Un matrimonio de conveniencia -
Capítulo 402
Capítulo 402:
«Me siento como tu sirviente. Pensé que me tratarían mejor». Se quejó.
«Ni siquiera eres mi yerno». Dijo Jannochka, y Konstantin se quedó con la boca abierta.
«¿Ella…?»
«¿Me tomas el pelo?» Preguntó y soltó una carcajada. «Cierto, ahora soy más feliz».
«Es como un niño pequeño y tonto, feliz con poco».
Jannochka no sabía mucho de la vida de Konstantin, pero por lo que había dicho sobre su sed de venganza y la mención de su madre, se imaginaba que tenía ese aire despreocupado, pero que era un chico solitario. Y no se equivocaba.
Volvieron a la mansión de los Sigáyev y Piotr guardó silencio por el camino. Sabía que lo castigarían. Las ganas de preguntar por Ekaterina eran abrumadoras, pero su corazón se llenó de esperanza cuando Konstantin le dijo que todo iría bien, aunque Pyotr fuera un «mocoso inconsecuente que merecía algo más que una buena paliza».
Konstantin, Ekaterina y Bernardo fueron a la oficina con Jannochka y Santiago, mientras Fyódor y Yuri montaban guardia con Pyotr a su lado para asegurarse de que no volvía a hacer nada.
Dos horas más tarde, los tres más jóvenes se enfrentaron a Jannochka y Santiago.
«Pensó en todo muy rápido, Sr. Chéjov». Santiago entrecerró los ojos. ¿Cómo se las arregló para encontrar un cadáver para Ekaterina?
«Fue una coincidencia. Incluso pensé en decir que el cuerpo fue robado, para darme más tiempo». Konstantin admitió». No era exactamente como Ekaterina, pero esperaba que no notaras la diferencia.
Contaba con el efecto de «shock emocional» que estarías experimentando. Le pido disculpas.
«¡Tenía un tatuaje!» Santiago insistió.
«En realidad estaba pintado. No podía hacer un tatuaje allí. Tejido muerto. Se vería terrible. Pero estaba pintado.
Jannochka sintió que le palpitaba la cabeza.
«Mira, te juro que no quería ser un bastardo. Pero me enteré de algunas cosas, como ya he dicho, y la mejor opción era usar el poco honor que aún tenían esos bastardos para conseguir que hicieran una tregua. Y eso me daría tiempo para investigar». Suspiró». No pensé que tardaría tanto en despertarse.
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