Una mamá psicóloga
Capítulo 95

Capítulo 95:

POV Beatriz

“Recuerda que te harás pasar por mi chica”.

La forma en que dice eso me hace sentir un poco mal.

Él me mira asegurándome que las cosas están bien y sonrío ligeramente antes de bajar la mirada a mis manos aun sobre mi regazo.

Veo la ciudad moverse mientras el auto avanza.

Tardamos solo diez minutos en llegar a un edificio mucho más grande que el del otro departamento.

Me mantengo en silencio mientras lo veo estacionar el auto.

Mi corazón se siente preocupado por el hecho de que estoy a punto de convivir con un hombre que prácticamente no conozco, que no es mi esposo y que definitivamente mi madre desaprobaría, pero pienso en lo que dijo mi doctor.

Realmente estoy cansada de vivir así, harta de pensar en lo que quieren los demás, debo pensar en lo que importa ahora que son mis bebés.

Puedo empezar de nuevo, necesito cuidar de ellos y ahora que he vivido lejos de mi familia, de la iglesia y toda su congregación.

Estoy más que segura de que el mundo es mucho más grande, mucho más hermoso y quiero que mis hijos vivan mejor de lo que me dejaron vivir aquí.

Llevo una mano al rosario que aún conservo colgado en mi cuello, sé qué cielos entiende que no estoy renegando de él, sino que estoy haciendo lo mejor por mi nueva familia y cuando la puerta del auto se abre, mis ojos miran al hombre que extiende su mano en mi dirección.

Estoy segura de que él es el ángel que enviaron para mí.

“Puedes cambiar lo que quieras si así lo deseas, no suelo pasar muchas horas en casa”, me dice.

“Así que no te sientas incómoda”

Lo veo marcar el número de acceso a un ascensor.

“Hablaré con uno de mis amigos y veremos si podemos encontrarte un trabajo”.

Me siento tan agradecida que no puedo decir nada.

La música baja del ascensor comienza a sonar.

Observo mi maleta que es llevada por el hombre a mi lado.

Llevo mi mano hasta el rosario tratando por instinto de encontrar la confianza que necesito para continuar y cuando la puerta del elevador se abre me doy cuenta de dos cosas.

La primera es que este departamento luce más como un departamento en venta en lugar de un hogar y lo segundo que el gato persa con ojos azules y pelaje blanco parado en medio de la sala de estar no luce amigable.

“Oh, olvidé contarte de Rick”, dice él acercándose al animal.

“Tiene rostro de pocos amigos, pero es un amor”

Veo al hombre acariciar al animal.

“No entra a las habitaciones, así que no te hará daño”

Me pide una de mis manos.

“Tócalo, no te hará daño”

Alejo mi mano del rosario.

Llevo la mano hacia el animal y me sorprendo ante el cálido tacto de su cuerpo animal, nunca antes había tocado un gato.

Mis padres siempre dijeron que eran malvado y diabólicos.

“Hola Rick”, digo sonriendo.

“Seamos buenos compañeros de piso”

Miro al hombre que sostiene al gato con una sonrisa.

“Seamos todos buenos compañeros de piso todos”.

POV Lucas

Tomo la mano de la mujer a mí lado y sonrío ligeramente para calmarla.

Incluso yo me siento de esta manera.

“No tienes que sentarte mal”

Pido una vez mas.

“Te prometo que todo es por una buen motivo”.

“Las mentiras no son buenas en ninguna situación”, murmura ella mirando por la ventanilla del coche.

“Créeme incluso las que son por un bien mayor terminan destrozando… familias enteras”.

Comprendo muy bien esas palabras.

También entiendo que ella se siente de algún modo tocada por toda esta situación pero necesito hacer esto.

“Mis padres son realmente encantadores, en realidad mi madre pues no es mi madre como te conté y mi padre es el hermano de mi padre biológico, pero…”, niego.

“Los recuerdos que tengo antes de ello eran familiares pero no felices”

“Mmmm”

Ella duda por un momento.

“¿Qué les pasó?”

Ella niega.

“No, disculpa eso es algo muy íntimo yo no debería…”

“Mi tío abuelo los mató”, respondo con normalidad.

Una normalidad que solo pude conseguir gracias a mi madre.

“Incluso intentó hacernos lo mismo a mi hermana y a mí cuando nos recuperamos del trauma de ver a nuestros padres morir”

Hice una breve pausa.

“Pero una vez más, mi madre estuvo ahí para nosotros y… por eso quiero hacerla feliz”.

“Mmmm comprendo”, susurra la chica a mi lado.

“¿Tu familia no acepta que seas g%y?”

Freno el auto ante esas palabras.

La chica a mi lado lleva su mano al pecho mientras me mira con la culpabilidad en sus ojos.

“Disculpa, creo que me estoy metiendo en donde no me llaman, yo… yo no tengo prejuicios así que no te sientas reprimido o algo”.

“¿Crees que soy g%y?”, sonrío.

“¿Por qué?”

“Eres un hombre atractivo y luces como una buena persona, no eres una buena persona, que motivos tendrías de no se ese para mentir”.

“Tengo otros motivos”, respondo.

“Pero no soy g%y, me gustan las mujeres”, sonrió.

Las chicas lindas como tú”

Acelero el auto una vez más ahora que la luz ha cambiado sobre nosotros y salgo con toda prisa hacia la propiedad de mis padres fuera de la ciudad.

Llego a casa una hora después.

La verja metálica aún más cubierta por esa planta rastrera que tango le gusta a mi madre está completamente abierta así que asumo que mi hermana ya está aquí

Conduzco durante tres minutos más antes de llegar a la casa principal y noto la incredulidad en el rostro de la mujer a mi lado.

“¿Qué sucede?”

“Sabía que tenías dinero, pero no pensé que sería tanto”, admite.

“Está casa es inmensa…”

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