Un destino difuso
Capítulo 57

Capítulo 57:

“Si, mi querido amigo, dime..”.

“Mira Uriel, te llamo para decirte que a la gente ya la pasaron para la penitenciaria donde están los chinos. El plan está funcionando a la perfección”.

“Oye, me alegra mucho escucharte decir eso, tan pronto empecemos a tener noticias, comenzaremos a actuar”, le dijo.

“Tenemos que armarnos de paciencia, tú sabes que esto tiene que ir con calma, del afán no queda sino el cansancio. No podemos arriesgarnos a despertar la más mínima sospecha. Pondría en peligro el plan y la vida de tus hombres”

“Si Odín, lo comprendo, tú tienes toda la razón. Lo que pasa amigo, es que quisiera desde ya meter en cintura a esos ladrones traicioneros, Me jode mucho con la jugada que me hicieron”, comentó.

“Ahora es que estoy sufriendo las consecuencias, fíjate como estoy con la joyería, las ventas han bajado significativamente, por la escasez de material”.

“Tienes razón, esa gente la caga cuando inventaron meterse con tus negocios; de no haberlo hecho todos estuviéramos tranquilos”.

“Yo te agradezco todo tu ayuda y tu interés, me has apoyado mucho, Te debo una”

“Unas cuantas querrás decir… ja, ja, ja, no te preocupes por nada; estamos para colaborar en lo que podamos”, respondió Odín.

“Te invito a almorzar mañana, aquí en mi casa; Valeria prepara un pollo para chuparse los dedos. Quiero charlar contigo un rato y aprovechamos a echarnos unas partidas de dominó”

“Me parece bien el plan, halla estaré a eso de la una de la tarde, ¿Te parece bien?”

“Si, está perfecto. Entonces hasta mañana”

“Hasta mañana Uriel. Que la pases bien”

La chata había mandado mensajero para citar a los hermanos Cruz y comentarles personalmente, sobre la gestión que le habían encomendado de buscar una persona, para que se hiciera cargo del liderazgo en la zona de los antiguos lobos; y para que les surtieran y reabastecieran de mercancía.

Porque ahora, con el crecimiento de la mano de obra y del territorio en control, la demanda se había multiplicado.

Alejandro llamó a Martín, temprano esa mañana, para que se dispusieran a ir y terminar de organizar ese pendiente que tenían y así dejar marchando y que fluyera, sin contratiempos.

De la misma forma que siempre se movilizaban hacia el barrio, los Cruz, llegaron esa mañana a la peluquería de la chata.

“Buenos días, chata, ¿Cómo va todo por aquí?”

“Bien, Señor Alejandro, ya lo pongo al tanto de las gestiones que se han venido haciendo”

“¿¡Hola, Chata, qué tal!?”

“¿¡Hola, Señor Martín!? Bienvenidos, póngase cómodos”

“Me urgía hablar personalmente con ustedes, para poder explicarles lo que se ha venido haciendo con respecto a la reestructuración del orden en que se van a manejar las cosas aquí, de ahora en adelante”, explicó.

“Sí, Chatica, nos interesa que todo quede organizado para no tener preocupación por estas zonas, y poder enfocarnos plenamente en otras cosas que nos ocupan ahora y que requieren de toda nuestra atención”.

“No puedo dejar de decirles que, yo me preocupé un poco por la responsabilidad que usted delegó en mi; no puedo negar que estuve a punto de declinar el compromiso. Pero me animé pensando: si ellos me encargaron esto, es porque confían en mí”.

“Claro Chata, nosotros no vamos a poner un compromiso importante del negocio en manos inexpertas, porque conocemos tu capacidad es que te dijimos que buscaras una persona de tu entera confianza, para que gerencie la zona de los antiguos lobos”

Martín añadió:

“Por cierto, queremos aclararte que para distinguir a qué zona nos referimos cuando hablamos; las vamos a llamar zona A y zona B, y olvidarnos de una vez por todas, el nombre de lobos”.

“A… está muy bien, así es mucho mejor, nos facilita las cosas; ¿supongo que esta zona donde yo estoy será la A y la nueva será la B?”

