Vendida como novia de un magnate -
Capítulo 25
Capítulo 25:
POV Sofía.
Sin embargo, ella se apresuró a decir.
“Es lo que estoy tratando de descifrar”, dijo rápidamente, luego Gael ya estaba aquí junto a nosotras.
Él me sonrió a mí, pero cuando miró mis ojos, su expresión cambió.
“¿Estás bien?”, asentí carraspeando un poco y luego me levanté.
“Estaba contándole a tu abuela sobre mi primer día de trabajo… y la universidad”.
Helena sonrió un poco nerviosa, mientras Gael la inspeccionaba detenidamente… Gael frunció el ceño al notar la tensión en el ambiente y luego la mirada inquisitiva en sus ojos se clavó en mí.
Parecía haber percibido algo extraño, algo que no encajaba del todo en la situación. Y traté de ocultar mi inquietud bajo una sonrisa forzada.
“¿Tú estás bien?”, pregunté tratando de parecer tranquila.
Gael me miró durante un momento más, su mirada penetrante parecía estar buscando algo en mis ojos, pero finalmente asintió.
“Sí… Te estaba buscando… ¿Vamos a cenar?”.
Asentí rápidamente tomando tu mano, pero él hizo algo que no esperé.
Besó el dorso de mi mano, mientras otra punzada volvió a atacar mi corazón.
Miré rápidamente a Helena.
“Por mí no te preocupes… vayan”, apreté mi boca y en un descuido, le di un beso en la mejilla, y luego le susurré en el odio a la abuela.
“Gracias”, ella solo apretó mis brazos y luego Gael le picoteó el ojo a Helena, para llevarme dentro de la mansión.
“¿Qué tal las clases?”.
“Geniales, claro, fue mucha teoría, pero creo que las prácticas vendrán pronto”.
Subimos las escaleras, y fruncí el ceño deteniéndome.
“¿No íbamos a cenar?”.
“En nuestra habitación”.
Me estremecí un poco y luego caminé con él en silencio, mientras todos los pensamientos se revolvían en mi cabeza.
Había una cena preparada, la habitación era como otra casa, así que una mesilla privada no ocupaba mucho.
Me senté con una sonrisa en el rostro, y luego Gael me pasó una copa.
“Por un comienzo próspero”.
Alcé la copa y la choqué con él, pero en mi corazón no solo celebraba mis metas.
No pude evitar mirarlo. Era el hombre que cualquier mujer deseaba, y merecía todo lo mejor que pudiera darle la vida y no lo que había conseguido hasta ahora, en medio de mentiras y engaños por parte de la persona que debía ser su muro.
Y no sé si yo estaba hecha de hierro, pero iba a darle lo que merecía, y eso era la lealtad de una persona, que valía más que todo su dinero.
Comimos entre las risas y mi palabrería, hablé como una lora mientras él solo saboreaba su vino y me miraba con intensidad.
Y para cuando terminé, ambos nos quedamos callados por un momento, y solté el aire.
“Vaya suspiro”, sonreí, y no dudé en colocarme de pie, y acercarme a su silla. No podía cohibirme ante él, ahora mismo creía que el tiempo era valiosísimo para nosotros.
Abrí mis piernas para sentarme en las suyas, cosa que lo tomó desprevenido, pero lo supo manejar cuando desocupó sus manos y acarició mi espalda.
“¿Puedo preguntarte algo sumamente serio?”, él saboreó su boca, dejándola cerrada, y luego asintió.
“Pregunta”.
“¿Si quiero quedarme más de un año…? ¿Si quiero quedarme por más tiempo…?”.
Él negó deprisa.
“Solo dije un tiempo remoto por ti, no por mí”.
“Ah, ¿No?”, él negó.
“No… puedes quedarte… todo el tiempo que desees … incluso… yo lo deseo”.
Fue inevitable que mi sistema no se sacudiera con eso, y dando la cara a lo que deseaba, asentí hacia él, y dije.
