Un año para separarme -
Capítulo 51
Capítulo 51:
Mientras todos los invitados estaban entretenidos y el personal ocupado un hombre con un ramo de rosas en las manos se coló en la cocina sin que nadie lo viera.
Dentro era un mundo completamente diferente a la elegante fiesta que se desarrollaba afuera, los empleados salían con bandejas llenas mientras otros entran con otras llenas de platos sucios, los cocineros corrían de un lado a otros preparando los ingredientes mientras que Beatriz ordenaba desde el centro diversas funciones, no le hablaba a nadie en específico solo gritaba pidiendo cosas, pero entre ellos se entendían.
Tobias nunca en su vida había estado en una cocina y ver todo ese ajetreo le pareció deslumbrante, además de Beatriz, ya no parecía la chica tímida que conoció en el Bar, tenía una voz dominante y no pedía las cosas con delicadeza, ella era la reina en la cocina y sus súbditos obedecía todas sus órdenes.
Se había quedado idiotizado observando como Beatriz se desempeñaba en su territorio y no se percató de que estaba en el medio del pasillo por donde transitaban los meseros, de pronto una chica entró con una bandeja llena de platos y no veía por donde caminaba así que chocó con Tobias y todos los platos cayeron al suelo rompiéndose y llenando a Tobias y a la mesera de sobras.
El estruendo llamó la atención de todos incluyendo a Beatriz que cuando levantó la vista del plato que estaba sirviendo se encontró con Tobias en el suelo, con un plato en la cabeza mientras una salsa verde le corría por la cara, lucho contra todas sus fuerzas para no reír y tratando de sonar lo más seria posible dijo.
“Recojan ese reguero y pónganse a trabajar que hay mucho que hacer”.
Beatriz le pido a su ayudante que terminara de hacer el plato por ella y se acercó a Tobias para ayudarlo.
“No deberías de estar aquí”.
“Solo quería felicitarte por tú gran día, probé la comida y estaba deliciosa”.
“Gracias, pero deberías irte y cambiarte, lava pronto la ropa o se puede manchar”.
“Eso no es importante, toma te traje esto”. Tobias le entregó el ramo de rosas, pero también tenía un poco de restos de comida.
“Gracias ahora vete”.
“¿Por qué me sigues echando? No puedo creer que allá tomado en serio las palabras de Sara, no te alejes de mí”.
“Mire Señor Tobias no quiero sonar grosera, pero usted y yo no tenemos porque ser cercanos y a mi tampoco me interesa estar cerca de usted, sé que ahora mismo puede sentir cierto interés por mí y eso me alaga, pero también sé el tipo de hombre que usted es, y quiero que le quede claro que yo no me pienso acostar con usted, así que puede desistir y evitarse perder el tiempo. Gracias por las flores y espero no volver a verlo por aquí”.
Terminando de hablar Beatriz se dio la vuelta y regresó a su trabajo, Tobias se puso de pie y salió de la cocina, las palabras de Beatriz no lo ahuyentaron en lo absoluto, al contrario, lo motivaron a seguirla persiguiendo.
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