Una madre de alquiler
Capítulo 106

Capítulo 106:

“Esta casa es perfecta, es muy bonita” observó Cindy.

“Fue lo primero que dije cuando la vi por primera vez” acordó Sabrina.

“Podría perderme fácilmente”.

“Somos dos. Ya me desorienté mostrándotela a ti” coincidió Amanda.

“Mamá, no te pierdas” dijo Lucy y fue a su regazo.

“¿Cuántos de estos vas a querer?” le preguntó Ken a su novia, en tono de broma.

“Ahora, ninguno. Pero quiero tres cuando tenga un anillo aquí en mi dedo” contestó Cindy.

“No creo que vaya a dar marcha atrás, Ken. Lo tomas o lo tomas” comentó Geoffrey entre risas.

“Me agrada esta chica” se rio su esposa.

“Bueno, por ahora esperemos pronto la boda de Anthony”. El joven también se echó a reír. “Tengo cierto crédito por eso”.

“Lo correcto es que, si ella coge el ramo, te tienes que casar”. Sabrina no lo iba a dejar cambiar de tema con tanta facilidad.

“Si ese es el problema, se lo daré de inmediato” anunció Amanda.

“¿Eres mi amiga o no?” se quejó Ken.

“¿Dónde quedó el hombre enamorado?” bromeó Anthony.

“Tengo un compañero de trabajo en la empresa que es soltero. Irá a la boda, así que si quieres, te lo presento”.

“¿Estás loca, Amanda?” exclamó Ken. Tenía una expresión seria en el rostro, por lo que todos empezaron a reír.

“¿De quién hablas, amor?”

“De Steven”.

“Ah, sí. Él sabe quién es”.

“¿Steven? ¿En serio, Amanda?” preguntó su amigo.

“¿Cuál es el problema?”

“Es el mujeriego más grande de la historia”.

“Tú también lo eras y Cindy está saliendo contigo. Ella puede cambiar a Steven, y él se muere por casarse” explicó la novia.

“¿Tienes una foto?” preguntó su amiga.

“¿Me estás tomando el pelo? Anthony, me voy, así no puedo, mira lo que hace tu mujer” dijo Ken, exasperado”.

“Relájate, hombre” respondió su amigo y se rio de él.

“Mira cuántos celos” observó Geoffrey.

“Es una broma. Tranquilo” aseguró Amanda. Pero si haces algo mal, le presentaré a Steven”.

“Ah, bueno. Entonces ese día haré que Anthony se acueste con otra mujer” amenazó el joven a modo de chiste.

“Bueno, Cindy, parece que volveremos a ser dos solteras en la pista de baile”.

“¿Qué? Sácame de este lío, Ken” dijo el novio de la chica. Empezaron a pelearse como niños mientras el resto se reía de su actitud infantil. Geoffrey les pidió que se calmaran y la conversación volvió a la normalidad”.

“Es así, Ken, te vas a tener que casar” comentó Sabrina.

“Parece que sí” contestó él.

“Tonto”. Cindy revoleó los ojos con una sonrisa.

“¿El tío se casa?” preguntó Lucy.

“Ese tío tuyo está nervioso” explicó Amanda.

“¡Nervioso!” repitió la niña entre risas.

“Es un aburrido” acotó Cindy con tono cómplice.

“¡Aburrido!”

“Ey, ¿Están esperando que me odie? Princesa, tu madre y tu tía solo hablan tonterías. El tío es amable y te da regalos”.

“Qué descaro” bromeó Cindy.

“Increíble” acordó Amanda.

“En serio le traje regalos. Están en el coche, pero luego los recogemos, ¿De acuerdo?”

“No hacía falta, Ken” dijo Anthony.

“Claro que sí” rio su amigo.

“Mamá me regalará tres hermanitos”. Todos miraron a la niña y Amanda se puso roja.

“¿Quieres tres hermanos?” preguntó la amiga de su madre.

“Sí, Dios le dará tres a mamá”.

“¿De dónde sacó eso?” preguntó Sabrina.

“Gracias a su hijo, ella quiso saber cómo se hace un bebé” explicó su nuera.

“Cielos” rio la señora.

“No fue mi culpa, mamá. Solo dije que le iba a dar un hermanito” se excusó Anthony.

“Le dije que papá le da cariño y amor a mamá, entonces, le pedimos a Dios que nos dé un bebé. Se lo da a papá y él pone el bebé en la panza de mamá” dijo la joven. Ahora quiere tres hermanos: una hermana y dos hermanos porque dice que así juega con ella y los otros dos juegan entre ellos para no estar solos.

“Qué cabeza la de mi nieta”.

“Buena explicación, Amanda” acotó Geoffrey.

“Y no saben la peor parte”. Ella no pudo evitar reírse. “Dijo que ella quería hacer un hermanito. Anthony estaba poseído de rabia”. Todos se rieron.

“Eso no tiene gracia” dijo Anthony.

“¿Alguna vez has pensado en que venga un yerno?” preguntó Ken.

“Cállate”.

“Le explicamos que eso es cosa de adultos y entendió” dijo Amanda.

“Hijo mío, vas a envejecer antes de tiempo si sigues con estas tensiones” bromeó Sabrina.

“No hablen del tema, nada más” respondió él.

Siguieron la conversación entre risas y bebidas. Cuando Joy se acercó para anunciar que la cena estaba servida, Cindy la miró con curiosidad. Bajaron a la sala y empezaron a comer.

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