Capítulo 8:

Martin y Eduardo miraron a Hugo extrañados por su comentario y este con voz imparcial rápido se apresuró a corregir.

“No es tu tipo, me refiero, se ve poco femenina, te gustan las mujeres delicadas”.

“Ves cómo me conoces mi amigo“ respondió Martin, creyendo su explicación y sonriendo.

Eduardo en cambio no estaba del todo convencido, pero no dijo nada. Los tres siguieron su camino hasta la zona VIP y antes de entrar Hugo le dio un último vistazo a la chica que conversaba con los de seguridad que habían ido a calmar la situación.

Luego de que el equipo de seguridad sacará del local a Oscar, Sara y Emily volvieron a su mesa. Y siguieron bebiendo y charlando intentando olvidar lo sucedido.

“Brindemos “ propuso Emily “por sacar la mi%rda de nuestras vidas”.

“Por sacar la mi%rda de nuestras vidas “ repitió Sara.

Un rato más tarde, Sara sintió la necesidad de ir al baño, cuando estaba a punto de entrar con la mano en plomo de la puerta escucho voces dentro.

“Esa de hace un rato, no era Sara, la mejor estudiante de Gestión de empresas”.

“Si, era ella, escuche ayer fue atrapada pasando la noche con un hombre y es que tiene una relación con Tobias que todos en la universidad saben”.

“No sé cómo tiene cara de salir hoy de nuevo y estar bebiendo como si nada”.

“Viste como derribó a ese hombre, no se como una chica puede dar una escena así, que poco delicada”.

Sara apretó con fuerza el plomo y estaba a punto de entrar a discutir cuando escucho una seductora voz masculina.

“¿También te dedicas a escuchar detrás de las puertas?”

Sara no dijo nada, el hombre le resultaba vagamente conocido pero no podía saber con exactitud de donde. Hugo noto su duda y se sintió ofendido porque ella no lo recordaba, pero no lo dejó ver, en cambio con indiferencia le dijo.

“¿Ni si quiera me recuerdas después de pasar la noche conmigo?

Sara se puso roja de vergüenza y no supo que decir. Hugo vio la mujer en silencio y saco una caja de cigarro del bolsillo interior de su traje.

“¿Vamos a fumar?“ le brindo un cigarro.

Ella aceptó y tomó el cigarro en silencio. Ambos salieron en silencio al balcón.

Estuvieron algunos minutos fumando en silencio, hasta que Hugo habló.

“Parece ser que ya todos en tu Universidad saben que pasaste la noche conmigo. ¿Cómo se lo tomó tu marido?

“No es de tú incumbencia”.

“Creo que, si lo es, me gustaría estar al tanto de si alguien está planeando algo contra mí”. Sara comprendió lo que quería decir.

“Nadie sabe quién eres, ni con quien pase la noche, ni si quiera yo lo sé, así que no tienes nada de que preocuparte. Preferiría que en un futuro no nos volvamos a encontrar y de ser así por favor finja que no me conoce”.

“¿Por qué tienes que ser tan grosera conmigo?”

“Porque por su culpa fui infiel a mi esposo”.

“Eres una hipócrita la infiel fuiste tú, no yo, incluso golpeas a hombre abajo por engañar a tu amiga. Eso es lo que quieres que te haga tú esposo cuando se entere que le pusiste los cuernos. A lo mejor solo planteaste todo esto para conseguir su atención”.

“Sabe que “ gritó Sara indignada “ piense lo que le de la gana, estoy cansada de escuchar lo que otros opinan sobre mí, me marcho, espero no tener la desdicha de volver a encontrarme con usted”.

Le dio la espalda a Hugo y se fue, este se quedó fumando con una sonrisa en el rostro.

Sara regresó a la mesa de un terrible mal humor, su aura era oscura igual que su rostro, Tobias de inmediato supo que algo había pasado.

“¿Está todo bien?”

“Todo está perfecto “ respondió Sara de forma cortante para evitar más preguntas, pero Tobias no lo pilló.

“No pareces estar bien, si es por los chismes de la universidad quiero que sepas que yo no lo creo y si en realidad son ciertos eso no va a cambiar nuestra amistad”.

“Gracias por apoyarme Tobias y si es cierto, ayer pasé la noche con un hombre “ y alzando la voz gritó “ Si querido mundo, no soy perfecta”.

De un golpe se tomó todo el trago que tenía en llanto, le quito el vaso a Tobias y se bebió el de él.

Hugo volvió a la sala VIP y Martin lo recibió con dos hermosas rubias.

“Mira Hugo, todas para ti, feliz regreso a la cuidad”.

“No gracias debo marcharme, mañana tengo mucho trabajo”.

Terminando de decir esto le hizo un gesto con la cabeza a Eduardo y salió de la habitación.

“Hugo está un poco extraño hoy ¿verdad?“ le dijo Martin a Eduardo.

“Si, también lo noté”. respondió pensativo Eduardo.

“Debe ser por el regreso de Sofía y Angelín, hay heridas que no sanan nunca.

“Puede ser “ contesto Eduardo, pero su institución le decía que no tenía nada que ver con ellas.

Hugo salió del bar y cuando se disponía a subir a su auto vio a dos chicas en una esquina sentadas.

Emily estaba acostada con la cabeza sobra las piernas de Sara mirando al cielo, mientras que Sara jugaba con su cabello. Emily le dijo algo de las estrellas y la Luna y señaló el cielo y Sara alzo la vista a mirar la luna y sonrió, se veía hermosa cuando sonreía. Hugo sacó su celular, puso la cámara y con el zoom corto a Emily y dejo a Sara mirando hacia la Luna y riendo y tomó una foto. En ese momento llegó un coche y las dos chicas montaron dejando a Hugo de pie, con la puerta de su carro abierta, sonriendo y mirando al cielo.

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