Un destino difuso -
Capítulo 58
Capítulo 58:
“Bien Alejandro, se ve que la Chata fue una dedicada tutora. No nos podemos quejar, la Chata fue una excelente adquisición, no ha facilitado la vida desde que está con nosotros. Y la tigra se ve de la misma raza”.
“Por este lado, creo, que podemos estar tranquilos”.
…
Al siguiente día, Odín, acude al apartamento de Uriel, para cumplir con la invitación a almorzar que le había hecho su socio.
“¡Aló, Uriel!, soy Odín. Estoy aquí en el vestíbulo de tu edificio”
“¡Bienvenido Odín! Ya doy la orden para que te dejen pasar”
“¡Pasa adelante Odín, un gusto que visites mi casa!”
“Gracias, amigo, el gusto es mío”
“Vives un poquito retirado del centro de la ciudad..”.
“Sí, quise un lugar tranquilo, por el problema de salud de Valeria; aquí estamos aislados del ruido y del ajetreo de la ciudad”.
“Además, es un lugar seguro, está muy bien vigilado y tiene buen control de acceso”.
“Pues igual debería hacer yo… tengo una mansión enorme para mí solo, y ya estoy viejo; para qué quiero tanto… tú me puedes gestionar algún apartamento que estén vendiendo, y mientras tanto pongo en venta mi casa”
“Por el momento no hay en venta ninguno. Pero cualquier cosa yo inmediatamente te aviso. De todas formas con tiempo puedes ir viendo otras opciones”.
“Pues sí, me gusta mucho, uno como el tuyo, es bueno para pasar los años de retiro. Lo pensaré seriamente”.
“Ahora es que tienes años por delante, Odín, no te preocupes”
“¡Valeria! ¿Cómo estás?, gusto de verte”
“El gusto es mío, Odín, pasa adelante”
“Ya está el almuerzo, les sirvo cuando quieran”
“Pues pasemos a la mesa, y vamos preparando el paladar con un vinito delicioso que tengo por aquí reservado… Sirve de una vez, yo ya tengo apetito, ¿Qué dices Odín?”
“Si, claro, vamos. Ya quiero probar la sazón de Valeria, que me dices, que es tan buena”.
“¡Ay!, ya me comprometiste Uriel… hablas más de la cuenta”.
“¡No chica!, solo estoy diciendo la verdad”.
“Pasen por aquí, pónganse cómodos, ya les sirvo”.
Cinco minutos después, Valeria apareció con unos exquisitos y bien servidos platos.
“Mmm, si sabe cómo huele, vamos a darnos un delicioso banquete”
“Ah, eso sí te lo aseguro, te dije que mi mujer es una maravillosa cocinera”
“Uriel… calladito te ves más bonito..”.
“Ya vengo a acompañarles, ¡Buen provecho!”
“Déjalo Valeria, reconocer las virtudes de su mujer, eso habla de que te quiere y te valora”.
“Si es verdad, Odín”, dijo haciendo pucheros y acariciando la barbilla de su esposo.
El almuerzo fue lo que se esperaba, ¡Todo un éxito! Lo disfrutaron entre bromas, risas y recuerdos de anécdotas pasadas.
Una vez concluido, pasaron a la salita de estar, para disfrutar de un aromático café, reposar y prepararse para empezar unas partidas de dominó, para pasar la tarde.
Después del cafecito, comenzó la partida.
“Yo estoy un poco oxidado con esto del juego, hace tiempo que no me tomaba una tarde para esto”.
“Igual estoy yo, ¿Tú qué crees, Odín?, el trabajo es absorbente y uno se olvida a veces de descansar aunque sea una tarde. Así que debemos repetir la experiencia más seguido”.
Ya iban unas cuantas partidas, el juego se había tornado divertido y Uriel, aprovechado el buen estado de ánimo de Odín, lanzo una pregunta de manera muy casual.
“Mira Odín ¿Qué es de la vida de la mamá de Fabiana?”
Odín, un tanto sorprendido, respondió:
“¿Ah? ¿A qué viene la pregunta?”