“Quiero quedarme mucho… Mucho tiempo”.
Gael envolvió mi cuello con su mano de forma seductora, y luego me miró.
“¿Cuál es la razón?”.
“Hay muchas razones, pero si quieres escuchar una muy puntual, es que eres un hombre maravilloso… ¿Quién querría irse de tu lado?”.
Lo vi pasar un trago grueso, y sus manos siguieron acariciando mi cuerpo, como si lo tallara.
“¿Por qué no te conocí antes?, él preguntó con su voz rasgada, y solo pasé un trago duro al pensar que hubiese sido lo que más hubiese querido en la vida.
Sin embargo, le dije de forma segura.
“Porque este era el momento perfecto”, Gael apretó un poco mi cuello, y luego tomando mi nuca, me acercó hacia él para besarme de forma apasionada.
El beso de Gael fue intenso y apasionado, como si en ese momento todos los sentimientos que habíamos estado ocultando se liberaran de golpe. Me perdí en sus labios, dejando que su calor y su deseo me envolvieran por completo. Sus manos recorrieron mi espalda con deseo, mientras mi cuerpo se acercaba aún más al suyo.
El tiempo parecía detenerse mientras nuestros labios se buscaban y se fundían en un baile ardiente. Y ahora entendía que esta conexión no se daba a la vuelta de la esquina. Me dejé sacar la ropa, pero permanecí sentada frente a él desnuda. Su mano en algún momento se restregó por mis pechos echándome hacia atrás, mientras sus piernas me sostenían.
Acarició cada parte de mi cuerpo con esmero y colocándose de pie, aun caminando, se hundió en mí con fuerza, mientras mis brazos y piernas, y todo de mí, se enrollaron en él con aprensión.
“Me encantas, Sofí… eres maravillosa”.
¿Podía decirle que él no solo me encantaba?
Lo besé cuando caímos en la cama y me moví a su ritmo. Nuestros ojos se flecharon por mucho tiempo, mientras sus dedos se metían a mi boca, abriéndola y haciendo que succionara sus dedos.
Estaba haciendo adicta a sus movimientos, mi mente no era la misma cuando se olvidaba de todo y esta entrega que el hombre me daba, era para suspirar.
Cambiamos de posición cuando Gael me giró contra la cama, pero pasó un brazo por mis pechos y me retuvo hacia él. Con el otro brazo tomó mis dos manos y los alzó hacia arriba, y cuando entró de nuevo en mí, la descarga de placer que tuvo mi cuerpo, era demasiada.
Su mano apretó mi centro por delante, mientras sus embestidas iban a un nivel superior. Incluso mordí las sábanas y con mis dedos apreté la tela, mientras mis pies se encogían. Los golpes del deseo y éxtasis me sacudían, y luego sentí los dedos de Gael en mi centro que sumaban a su ritmo.
“Hazlo, Sofí… córrete en mi mano”, mis ojos se apretaron muchísimo mientras su boca seguía en mi oreja.
Y como le decía que la espiral iba y venía con fuerza, y que no había forma de apagar este fuego que me consumía sin ningún retorno.
Abracé el brazo que estaba debajo de mí cuando ya mi cuerpo convulsionó de nuevo, y mi boca se abrió con sonidos de placer, él se apresuró a tomar mi rostro hacia un lado para succionar mis labios y noté como incluso estaba preparándose para salirse de mí, porque quizás ya estaba igual llegando a su cl!max.
No sé por qué, pero me giré e hice que él volviera a entrar en mí, mientras mis piernas lo enroscaron.
Me moví de forma sugerente y eso pareció volverlo loco.
“Sofie… espera”, no hice caso a su instrucción y luego noté como su cara se contrajo y como aumentó sus golpes para entrar y salir, hasta que sentí que se dejó llevar por el momento.
Sentí sus contracciones y lo abracé con fuerza, mientras él se dejó caer suavemente encima de mi cuerpo.
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