Una madre de alquiler
Capítulo 238

Capítulo 238:

Luego del pastel, todos los invitados salieron del salón. Era el momento de la revelación del se%o de los bebés de Ken y Cindy y del de Amanda y Anthony.

Elizabeth estaba a cargo de todo y las chicas la acompañaron. Le pidieron a Cindy que se parase junto a Ken mientras que todos los invitados se posicionaron alrededor de ellos y comenzaron una cuenta regresiva de diez segundos. Cindy estaba muy ansiosa y se le notaba en el rostro. De repente, salió humo y una lluvia de fuegos artificiales con el color del se%o del bebé. Cindy comenzó a saltar y gritar y Ken, llorando, la abrazó con fuerza. Estaban sumamente emocionados.

“Tendré una hija” dijo Ken, cayendo al suelo de rodillas.

“Nuestra niña, nuestra princesa” agregó Cindy.

“Te amo. Te amo mucho”.

“Y yo a ti. Serás el mejor padre del mundo”.

“Te juro que haré mi mayor esfuerzo. Te lo prometo”.

“Sé que sí. ¡No puedo creerlo!” dijo Cindy entre risitas.

La felicidad que tenían era tal que no podían dejar de saltar, y su familia se acercó para abrazarlos, celebrar y saltar con ellos.

“Felicidades, amiga, esta princesa recibirá mucho amor” le dijo Amanda a Cindy.

“Cielos, ¿Recuerdas que había dicho que quería una niña como Lucy?” rio Cindy.

“Y la tendrás” respondió su amiga.

“Yo dije que sería una niña” rio Lourdes.

“Así es, y tuvo razón” dijo Cindy.

“Felicidades. Le deseo que sea muy sana” dijo Anthony.

“Gracias, hermano” respondió Ken.

“Así sea, Anthony” dijo Cindy.

“Ahora, averigüemos sobre mi sobrino”.

“Ya se me sale el corazón por la boca” dijo Anthony.

“Sé que sí” dijo Amanda.

“Vamos” dijo Anthony.

Fueron al otro lado para la siguiente revelación. Amanda estaba nerviosísima y Anthony no dejaba de sudar. Estaba oscuro y delante de ellos había un río. Apareció una cuenta regresiva con destellos y, al llegar a cero, los fuegos artificiales y el humo hicieron que Anthony cayese de rodillas y comenzara a llorar.

Amanda se emocionó. Cindy la abrazó, aún más emocionada, y Anthony se puso de pie, corrió y saltó junto con Ken. Luego, Anthony fue hacia Amanda y la abrazó sumamente conmovido. Lloraron juntos, abrazados, y él se arrodilló y besó su vientre mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas”.

“Hijo, hijito amado” sollozó Anthony.

“papá te quiere mucho, hijo. Gracias por llegar a nuestras vidas y por ser mi hijo”.

“Mi niño, Cielos” dijo Amanda.

“Nuestro niño, mi amor, nuestro niñito. Gracias por darme la felicidad más grande del mundo. Te amo con locura. Gracias, mi vida”.

“Cariño, nuestra familia se agranda. Te daré muchas alegrías como esta. Ahora tenemos a nuestro pequeño y nuestra familia será una familia muy feliz”.

“Cielos, un niño” dijo Anthony.

“Nuestro niño” rio Amanda.

“Felicidades, queridos. Que mi nieto venga con mucha salud” dijo Sabrina.

“Gracias, mamá” respondió Anthony.

“Gracias, suegra”.

“Felicidades, mis queridos” dijo Geoffrey.

“Gracias, papá”.

“Gracias, suegro”.

“Mamá” llamó Lucy a Amanda.

“Hola, mi amor. Vas a tener un hermanito, mi amor, un hermanito”.

“¡Voy a tener un hermanito!” festejó Lucy.

“Sí, hija, tendrás un hermano” dijo Anthony entre risas.

Lucy estaba tan feliz que parecía que no acabaría de festejar nunca. Todos celebraron la noticia mientras una lluvia de fuegos artificiales iluminaba el cielo.

Pasaron cerca de diez minutos mirando cómo el cielo se llenaba de estallidos de colores. La boda estaba saliendo de maravilla y los corazones de todos rebosaban de alegría. Anthony y Ken no paraban de correr y saltar; parecían dos niños.

Los invitados regresaron a la fiesta, el DJ puso música y bebieron, comieron y bailaron. Los novios se despidieron y se fueron y Anthony hizo lo mismo porque Lucy ya tenía sueño.

Al llegar a casa, y con la ayuda de Anthony porque la niña estaba casi dormida, Amanda le dio un baño a Lucy, la llevó a la cama y salió de la habitación

. Anthony abrazó a Amanda por la espalda mientras caminaban hacia su propia habitación. Amanda entró al baño y, al quitarse la ropa para ducharse, vio una pequeña mancha de sangre en la ropa interior, pero le restó importancia ya que supuso que era algo normal. Se duchó y se fue a la cama.

“¿Hoy ya te dije que te amo?” preguntó Anthony.

“Muchas veces”.

“No quiero que lo olvides. Soy muy feliz. Me haces el hombre más feliz del mundo”.

“Y espero seguir haciéndote feliz todos los días”.

“Estoy loco por ti. Eres la mujer de mi vida. Durante la ceremonia me puse a pensar en nuestra propia boda. Fue perfecta y te veías hermosa. Quiero tenerte a mi lado para siempre”.

“También me hizo pensar en nuestra boda. Siempre estaré contigo, amándote para siempre”.

“Para siempre” repitió él.

Anthony le dio un beso tierno y Amanda se acurrucó contra su pecho. Al poco tiempo se quedaron dormidos.

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