Un año para separarme -
Capítulo 31
Capítulo 31:
Por primera vez Sara sentía algo cálido en su pecho cuando pensaba en su esposo. Era la primera vez que sentía esa sensación, pero no le desagradó.
Ese día tenía enormes deseos de regresar a casa, así que luego de terminar las clases y sin perder tiempo se dirigió a la Villa, pero antes pasó por el supermercado y compró muchos ingredientes para cocinar. Estaba decidida a preparar algo delicioso y así agradecer a su esposo.
Vio muchos vídeos en YouTube, siguió tutoriales y después de cuatro largas horas consiguió preparar la cena, hizo de todos los platos que compró y la mesa terminó convertida en todo un banquete, aunque muchos de los platos no tenían buen aspecto y se podría dudar de su sabor, Sara era de los que pensaban que lo que vale es la intención, así que satisfecha con su esfuerzo se dirigió al baño, tomó una ducha y consideró cuidadosamente que ropa usar, pensó en un vestido, quería verse hermosa esa noche, pero luego pensó que ella no los usaba habitualmente y Hugo podría pensar que lo usaba para él, así que mejor optó por unos pantalones y pulóver, tal como siempre, solo que está vez se aplicó un poco de maquillaje , algo delicado que a penas se notará.
Cuando por fin se consideró lista tomó su laptop y se sentó en la sala, así podría fingir que trabajaba cuando Hugo llegará y de forma casual lo invitaba a cenar. No quería que Hugo pensara que ella lo estaba esperando. Después de esperar durante dos horas, Sara se quedó dormida mientras veía una película y cuando despertó y se fijó en la hora ya eran las 12 de la noche y aún no había rastros de Hugo por toda la casa.
Tomó su teléfono y ensayo cientos de veces lo que le iba a decir para no sonar como una esposa frustrada. La llamada no fue contestada hasta el último tono.
“Hola“ habló nerviosa Sara y no sabía por qué lo estaba.
“Hola“ respondió Hugo sorprendido por la llamada, “necesitas algo”.
“No, yo solo me desperté a beber leche y vi que no habías llegado. Me preguntabas si estabas bien”.
“¿Ya te estás comenzando a preocupar por tú querido esposo?“ bromeó Hugo
“Ya quisieras, sabes qué, esto fue una estupidez, regresa si lo deseas, me voy a dormir”.
“No te preocupes, ya casi voy para nuestro hogar, termino con el trabajo y enseguida voy a tú lado”.
El corazón de Sara de pronto comenzó a latir de prisa cuando escuchó que estar a su lado él lo consideraba su hogar, pero todo esto desapareció cuando escuchó una voz femenina al fondo.
“Hugo, cariño, no demores mucho quiero proponer un brindis, además los chicos están preguntando por ti”
La voz de la chica sonaba dulce y coqueta. Sara no pudo evitar sentirse como una tonta después de esperarlo toda la noche y el estaba de fiesta con otra mujer, que hombre tan despreciable y así tenía el coraje de decirle que regresaría a su lado luego de pasar la noche con otra mujer. Sara intentó no sonar resentida, pero su voz la delató.
“Espero disfrute de su velada Señor Moretti, no se preocupe en regresar a la Villa y atienda a sus invitados”.
No le dio tiempo de responder y de inmediato colgó la llamada. Caminó hasta el comedor y miró la mesa llena de comida, suspiró y se sentó a comer, comió todo lo que pudo, no quería dejar nada para ese despreciable hombre, pero por mucho que lo intentará había demasiada comida.
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