Un matrimonio de conveniencia
Capítulo 204

Capítulo 204:

Michael no se esperaba eso.

Tonny estaba sentado en la cama de Clara, frente a ella, limpiando una herida en su brazo, con el botiquín de primeros auxilios encima de la colcha.

“¿Enloqueciste? ¿Por qué entraste así?” preguntó Clara, frunciendo el ceño.

“Yo… escuché…” señaló Michael, dentro de la habitación, resoplando y cerrando la boca. “Creí que estaban teniendo se%o”.

Clara apretó los labios y Tonny se levantó de la cama, mirando a Michael con desaprobación y hastío.

“Eres un imbécil” dijo Clara “Michael, por favor, Tonny solo me estaba ayudando”.

“¡Maldita sea, si tan solo hubieras escuchado como yo lo hice… ¡Tú gi!miendo, él diciendo que solo queda un poco!”

Michael se pasó una mano por el pelo.

“Está bien, basta de tu drama” dijo Clara suspiró, y mirando a Tonny “¿Por favor puedes terminar? ¡Duele!”

Tonny volvió a sentarse en la cama a atender su herida.

“¿Cómo te paso esto?” preguntó Michael al ver lo mal que estaba el corte.

“Tropecé con un juguete tosco y cuando iba a tratar de agarrarme a algo, no había tiempo. Me resbalé en el mueble, justo en la esquina”.

Michael negó con la cabeza.

“Solo tú, Clara. Sólo tú pasarías eso…”

Tonny no dijo nada, solo terminó de aplicar el ungüento.

“No soy enfermero, pero creo que es bueno no taparlo. entonces te puedo llevar al médico si quieres…”

“¡Yo te llevo!” dijo Michael.

“Gracias, Tonny. Cualquier cosa le pediré a Be que me lleve”.

“Me ignoraste…” Michael habló más bajo y Clara suspiró y lo miró.

“Gracias, Michael. Pero como le dije a Tonny, Bernardo me llevará si es necesario”. Se levantó y Tonny siguió sus movimientos, como si estuviera listo para agarrarla, en caso de que se cayera.

Cuando los tres bajaron las escaleras, dos chicas jóvenes, probablemente hermanas de uno de los niños, los miraban con l$scivia, susurrando.

“¡Además, con estos dos tampoco tendría elección!” Dijo una de las chicas y se rio.

“¡Al mismo tiempo! ¡Qué traviesa!”

Clara escuchó y decidió ir a hablar con ellas, quienes al ver acercarse a la chica se pusieron más serios.

“La envidia duele, ¿Verdad queridas?” Preguntó ella “Encárguense de sus vidas, que de la mía, ¡Yo me encargo!”

“¡Ay, pero qué grosera! ¡Tú eras la que tenía dos chicos ahí arriba!” Dijo la más alta de cabello oscuro, de cara a Clara.

“¿Y si fuera así? ¿Qué tienes que ver con eso?”

Clara se acercó a Michael y Tonny, quienes observaban la situación y se miraron. Sostuvo la mano de cada uno. “Ahora, disculpen”.

Clara sonrió y los llevó a los dos al área trasera.

Un trio…, pensó Michael y no le pareció del todo malo, pero luego quiso abofetearse.

Se trata de Clara de quien estoy pensando… aunque tal vez a ella le guste…

“Sé lo que estás pensando. Olvídalo”, susurró Tonny a su hermano menor.

“Aguafiestas. ¿Y si ella quiere? ¿No eres tú el que le gusta hacer lo que ella quiere?”

“Oh… estoy justo aquí, por cierto. Por si lo olvidaste” dijo Clara, mirando de uno a otro, “La verdad no sé de qué están hablando exactamente, pero algo me dice que no me gustaría saber”.

“No…” dijo Tonny, mirando hacia abajo.

“Sí, no importa“ Michael siguió el ejemplo de su hermano, desviando la mirada.

“Ooookay…” Clara habló y se alejó de ellos, yendo hacia su hermano mayor.

La fiesta transcurrió sin muchos más problemas, Michael se quedó callado y solo miró. Tonny no se acercó demasiado a Clara, dándole espacio, además de evitar una confrontación innecesaria con su hermano allí.

Bia no fue porque tenía migraña. Desde que se enteró de la boda ha estado muy mal, y tras la noticia de que en la semana próxima sería el compromiso oficial, solo lloró. Osvaldo no la obligaría a salir de casa en esas condiciones.

Emilia estaba más que irritada con él.

Después de ducharse, Clara se acostó en la cama, con cuidado de no lastimarse más el brazo, y llamó a Bia.

“¡Bia! ¿Cómo estás?” preguntó Clara y escuchó un resoplido al otro lado de la línea “¿Estás llorando?”

“Clara… ese subjefe… Él… ¡Él va a venir aquí! ¡La próxima semana, estaré comprometida!”

“Lo siento mucho, Bea. Pero… ¿No lo conoces? Escuche que él es simpático…”

“No lo conozco, pero escuché sobre su hermano.

Este tipo Gavin es terrible por lo que escuché. ¿Y sí Samuel es igual?”

“Tengamos fe. Mira, papá y mamá se casaron por conveniencia… tus padres también. ¡Y todos son felices!” Clara insistió y Bia suspiró.

“Lo sé. Y espero que eso me pase a mí. Viviré lejos de ustedes, Clara”.

“Podemos ir a visitarte. Nunca he estado en Atlanta”.

“Yo tampoco“ admitió Bia. “Me voy a dormir, Clara. Mañana podemos salir y me puedes contar todo este asunto de mis hermanos…”

Las dos no habían hablado de eso. Clara estuvo de acuerdo y la llamada terminó pronto.

…

Michael decidió refrescarse y pasó casi todo el fin de semana con Fernanda.

“Oh, Michael, tú dijiste eso de que no aceptan mujeres ajenas a la mafia…” le dio un pequeño beso, acariciando su pecho. Michael apartó su mano y se sentó en la cama. Su familia tuvo algunos tratos con los Herrera.

“Ya te dije que los dos ni siquiera somos novios”.

“Pero los sentimientos pueden surgir”, Michael odiaba cuando se ponía cursi.

“Voy a irme” dijo Michael y comenzó a recoger su ropa esparcida por la habitación.

Fernanda se sentó en la cama y miró a Michael. Ella pensó que él era el chico más lindo y atractivo de la escuela. Además del más rico.

“¡Sigues insistiendo con esa flácida!” Ella se quejó, pero Michael lo escuchó y frunció el ceño.

“Ten cuidado con lo que dices, Fernanda. Puedes terminar perdiendo la lengua”.

“Si es por ch%pártelo tanto, lo acepto”.

Normalmente, ese tipo de cosas harían que Michael quisiera tener se%o, pero no ahora. No quería ni mirar a Fernanda.

“Me voy”. Abrió la puerta y se fue. Los padres de Fernanda no estaban en casa.

Fernanda lo vio por la ventana del dormitorio y sonrió.

“No me quedaré esperando, Michael. ¡Te casaras conmigo!”

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