“Supones bien, querida Chata, ahora dinos lo que gestionaste”, añadió Alejandro.

“Analicé tres candidatos, una mujer y dos hombres; su historia de vida y sus capacidades para responder bajo presión, responsabilidad, entre otras cualidades. La verdad es que todos están capacitados, pero me incline por La Tigra”, continuó.

“Es una muchacha inteligente y dinámica que le da el pecho a lo que salga, creo que con ella no tendremos mayores dificultades”

“La llamé y le planteé la posibilidad de liderar la zona B; le expliqué las reglas establecidas y las consecuencias de no acabarlas. En fin, las ventajas y los riesgos que asumía si optaba aceptar el cargo”.

“Dijo que sí, que ella se le medía, eso me gustó, es una chica que no se arruga por nada, tiene personalidad fuerte y decidida”

“No lo dudo, si tú eres su mentora… hasta parece que te estuvieras describiendo”, comentó Alejandro.

“¡Muy bueno! Entonces estamos listos por ese lado. ¿Ella se va air a vivir allá?”

“Si Martín, es necesario, ella tiene que estar al pendiente de todo lo que se necesite y suceda en su entorno, tal como lo hace la Chata aquí”

“Como tú eres nuestra vocero, no creo que sea necesario”.

“Sin embargo, Señor Alejandro, me gustaría que la conocieran personalmente y juzguen ustedes mismos que tipo de persona es, eso me deja más tranquila”

“Bueno, si eso te tranquiliza, llámala y aprovechamos que estamos aquí”.

“Si ella está al pendiente, porque yo le avisé que ustedes venían hoy”.

La chata le marcó a la tigra, y en pocos minutos ya estaba entrando a la peluquería.

“Buenos días para todos, permiso..”.

Una mujer de unos treinta a treinta y tantos, se asomó a la puerta. Tez morena, cabello negro, ojos vivaces, estatura promedio.

“Pasa tigra, te estamos esperando…, mira, estos son los señores: Alejandro y Martín Cruz. Son los jefes y nosotras acatamos las órdenes directamente de ellos, o a través de un vocero enviado por ellos”.

“Mucho gusto, es un placer conocerlos”

“Yo, ya te expliqué en detalle como es el trabajo, tus responsabilidades y obligaciones. No sé si tienes algo que preguntarles a ellos directamente. Esta es tu oportunidad”.

“Si tigra, dinos cómo te sientes al respecto, queremos oiírte, saber tu opinión”,

“Bueno Señor Alejandro, para ser sincera, si estoy un poco tensa porque es una responsabilidad nueva para mí, aunque conozco el trabajo, siempre he estado bajo las órdenes de alguien, pero ahora es diferente, yo soy la que superviso y la que estoy a cargo; y otra inquietud es que la mayoría de los que van a estar a mi cargo son hombre”

“Si es cierto, pero nadie nació aprendido, la experiencia la vas adquiriendo en el camino. Lo importante es que tienes el talento y la actitud”

“Gracias, Chata, tú siempre me apoyas, en ti tengo una buena aliada”

“Esos miedos e incertidumbres son naturales. Si no los tuvieras me preocuparía; todos de alguna manera hemos pasado por eso. Así que adelante”

“Si, Tigra, tranquila, tienes todo nuestro apoyo”, concluyó Martín.

“Trajimos mercancía suficiente. Por lo menos para trabajar un mes. Ustedes se la dividen y ven como surten a los muchachos”.

“Si no podemos nosotros venir a recoger el dinero, enviaremos al señor del taxi, que ustedes ya conocen”.

“Nos agradó conocerte Tigra y bienvenida”

La chata entregó un paquete sellado a los Cruz y una lista de cuentas detallada.

“Bueno, muchachas, gracias por todo, sigan adelante, Chata, te felicitamos, estás haciendo un excelente trabajo, serás recompensada como mereces. Buena suerte para las dos”

Los hermanos Cruz, después de saludar, salieron directo para el taxi que los esperaba.

“¿Qué te pareció la Tigra?”

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar