedarán aquí por quince días, es lo que el médico dijo”.
“¿Quince días?”, asentí.
“Es lo que el bebé necesita para madurar”.
“Haré lo que sea… solo quiero tenerlo en mis brazos todo el tiempo”.
“Eso pasará… solo necesita unos días”.
Sofía soltó el aire, y luego me pidió que la ayudara en volver a la cama.
“Tengo un poco de miedo por lo que pueda pasar…Diego… él es…”.
“Ni lo menciones, yo me encargaré, ¿De acuerdo?”.
Ella asintió, pero en su mirada noté que estaba un poco temerosa.
“La UCI donde está lan está resguardada por cinco hombres de inteligencias, y muy bien entrenados…nunca se moverán, y se relevarán con otros cinco iguales”.
“Gracias”.
Negué.
“Gracias a ti Sofí, por soportar todo esto”, tomé sus manos.
“Algún día espero no recuerdes este episodio”.
“No importa nada, Gael… solo el hecho de que estés conmigo, es suficiente para olvidarlo… debo… debo explicarte todo lo que pasó… yo pensé que”.
Me puse de su lado, tocando sus labios.
“No necesitas explicarme nada… no tienes la culpa, Cristian me ha contado la mayor parte, y solo actuabas en medio de tu crisis… fuiste muy fuerte, de hecho, fuiste la mejor… ese tipo… solo te enredó… y ya sé que lo buscaste porque querías vengarme”.
Sus ojos se pusieron vidriosos y asintió.
“Quería hacerlos pagar a todos… mi dolor era insoportable… yo quería morir, pero lo único que me mantenía despierta era nuestro hijo, Gael”.
“Lo sé mi amor… lo sé”.
“Pero, ¿Qué haremos? Ellos nunca nos dejarán”.
“Mírame”.
Sofí me observó.
“Ni siquiera estarán”.
“Gael… ¿Qué harás?”.
“Ellos desaparecerán de nuestras vidas, Sofí, y no hay nada que cambie eso”.
Después de asegurarnos de que Sofí estuviera cómoda en su cama de hospital, me quedé a su lado mientras pasaban los días. lan, nuestro pequeño luchador, seguía mejorando, y el médico nos aseguró que pronto ya no necesitaría ningún sistema de ayuda y estaría a diario en los brazos de su madre.
Pasaron los días con extrema lentitud para mí, pero no me quedé quieto, cuando Sofí caía rendida era mi mejor momento de actuar, y en silencio, trabajé como un desquiciado, mientras Slim se volvía un problema cuando trataba de entrar a toda costa. Y un día antes de salir del hospital, por la noche, salí a su encuentro.
Muchos de sus hombres estaban allí, quería intimidarme incluso con el número presente, pero levanté mi barbilla mientras mi hermano se ponía al lado.
“Entonces… planeaste una boda de mentira, pagaste a un juez de forma anticipada… vaya, no lo vi venir”.
Apreté mi mandíbula.
“No has visto venir nada, Slim… hay mucho por ocurrir, y eso parte desde el momento en que pensaste que podía tomar a mi esposa”.
“La mujer de un hombre muerto”. Chasqueé la lengua.
“De un hombre que tú sabías estaba vivo”.
Sus hombros se tensaron.
“¿Has pensado cuando Sofí lo sepa? Va a odiarte por el resto de sus días”.
“Yo no lo sabía, y ese no es el tema… ¿Sabes el poder que tengo?”.
“Mira mi cara… es de preocupación y miedo” Slim apretó la mandíbula y negó.
“Puedo destrozar este hospital si quiero, debo hablar con Sofía, esto no puede quedarse aquí”.
Di un paso hacia él, mi hermano trató de retenerme, y sus hombres sacaron las armas, pero no me detuve.
“Mírame de nuevo, infeliz… no volverás siquiera a mirarla y te juro, Diego, todo esto te costará lo que más te duele”.
Chasqueé los dedos y luego Slim miró hacia arriba. Toda la columna del hospital estaba repleta de francotiradores, y comenzaron a apuntarlos a todos. El ceño del tipo se frunció, se acomodó la chaqueta, y luego se metió en sus autos y arrancaron al instante, entonces cuando me giré mi hermano asintió.
“Todo está listo”.
“Descríbelo”.
“Mañana por la mañana, buscarán a Sofí y al bebé con autos blindados, para ser trasladados al lugar… es sumamente seguro. Todas las personas, desde la que sirve la comida, hasta las enfermeras, han sido calificadas, e investigadas, y nada más entren al lugar, comenzará el caos en ciudad de México”.
“Perfecto”.
Caminé con él a mis espaldas, y luego lo despedí quedando en un plan. Antes de entrar a la habitación de Sofí, pasé a la cama cuna de lan, y lo vi dormido plácidamente hasta que sonreí.
Me acerqué a Sofí y acaricié su rostro mientras dormía. Sabía que a pesar de su calma ella estaba preocupada, pero no había una sola grieta ahora. Cuando Sofí despertó en medio de la noche, la miré con intensidad y tomé su mano.
“¿lan?”.
“Está perfecto… lo traerán en la madrugada”.
Ella soltó el aire.
“Mañana nos dan de alta… se cumplen los quince días”.
“¿De verdad? ¡Qué alivio!”.
“Mañana por la mañana, nos iremos a un nuevo lugar, te gustará… es amplio, tiene zonas verdes… de una sola planta, pero muy muy espaciosa”.
“Espera”.
Ella tomó mi mano.
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