Una madre de alquiler
Capítulo 205

Capítulo 205:

Después del paseo en globo, Anthony llevó a Amanda a ver otros lugares de interés. Disfrutaron y almorzaron en el lugar. Luego del almuerzo, salieron a caminar nuevamente. Caminaron de regreso al hotel y, cuando llegaron, se cambiaron y fueron a la piscina.

Amanda tomaba sol y Anthony se metió a la piscina. Mientras la chica tomaba fotografías, alguien la chocó por accidente”.

“Cielos”.

“Lo siento” se disculpó el hombre.

“Al menos alguien que habla inglés”.

“Lo siento, estaba distraído”.

“Está bien, está bien”.

“Encantado de conocerte, soy Wilbert”.

“Amanda”.

“Lo siento mucho, Amanda”.

“No te disculpes más, está bien”.

“Eres la primera persona con la que puedo hablar aquí por más de cinco minutos”.

“Lo mismo digo. No sé hablar turco y solo uno o dos hablan inglés”.

“¿De dónde eres?”

“De Est$dos Unidos, ¿Y tú?”

“También. ¿Estás de paseo?”

“De luna de miel, ¿Y tú?”

“Vaya, mejor me voy”.

“Bien”.

“Ni parece que estuvieras casada, eres muy joven”.

“Eso parece. Gracias, así mi esposo no piensa que soy fea tan pronto”.

“Impo…”

“¿Estorbo?” lo interrumpió Anthony.

“Claro que no, cariño, este es…”

“¿Qué haces aquí?”

“¿Anthony?” preguntó Wilbert.

“Aléjate de mi mujer”. Lo empujó.

“¡Amor!” exclamó Amanda, pero Anthony seguía empujándolo.

“Si te veo a un metro de ella, te mato con mis propias manos. Es una amenaza”.

“Amigo, hablemos”.

“Quedas advertido”.

Anthony se fue tirando a Amanda del brazo hasta llegar a la habitación. Ella no entendía nada; su esposo estaba poseído de rabia, tenía el cuerpo caliente y el corazón le latía muy rápido. Entraron a la habitación y rompió algunas cosas que estaban en la mesa. Amanda intentó detenerlo, pero no lo logró; después, él abrió la puerta y se fue.

La joven no sabía qué hacer; no sabía nada del lugar. Tomó el celular y lo llamó, pero había dejado el teléfono en la cama, así que llamó a Sabrina.

“Hola, Sabrina, ¿Cómo estás?”

“Hola, cariño. ¿Qué es esa carita? ¿Sucedió algo?”

“¿Conoces a algún Wilbert?”

“¿Cómo que Wilbert? ¿Ese Wilbert?”

“Wilbert, Sabrina”.

“Cielos. ¿Dónde está Anthony?”

“Estaba hablando con este chico Wilbert en la piscina porque se había chocado conmigo, pero Anthony se enojó cuando lo vio. No sé cómo, pero él sabía quién era. Me llevó a la habitación y, después de romper casi todo lo que tenía por delante, se fue”.

“Ve tras él Amanda, búscalo. Wilbert era su mejor amigo, pero lo engañó con Ruby; él fue quien se escapó con ella, muchas cosas deben estar pasando por su cabeza en este momento”.

“Cielos, ¿Tenía que aparecer aquí? No conozco nada en este lugar, ¿Cómo voy a encontrarlo?”

“Sal a preguntar, busca por el hotel”.

“Está bien”.

Amanda colgó, se cambió y caminó por el hotel, buscándolo. Mostró una fotografía de Anthony en la recepción y un hombre le señaló dónde había ido. La joven salió a preguntar a la gente con la fotografía; algunos le dijeron que lo habían visto y otros no. Se desesperó buscándolo por todas partes hasta que lo encontró: estaba en la cima de una roca mirando a la nada. Amanda se acercó a él y se sentó a su lado en silencio.

“Si te vuelvo a ver cerca de ese tipo, considérate soltera”.

“¿Por qué me hablas así? Simplemente se topó conmigo y nos conocimos, eso es todo”.

“No volveré a hablar al respecto”.

“Bien, ya sé quién es, no dejes que arruine nuestro viaje, todo fue maravilloso”.

“Quiero estar solo”.

“No, no te dejaré solo”.

“Por favor, Amanda”.

“No hagas eso, déjame ayudarte a deshacerte de este enojo. Soy tu esposa, Anthony, quiero pasar las buenas y las malas a tu lado”.

“Estoy tratando de no descargar mi ira contigo, solo quiero silencio. Vuelve a la habitación”.

Amanda estaba frustrada y volvió a la habitación en silencio; Anthony se paró en la piedra mirando el suelo, recogió unas piedritas y las tiró. Cuando Amanda llegó a la habitación, se fue a bañar con una tristeza inmensa en el pecho. Después de la ducha, se acostó y lo esperó, pero las horas pasaron y él no regresó, hasta que ella se quedó dormida.

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