“Nada importante… solo que en días pasados estábamos Valeria y yo hablando sobre nuestros futuros nietos; sabes que es el tema preferido desde que tuvimos noticias del embarazo de Amalia”, explicó.
“Por un lado, por otro, Valeria anhela también tener muy pronto noticias de que Fabiana… que aquí entre nos, es su nuera preferida. Le diga que le va a dar un nietecito. Ahí caimos en cuenta que no sabemos nada de la mamá de Fabiana, quien seguramente querrá conocer a sus nietos”
“¿Cómo es que se llama la señora?”
“Alba Valdez..”.
“¡Ah, sí, es verdad, tú me la nombraste en alguna oportunidad!”
“Pues, no había hablado antes de ella, porque no me pareció importante en el momento”, dijo.
“Además, yo hace muchos años no tengo nada que ver con ella en lo sentimental. El único lazo que nos une es nuestra hija”, continuó.
“Yo fui un hombre osco, debo reconocerlo, de espíritu libre, nunca quise tener compromiso serio con ninguna mujer; cuando comenzaban a controlarme o a exigirme más de lo que estaba dispuesto a dar, simplemente me alejaba y las dejaba”
Odín contó lo que recordaba.
“No me gusta dar explicaciones de mis actos, me enardece cuando quieren controlarme, ese ha sido mi gran problema”, dijo con fastidio.
“Por lo tanto, nunca planee tener hijos, Alba quedó embarazada por accidente… en realidad fue un descuido de los dos. Después ella quiso tener a la criatura. No permitió que yo le insinuara lo contrario. Entonces, simplemente me aparté de ella, no concebía verme arrullando un bebé o soportar sus llantos”
Se estremeció de imaginarse la escena que había ocurrido hacía tantos años atrás.
“Eso sí, nunca la desasistí en la parte económica. De hecho, era dueña de una pequeña cadena de almacenes de telas y accesorios para costura, que fueron un éxito, y para mí, funcionaron muy bien para el blanqueo de capitales”, explicó.
“Después de que yo tomé posesión de Fabiana. Me desafió y puso en venta los negocios; se hizo de un buen capital y se vino para esta ciudad para estar más cerca de su hija y tener mayor oportunidad de encontrarla”, contó.
“Aquí montó, por cuenta propia, una tienda mucho más grande, del mismo rubro; en un reconocido centro comercial del norte de la ciudad. Por cierto, le está yendo muy bien”.
“¿Ah sí?, ¿No me diga que es esa famosa tienda de telas que hizo tremenda inauguración hace como seis meses? ¡Todo el mundo habla de ella!, una amiga me llamó y me invitó a ir a comprar telas allá, me dijo que es excelente, que se consigue lo que una desee comprar, y de muy buena calidad”
“Por cierto, el nombre de la tienda me llamó la atención “Importadora de telas y accesorios, Fabiana; pero nunca pensé que tuviera algún tipo de relación con nuestra Fabiana”
“Si, Valeria, estamos hablando de la misma tienda”.
“Alba se liberó de mí, la tuve controlada mientras tenía a nuestra hija porque temía que yo se la quitara en cualquier momento; pero una vez que sucedió ya nada tenía que temer”
“De hecho no ha dado con el paradero de Fabiana, porque Alejandro no la Ha dejado salir sola y ella no conoce donde se encuentra. De lo contrario ya se hubiera presentado; sé que sufre por no saber nada de su hija”.
Valeria mirándole a los ojos le dijo:
“Bueno Odín, con todo respeto te digo que sería bueno para ambas; madre e hija que se reencontraran, así como la madre sufre por la hija, te aseguro que la hija sufre por la madre”.
“Yo no tengo en este momento inconveniente de que se encuentren, Alba es una buena mujer, nunca influenciaría en su hija para que hiciera algo malo; además, yo creo que ya pasó el peligro de que Fabiana quiera irse. Pero ahora ella no es mi responsabilidad, en todo caso es su marido, quien deba dar el visto bueno, para un reencuentro”.
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