Una madre de alquiler
Capítulo 63

Capítulo 63:

Mientras conversaban entre tragos de café, salió el tema de Mary.

“¿Alguien sabe cómo está?” preguntó Elizabeth.

“Está bien. Tiene lastimada la nariz y perdió algo de cabello, pero se repondrá” respondió Ken entre risas.

“Ella se lo buscó” afirmó Arianne.

“Recordará lo que hizo durante mucho tiempo cuando se mire al espejo” bromeó Cindy.

“Estuvo buena su fiesta de madrugada eh” comentó Anthony.

“¿Nos oíste?”

“¿Te queda alguna duda?”

“Le dije a Cindy que se callara” afirmó Ken.

“¡Qué vergüenza!” dijo la chica.

“Como si Anthony fuera un santo” agregó Lisa.

“Estuve durmiendo, ustedes se estaban besando con unos locos”.

“Sí, seguro” dijo Mark.

“¿Qué opinan de ir a la playa?” propuso Amanda para cambiar de tema.

“¡Sí!” chilló Cindy.

“Yo también quiero ir” coincidió Lisa.

“Vamos a cambiarnos, entonces” indicó Isaac.

“Vamos a tomar unos tragos, Anthony” dijo Ken.

“Está bien”.

Ellos se fueron por los tragos, las chicas que estaban listas se quedaron en la mesa y las que faltaban fueron a prepararse. Después partieron hacia la playa. Tras encontrar un buen lugar con mesas para quedarse, las chicas decidieron ir al agua.

Amanda y Cindy se quitaron los pantalones y quedaron solo con los bikinis; antes de que los chicos pudieran decir algo, corrieron al agua. Ellos se miraron el uno al otro y después fulminaron a los demás con la mirada. Amanda llevaba un bikini con estampado de corazones, que no era pequeño ni exagerado; Cindy llevaba un bikini estampado azul, que tampoco era muy revelador, pero, como tenía los pechos grandes, la parte inferior parecía más pequeña, aunque estaba bien.

“¿Viste las caras de los chicos?” preguntó Cindy.

“No me importa” afirmó Amanda.

“Mi%rda, ¿De verdad? Yo confieso que me gusta ver a Ken celoso”.

“Pero no debe exagerar”.

“Exagerado es su segundo nombre. Ja, ja” bromeó la chica.

“Vamos a nadar”.

Nadaron y conversaron un rato y, cuando volvieron con los chicos, ellos estaban muy serios. Los ignoraron, tomaron dos alfombras de playa y se acostaron en la arena boca abajo. Tomaron sol como si nada, aunque, por dentro, se morían al verlos enojados.

Ellos las miraron incrédulos y, al ver que sonreían a escondidas, decidieron provocarlas también. Ken comenzó a sacarse la ropa y Anthony también; solo se quedaron en bañador y fueron al mar. Ellas se miraron incrédulas al ver que se fueron sin discutir.

“No puedo creer que Ken se haya quitado los pantalones” dijo Cindy.

“No pelearon con nosotras, ¿Por qué?” preguntó Amanda.

“Mira cómo se derriten por ellos”. Cindy señaló a una mesa al lado de la suya, en la que otras chicas se estaban babeando por ellos.

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