Una madre de alquiler -
Capítulo 135
Capítulo 135:
Cuando Anthony llegó, encontró la casa vacía y Esther le avisó que las chicas habían salido. Él se enfureció y comenzó a caminar de un lado a otro. Luego de un rato, ellas llegaron contentas, pero él agarró fuerte a su novia del brazo con el ceño fruncido.
“¿No te dije que no quiero que mi hija ande por ahí? Cuando llegaste a esta casa te dejé muy en claro que no podía salir sin mi permiso”.
“¿Cómo? ¿Por qué dices mi hija en lugar de nuestra? Sí, lo dijiste, pero ahora soy su madre y solo salimos a dar un paseo aquí dentro del condominio”.
“¡Te dije que no la quiero vagando por ahí, Amanda! ¡Ni aunque tú la acompañes! ¿Acaso no sabes obedecer?” gritó totalmente enfurecido.
“No te entiendo, Anthony, ¿Por qué me hablas así?”
“¡Ya te lo dije! ¡No quiero que la niña salga! ¿Lo entiendes?”
Amanda lo miró incrédula y asustada. Trató de contener las lágrimas, estaba enfurecido y era la primera vez que le gritaba. Sabrina no podía creer la reacción de su hijo y tomó a su nieta para que no escuchara. Amanda se alejó y lo miró decepcionada.
“Pensé que me veías como la madre de Lucy, pero veo que me equivoqué. Fui una tonta, y tú tienes razón. No puedo salir con ella porque tengo que respetar las reglas que firmé cuando me contrataron. ¿Cómo pude atreverme a hacer una cosa así sin ser nadie en esta casa? No te preocupes, Anthony, la niña está bien y fuimos con tu madre, que la cuidó. Lamento haberme equivocado así”.
Amanda abrió la puerta y se fue sin mirar atrás. El hombre seguía furioso y fue al sofá. Sabrina le pidió a Esther que llevara a la niña a la recámara y se acercó a su hijo.
“¿Qué fue eso, Anthony? ¿Cómo te atreves a comportarte de ese modo y hablarle así a Amanda? Es tu prometida, es la madre de Lucy, ¿No te da vergüenza?”
“Ella sabía perfectamente que no quería que la niña anduviera por ahí”.
“Ella es su madre. Lucy no estaba sola, estaba conmigo y con ella, ¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? Eres un irresponsable, acabas de cometer un grave error”.
“¿Qué pasó? Vi a Amanda saliendo del condominio desesperada, pero no se detuvo y se subió a un taxi” dijo Geoffrey al entrar”.
“Pregúntale al desequilibrado de tu hijo”.
“¿Ella rompe las reglas y yo tengo la culpa?”
“¿Desde cuándo tu pareja tiene que seguir tus reglas? ¿Qué clase de compromiso es este? Dejaste claro que Lucy es solo tu hija, le gritaste, le apretaste el brazo, lo único que te faltó fue golpearla. Estoy muy avergonzada de ti”.
“¿Qué has hecho, Anthony?”
Su padre estaba atónito.
“Déjenme en paz, no necesito que nadie me diga lo que debo hacer”.
Subió a la habitación y Sabrina tomó su teléfono para llamar a Amanda, pero la chica no atendía. La señora comenzó a preocuparse y siguió insistiendo.
Cuando Amanda había salido de la casa de Anthony, vio a Geoffrey entrando y corrió a subirse a un taxi para no tener que dar explicaciones. Indicó la dirección y llamó a Cindy.
“Te necesito” dijo sollozando.
“¿Qué pasó, amiga? ¿Estás llorando?”
“Por favor”.
“Ven a mi casa, te espero”.
“Estoy yendo, ¿Puedes pagarme el taxi?”
“Claro”.
Amanda colgó y en pocos minutos llegó a la casa de Cindy, que estaba en la puerta esperándola.
La joven bajó destrozada y con la cara roja, y su amiga la abrazó.
Amanda siguió llorando sin parar.
“Cariño, no sé qué pasó, pero todo se resolverá”
trató de tranquilizarla.
“Duele, duele mucho”.
“Tranquila, amiga”.
“No puedo calmarme”.
“Vamos adentro, te prepararé un té para que te relajes.
Cindy la llevó hasta el sofá y fue a prepararle algo de beber. La chica no podía parar de llorar al recordar las palabras de Anthony, y a su amiga le dolía en el alma verla así.
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