Una madre de alquiler
Capítulo 81

Capítulo 81:

Finalmente, Steven rompió el silencio.

“¿Hay algo entre ustedes?” preguntó.

“Soy su novia” admitió ella.

“Entiendo. Voy a buscar mi computadora”.

“De acuerdo”.

Steven fue a buscar la computadora, la colocó sobre el escritorio de Amanda y se sentó junto a ella. Luego empezó a explicarle algunas cosas mientras que ella hacía anotaciones”.

“¿Entiendes todo?” preguntó.

“Creo que sí”.

“Muy bien. Vamos a hacer una prueba. Quiero que mires esta cuenta y veas si hay algo mal en los gráficos y en estos papeles”.

Le entregó unos documentos y dejó que los revisara. Ella se enfocó en la computadora, comenzó a analizar los archivos y mirar los papeles y, después de unos minutos, terminó.

“Listo. Los valores de aquí no coinciden con el dinero que figura en la cuenta. Hubo un depósito de un banco del que no hay rastros” dijo.

“Eres buena en esto. Vas por buen camino” reconoció él.

“¡Me alegra!”

“Para lo que necesites, no dudes en llamar a mi puerta”.

“Gracias”.

Él siguió enseñándole y despejando sus dudas.

Anthony tuvo dos reuniones por la mañana y, cuando terminó, pasó por la oficina de Amanda. Al abrir la puerta y verlos a los dos sonriendo, su buen humor pronto desapareció y se puso serio.

“Steven, ¿Sigues aquí?”

“Le estaba aclarando algunas dudas”.

“Bien. ¿Vamos, Amanda?”

“Sí. Gracias, Steven” dijo ella.

“Por nada, hasta mañana”.

“Nos vemos”.

Cuando salieron, Anthony se adelantó y, en el ascensor, el ambiente se puso tenso.

“¿Pasó algo?” preguntó ella.

“No”.

“Oye, no digas que no pasa nada cuando estás raro conmigo”.

“¿De qué se reían en la oficina?”

“Steven me subestimó creyendo que no podía con un problema, pero lo resolví. Eso fue todo, nos reíamos de eso” explicó.

“Está bien” respondió él con hosquedad.

“Cariño, ¿Vas a ponerte celoso por eso? Maldita sea, es mi primer día y fue algo realmente estúpido lo que sucedió, no puedo creer que me vayas a hacer un drama por eso.

Él se quedó en silencio por un rato antes de volverse hacia ella, que estaba molesta mirando al suelo.

“Lo siento, estaba celoso” dijo.

“No tienes motivo para estar celoso”.

“Solo estaba molesto, lo siento” se disculpó.

“Está bien”.

“¿Te resultó difícil el trabajo?”

“Un poco, pero aprendí y se volvió más fácil”.

“Eso es bueno, estoy feliz de tenerte cerca”.

“Yo también, gracias”.

“De nada, vamos”.

La tomó de la mano y salieron de la empresa camino al auto. Después fueron a la escuela de Lucy. La nena salió corriendo y tropezó, así que su padre la levantó rápidamente y ella comenzó a llorar porque se había raspado la rodilla.

“Solo es un raspón, hija. Ya pasará” dijo él.

“Me duele, me duele” se lamentó la niña.

“Tranquila mi amor, ya pasará” agregó Amanda.

“Vámonos a casa. Ahí nos encargaremos de ese dolor”.

Anthony la llevó al auto mientras lloraba muy afligida. Amanda los siguió preocupada porque no sabía qué hacer en ese momento. Al llegar a casa, él la dejó en el sofá y Amanda fue a buscar el botiquín, le limpió la sangre y le aplicó una crema. Lucy no lloró, pero se puso un poco gruñona. Su padre la consoló un rato hasta que llegó la hora de almorzar.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar